Tango (I)





Quiero empezar una nueva serie de post este año 2018 relatando lo que para mí ha sido un cambio radical en mi vida. Hace tres años que bailo tango. Tras darme cuenta del impacto que ha tenido en mí bailar tango argentino, quiero compartir mis experiencias por si pudieran ser de ayuda a mis amigos y pacientes.

Las relaciones de pareja, todas las relaciones de pareja que conozco, sufren un desgaste con el paso del tiempo. Con el fin de reanimar nuestra relación después de muchos años juntos (hace ya 38 años que nos conocemos), para volver a tener una actividad junto a Kathrin, mi esposa, y que nos gustara a los dos, decidimos apuntarnos  a un curso de tango argentino.  Hace ya más de tres años que bailamos. Creo que fue una decisión muy acertada.
De mi entusiasmo por el tango y la medicina, quiero hacer una serie de posts para explicar los beneficios que puede tener en nosotros una actividad como bailar, haciendo especial hincapié en el tango argentino, que es el baile que mejor conozco.

 El tango no solo ofrece beneficios de tipo físico o funcional, por el ejercicio realizado, sino que aporta otros,  de tipo psíquico y social, que literalmente pueden cambiarle la vida. 

 Empezaremos explicando cómo mantener nuestro cuerpo en forma con el tango argentino.

1) un cuerpo bien entrenado es un cuerpo bonito: la buena preparación física se puede  reconocer por criterios estéticos, de belleza.

2) El baile necesita entrenamiento: es decir explorar nuevos movimientos y aprenderlos ejercitándolos. Sólo el ejercicio repetido lleva a progresos en el baile, como en cualquier otra actividad de la vida.

3) Los movimientos del baile favorecen la armonía corporal: después de un tiempo de practicar tango,  Usted será capaz de reconocer si alguien baila con frecuencia,  por su postura, su  forma de caminar y de moverse.

4) Los movimientos del baile favorecen la elasticidad del cuerpo. Usted, al bailar hará movimientos que un adulto no suele realizar en su vida diaria.

5) El ejercicio de bailar ejercita  las articulaciones, favorece  la circulación sanguínea, se normaliza la presión arterial  y se mejora considerablemente el equilibrio que conlleva la disminución notable del riesgo de caídas. Y algo muy importante, ¡¡¡las personas que bailan con frecuencia normalizan su peso!!!!

6)  Los movimientos suaves y equilibrados del tango son movimientos no forzados, naturales, no sobrecargan los músculos, los tendones y las articulaciones. Como el tango consiste en caminar, el esfuerzo no agota y permite dedicar más tiempo al ejercicio.

7) El tango aumenta la movilidad, el equilibrio, la longitud del paso y la fuerza central.

Para animaros a bailar tango, nada mejor que asistir a una milonga… En Palma hay varios locales que ofrecen milongas cada sábado. Ya os informaré de ellos en los próximos posts.



Chequeo deportivo


Actualmente el deporte o la actividad física forman parte fundamental del estilo de buen vivir, y cada vez más personas se vuelcan en la práctica sistemática de actividades deportivas o recreativas que implican un cierto grado de aptitud.
La práctica de actividades deportivas ya sea de forma ocasional o sistemática, requiere unos requisitos de salud y aptitud para poder practicarlas sin riesgos.
Es bastante común observar personas mayores, con sobrepeso, sedentarias, fumadores y con otros factores de riesgo, que aceptan el desafío de una práctica deportiva sin un chequeo médico-deportivo previo. No es infrecuente ver, por consiguiente, sus consecuencias, desde las más leves: como contusiones por falta de preparación o coordinación, contracturas musculares y esguinces desgarros, hasta las más graves como: golpe de calor, infarto de miocardio, o hasta la “muerte súbita” en actividades deportivas.

Es necesario destacar que el chequeo de salud para la práctica de actividad física no es similar al chequeo de salud corriente. Un organismo con buena respuesta en estado de reposo o de actividad rutinaria, puede sufrir importantes descompensaciones en estado de exigencia máxima como la que se da en una actividad física, especialmente si es de competición.

Algunas situaciones comunes, conocidas por todos, son los clásicos “campeonatos” de fútbol de veteranos o los típicos partidos de fútbol o de tenis de fin de semana después de comidas copiosas, donde pueden aparecer las complicaciones citadas anteriormente.

¿Cuál seria la conducta más apropiada para quien quiera iniciar un programa sistemático de actividad física o continuar realizando sin riesgo un deporte como “amateur” o de competición?:
  • Consultar con un especialista en cardiología o en medicina deportiva que le realizará un examen clínico general con valoración de la historia médica previa, una exploración física completa, toma de las constantes vitales, un electrocardiograma en reposo y la valoración del porcentaje de grasa corporal y la masa muscular.
  • Además se le realizará un análisis de laboratorio rutinario: sangre y orina, para evaluar el comportamiento metabólico y descartar un gran grupo de enfermedades.
  • También se le realizará una radiografía de tórax.
  • Parte fundamental del estudio es la ecocardigrafía que nos suministra información completa sobre cavidades cardíacas, función del músculo cardíaco y de las válvulas.
  • Para completar el chequeo deportico se realiza la prueba de esfuerzo (ergometría deportiva) donde se determina en un ejercicio de esfuerzo creciente, la respuesta cardiovascular, respiratoria y metabólica del organismo. Se registran las variables cardiovasculares (frecuencia cardiaca, tensión arterial, electrocardiograma de esfuerzo), variables respiratorias y los signos y síntomas. Puede determinarse además la fatiga metabólica por acumulación progresiva de ácido láctico en la sangre, tomando una muestra de sangre capilar (fases aeróbica y anaeróbica).
Con toda esta información se realiza una evaluación de aptitud física, que incluye aspectos estructurales (corrección de factores de riesgo si los hubiera) y aspectos funcionales como las cualidades físicas necesarias para cada disciplina. 

Próximos eventos deportivos en Mallorca 

Diabetes y Prediabetes


A pesar de que la diabetes es una enfermedad de la que se habla poco, crece a pasos agigantados sin discriminar sexo ni edad. Actualmente, el 6% de la población mundial padece diabetes, de los cuales el 90% tiene la de tipo II. En nuestro país se estima que hay unas 2 millones de personas con esta enfermedad. Solo la mitad sabe que la padece, y sigue un tratamiento. El resto, desconoce que su vida se está acortando. Según la OMS, la diabetes seguirá aumentando, y se calcula que para el 2020 la cifra se duplicará, convirtiéndose en una de las principales pandemias a las que deba enfrentarse la humanidad. Esto siempre y cuando no cambiemos nuestros malos hábitos.

En todas las enfermedades hay un factor genético, un factor de medio ambiente y causas que lo desencadenan. Si bien hay una predisposición hereditaria a desarrollar diabetes de tipo II, está comprobado que determinados factores, tales como la obesidad, exceso de peso, colesterol elevado, hipertensión arterial y sedentarismo, contribuyen a que se origine la enfermedad.

Hace diez años se decía que la diabetes I era más común en los niños y jóvenes, mientras que la de tipo II incluía al adulto de más de 45 años. Hoy en día se pueden ver casos de diabetes II tanto en jóvenes que rondan los veinte años, como en niños. La principal causa de la enfermedad a tan temprana edad es la de llevar una vida con hábitos poco saludables, consistentes en una mala alimentación – con mucho hidrato de carbono y grasas- y poca actividad física. Según el Ministerio de Sanidad, casi la mitad de la población mayor de 18 años, de ambos sexos, presenta exceso de peso, lo que los convierte en un grupo de riesgo para contraer esta temible enfermedad.

Llevamos una vida que es cada vez más sedentaria, donde el cambio tecnológico se mueve a una velocidad terrible, que hace que el cambio de hábito que conlleva se produzca más tarde. Por lo tanto, hay un desfase. Estamos en el siglo XXI, pero nos alimentamos como si estuviéramos en el siglo XX. En muchos hogares se sigue cocinando con mucha grasa e hidratos de carbono, a la vez que cada vez se realiza menos actividad física, por lo que hay menos gasto energético. Para evitar esto, siempre tiene que haber un equilibrio entre lo que se come y lo que se gasta de energía. Hoy en día vivimos, además, dentro de una vorágine donde el "no tener tiempo" suficiente se transforma en una constante que nos lleva a adquirir hábitos pocos saludables, como el consumo de comida basura, cuya materia prima –casi siempre- es de dudosa calidad. Seguramente que el tiempo libre que tienen los jóvenes de hoy sea menor al que tenían los de hace veinte o treinta años. Es probable que ese tiempo libre vaya disminuyendo y que la calidad de vida de cada una de las personas que vive sobre todo en áreas urbanas también disminuya.

El trabajo urbano y el poco tiempo libre también han favorecido el desarrollo de diabetes II, obligando a gran parte de la población a cambiar drásticamente su dieta alimenticia, consumiendo alimentos "baratos" –como harinas, pastas o legumbres- que suelen tener muchos hidratos de carbono (uno de los principales enemigos de esta enfermedad) y que son poco saludables.

La diabetes mellitus de tipo II es el resultado de una alteración del metabolismo de los hidratos de Carbono, debido a la deficiente producción de insulina (a diferencia del tipo I, que es muy escasa o nula), que no trabaja adecuadamente, por lo que no es capaz de aprovechar el azúcar como es debido. Como consecuencia de ello se producen alteraciones en el metabolismo. La diabetes II es una enfermedad metabólica que tiene un efecto cardiovascular, donde hay que observar al paciente en su conjunto. Lo importante es que el paciente la padece, porque tiene una enfermedad que hay que tratar en su conjunto, física, psíquica y anímicamente. La diabetes de tipo II es una enfermedad crónica, que no tiene cura, pero que puede prevenirse o, al menos retrasar su aparición. Si bien es cierto que crece a pasos acelerados en nuestra sociedad, también lo es el saber que lleva varios años de incubación hasta que se desencadena. A esta etapa se la llama prediabetes, que es cuando se tiene la glucosa en la sangre por encima del valor normal pero por debajo de los valores que se consideran como diabetes. Dura entre 6 y 7 años y es clave para disminuir el riesgo de contraer diabetes II en un futuro, y así también una enfermedad coronaria. Se puede volver, incluso, a tener concentraciones normales de glucosa en la sangre. La hipertensión, hígado graso, el colesterol alto y la obesidad suelen ser señales de alarma de una prediabetes. El primer indicio de que algo anda mal es el sobrepeso, que se asocia a una situación que se llama "síndrome metabólico", que acarrea trastornos con la insulina, ya que la persona debe fabricar más insulina de la que cuenta para mantener el control de la glucemia en niveles bajos. Al principio, el páncreas le hace frente al aumento de la demanda produciendo más insulina. Sin embargo, con el paso del tiempo pierde la capacidad de secretar suficiente insulina en respuesta a las comidas. La persona que tiene obesidad fabrica más insulina de la cuenta para mantener el control de la glucemia en niveles normales. Para una persona que tiene un cuadro prediabético el síntoma más claro es que los pantalones no le quedan como antes, por la acumulación de grasa en la cintura. La balanza, el espejo y el cinturón tienen la medida más clara para entender por qué camino se está yendo. A ellos no se les puede mentir. El perímetro abdominal es una estandarización. Mujeres con más de 80 cm de cintura tienen riesgo de padecer diabetes o síndrome metabólico mientras que en el hombre ronda los 94 cm. De 102 para arriba ya es riesgo muy elevado.


La diabetes se trata en cuatro frentes, dieta, educación, actividad física y medicación. Lo importante es que esta enfermedad hay que tratarla en su conjunto, abarcando al paciente en su totalidad. A diferencia de otras enfermedades, la medicación por sí misma no logra el efecto deseado. Quedarse sentado "esperando" mejorar o pensando "que sea lo que Dios quiera", no lo llevará a ningún lado. El médico puede ayudar, pero que el tratamiento llegue a buen puerto dependerá sólo del paciente. El tratamiento en el paciente es el cambio en el estilo de vida, que consiste en medicamento, dieta, y actividad física. Si no cambia su estilo de vida, no tenemos ningún tratamiento posible. La mayoría de los pacientes cuando hacen cambios en su estilo de vida ven que su organismo automáticamente hace un efecto dominó: baja el azúcar, la hipertensión y el sobrepeso.

Es fundamental que la persona haga una actividad física que le resulte gratificante, de lo contrario, la comenzará y abandonará. Es indispensable además, realizar previamente un chequeo cardiológico. Lo más importante que debe hacer una persona con diabetes para controlar su enfermedad es conocerla, saber acerca de sus propios síntomas y de las estrategias farmacológicas y no farmacológicas para lograr un control clínico y metabólico. Así se previenen complicaciones crónicas graves y se puede tener una calidad de vida similar a las personas sin diabetes.

La expectativa de vida de un paciente con diabetes bien controlada es prácticamente la misma que la de una persona sin diabetes de su misma edad, sexo y condición económica.

Esculturas cinéticas



Theo Jansen
Theo Jansen es un artista y escultor "cinético" que vive y trabaja en Holanda. Construye grandes obras que se asemejan a esqueletos de animales que pueden caminar gracias al viento en las playas de los Países Bajos. Sus trabajos animados son una fusión de arte e ingeniería. En un anuncio de televisión del BMW, Jansen dice que "las barreras entre el arte y la ingeniería solamente existen en nuestras mentes."Jansen se dedica a crear vida artificial mediante el uso de algoritmos genéticos. Estos programas simulan evolución dentro de su código. Los algoritmos genéticos se pueden modificar para solucionar una gran variedad de problemas incluyendo diseños de circuitos, y en lel caso de las creaciones de Theo Jansen, sistemas complejos.


La "aptitud" se introduce en el algoritmo; en el caso de Theo, su criatura debe sobrevivir en la playa mientras se mueve por la arena junto al océano, en el borde de la playa. Esos diseños se adaptan lo mejor posible dentro del ambiente modelado de la playa y en un determinado plazo de tiempo los diseños complejos emergen. Las alas de las criaturas brotan y junto con la aleta se orientan según la brisa. Las piernas articuladas mueven la criatura a través de la arena, algo parecido al movimiento de un cangrejo. 

Theo utiliza un conducto eléctrico plástico para hacer alguno de sus diseños más prometedores. Después los deja vagar libremente en la playa, sopesando su éxito, y pone al día su modelo otra vez.Ya hará cerca de diez años que Theo Jansen se ocupa de la fabricación de esta "nueva naturaleza". El material básico no es polen ni semillas sino los tubos amarillos de plástico que utiliza como esqueleto para estas nuevas especies. Theo hace que los esqueletos puedan caminar en el viento y desearía algún día poder dejar estos animales libremente en manadas en las playas para ver como evolucionan al tener su propia vida independiente.

Os aconsejo que veías algunos videos de Theo Jansen en "YouTube". Yo me he quedado alucinado.

No te habitúes a cenar bocadillos



El actual estilo de vida hace que en algunas ocasiones para la hora de cenar disfrutemos de un rico y sencillo bocadillo. Se trata de algo muy fácil de preparar con lo que colmar nuestras necesidades, de hecho, comer de vez en cuando un bocadillo no afecta a nuestra salud ni a nuestro peso.

Todo cambia cuando una persona se habitúa a comer prácticamente a diario un bocadillo para cenar, son muchos los hogares que realizan esta práctica rayando lo habitual. Un bocadillo es barato, rápido y eficaz contra el hambre (nos referimos a los tradicionales, ya que algunos bocadillos se las traen), en todos ellos hay un común denominador, el pan. Grandes cargas de carbohidratos, grasas y proteínas del contenido del bocadillo y en general un gran acopio de nutrientes son enviados al organismo en un momento que realmente no es necesario, ya que nos vamos a dormir.

Toda la carga energética serviría para combatir, por ejemplo, el esfuerzo físico durante el día, pero por la noche es todo lo contrario, sirve para aumentar nuestras reservas de grasa y con ellas nuestro peso. Un buen consejo es disfrutar por la noche de comidas ligeras y saludables, ensaladas, verduras, carnes y pescados a la plancha, tortillas, etc.

Claro, que no hemos explicado como se vuelven los nutrientes de un bocadillo en grasas, el proceso es simple. La digestión resultante de un bocadillo convierte los carbohidratos que aporta el pan en glucosa, precisamente este es el combustible de los órganos que son más activos por el día, los músculos, el cerebro, etc. Como estamos en el descanso nocturno, es todo lo contrario. Toda la carga energética se ve rechazada por los órganos porque no les hace falta y por consiguiente, dicho exceso se transforma en tejido adiposo corporal.

Lo dicho, bocadillos por la noche con moderación.

Recetas para adelgazar: hamburguesas caseras de ternera con salsa de tomate


INGREDIENTES (para 4 personas)
  • 500 gramos de carne de ternera picada.
  • 50 gramos de cebolla.
  • 2 cucharadas de pan rallado.
  • 4 cucharadas de aceite.
  • Algo de sal.
  • Unas hojas de lechugas variadas.
  • ¼ litro de salsa de tomate frito.
  • Vinagreta:
    • 4 cucharadas de aceite de oliva.
    • 2 cucharadas de vinagre balsámico -puede valer vinagre de vino-
    • Algo de sal.
CÓMO SE ELABORA: Pelamos y picamos finamente la cebolla en brounoisse -picadito en cuadraditos pequeños-. En una sartén con un poco de aceite de oliva doramos la cebolla. Ponemos la carne de ternera picada en un bol y la sazonamos con sal y pimienta y la cebolla una vez dorada. Incorporamos el pan rallado y mezclamos bien todos los ingredientes. Repartimos la mezcla en 4 u 8 partes y formamos las hamburguesas. Las rociamos con aceite y las doramos en la plancha 4 minutos por un lado, les damos la vuelta y las doramos por el otro lado 4 minutos más.
Acompañamos las hamburguesas además de la salsa de tomate caliente, con una ensalada de lechugas variadas aliñada con la vinagreta.
El consumo de hamburguesas se asocia normalmente al consumo de comida rápida o comida basura. Si bien, al elaborar hamburguesas caseras, nos aseguramos que la carne es de la mejor calidad y además podemos añadir en su elaboración los ingredientes deseados. Al elegir una carne de ternera picada, se pueden elaborar hamburguesas con proteínas de buena calidad y poca cantidad de grasa. Al acompañar la hamburguesa con una guarnición de cebolla y lechugas variadas, se consigue que el plato contenga también variedad de vitaminas y minerales, así como sustancias con acción antioxidante. Esta puede ser una forma de que los más pequeños coman verdura, que en algunas ocasiones no son de su agrado.

Nordic Walking en Mallorca (prevención y rehabilitación cardíaca).


A partir del mes de octubre de 2016 comenzamos con cursos de Nordic Walking en Mallorca. Los cursos se realizarán los sábados y durarán aprox. 3 horas. Los cursos se realizan cambiando cada semana el recorrido de la caminata y constan de una parte teórica de aprox. 30 minutos en la que el cardiólogo controla la presión arterial, la frecuencia cardíaca y valora el estado general de los participantes. Comenzamos después con estiramientos y a caminar. La caminata dura aprox. 1 hora y media (con varias pausas). Posteriormente se hace una fase de relax con ejercicios de relajación y control del estrés.

El Nordic Walking es un deporte que puede practicar cualquiera. Estos cursos están además indicados para aquellos que tengan algún factor de riesgo cardiovascular (obesidad, diabetes, niveles altos de colesterol, hipertensión arterial, tabaquismo, estrés, etc) o para aquellos que ya han padecido algún problema con el corazón.
Nordic Walking o (caminar con bastones) es un concepto de movimiento para todo el cuerpo. Y siempre se practica al aire libre.
Se trata del movimiento que está revolucionando el concepto del ejercicio saludable.

Este concepto de movimiento presenta enormes ventajas comparado con el resto de actividades deportivas: con él se mueven sincronizadamente 600 músculos (90% de los que tenemos en nuestro cuerpo).

Y lo más interesante es que lo puede practicar todo el mundo. No importa la edad, ni si nunca ha practicado deporte. Son muchas las ventajas que el Nordic Walking aporta a nuestro cuerpo y poco los requisitos físicos. Se obtiene entre un 40% a un 60% más de consumo calorías, que el andar sólo. Siempre que emplee la técnica adecuada.

Es ideal para todas las personas que les gusta andar o lo hacen por prescripción médica. Puede caminar sólo, acompañado, en grupo, etc. por parques, caminos, calles, vías, playas, etc. no necesita ninguna pista especial o terreno con unas características especiales. Además es muy divertido.

En la actualidad esta actividad deportiva está arrasando en Europa, Italia, Francia, Suiza, Austria, Finlandia, Alemania, etc.

Nosotros damos cinco cursos diferentes y cada participante se puede apuntar los días que quiera. Se celebran independientemente del tiempo que haga. Nuestro lema es:

"Nunca hace mal tiempo, lo único que hace es ropa inadecuada"

Los cursos son impartidos por un profesor de educación física. La parte práctica se ampliará con teoría, sobre cómo controlar nuestros factores de riesgo cardiovascular.

Para más información, llamar al
971 500 343

La felicidad en la edad adulta


" Envejecer no es tan malo cuando piensa uno en la alternativa. " Maurice Chevalier (Cantante y actor francés)

Existen multitud de mitos y tópicos sobre las diferentes edades del hombre y la mujer. Y la década de los cincuenta años no es una excepción. Algunos se presentan en refranes o dichos, frases hechas y manidas que alguien se encarga invariablemente de recordarnos en cada uno de los cumpleaños. Otros, más peligrosos, acechan ocultos en cada esquina del pensamiento, en el comportamiento, en la actitud de quienes nos rodean, incluso de los más queridos. Incluso pueden encontrarse en - y, lo que es más grave, condicionar - nuestra propia forma de pensar.

Los mitos y creencias son, muchas veces, inevitables. Y lo importante no es que existan, aunque algunos, a esta edad, pueden empezar a parecer ofensivos. El problema es que dejan traslucir un pensamiento, y un comportamiento individual y social, que puede causar problemas a muchas personas. Y eso que, como buenos tópicos, se alejan en muchos casos de la verdad. Analizaremos a continuación algunos de ellos:


¿CUANDO EMPIEZA LA VEJEZ?

Uno de los mitos más enraizados es la aseveración, tantas veces oída, de que a los cincuenta años empieza la vejez. Si no la vejez, al menos el declive físico y mental.

En primer lugar, esta afirmación se basa en la falsa creencia de que la vejez es algo terrible, algo así como un mal bíblico e irremediable. Por eso, la frase viene generalmente acompañada de cierto tono de pena o de resignación. Pero esta visión de la vejez, habitual en nuestra sociedad moderna y occidental, no es, afortunadamente, constante ni universal. Curiosamente, las sociedades que más frecuentemente respetan la ancianidad son las sociedades primitivas o con un escaso número de ancianos. En ellas el valor de la edad como experiencia es bien apreciado. Quizás existe ahora un "superávit" de ancianos que hace que menospreciemos todo lo bueno que tiene esta etapa de la vida, y nos fijemos sólo en los problemas que pueden causar sus limitaciones.

Esta forma limitada y pesimista de ver la vejez puede discutirse con muchos argumentos, muchos de ellos obvios. Sólo quiero recomendarle, si su visión de la vejez está cercana a ésta, que conozca y hable con personas ancianas que han vivido la vida con éxito. Quizá le agrade leer un libro de don Santiago Ramón y Cajal, en el que relata su forma de ver la vida desde los 80 años de edad, para encontrar un punto de vista inteligente y diferente. Ningún anciano ha vivido esta etapa de su vida de forma plena sin estar convencido del pleno valor de la misma.

Pero además, si somos biológicamente correctos, el envejecimiento comienza, en muchos aspectos, antes de nacer. Poner un límite a la vejez (sean los 50 años, los 65 o cualquier otro) supone siempre maldefinir a cada individuo, en base a unos prejuicios ¿Empieza la vejez cuando la mujer deja de ser fértil? Este criterio se usa en los animales domésticos. ¿Empieza cuando uno se jubila? Es un criterio puramente económico y variable, que pone el valor de la persona en su capacidad productiva. ¿Empieza cuando uno tiene cierto grado de incapacidad? Es un criterio derivado del anterior, que despoja de valor a la persona si no se ajusta a un modelo establecido.

A los cincuenta años, el cuerpo puede aún tener una excelente capacidad física y resistencia a las enfermedades, y está además curtido por los sufrimientos y esfuerzos ya pasados. Y la mente tiene el potencial de utilizarlo más sabiamente. Si uno se cuida, esta capacidad puede conservarse hasta bien entrados los setenta, e incluso los ochenta años.
En resumen, no deje que le diga cuando tiene que empezar a ser viejo. Decídalo usted mismo. Y piense, como dice Maurice Chevalier, la alternativa .

NO DEJAR DE DISFRUTAR

Otro tópico muy común es que a esta edad ya no se puede disfrutar como antes. Las salidas nocturnas, el baile, el sexo, lo que se considera socialmente "divertido" pueden empezar a verse limitados. Esto también es falso.

La aceptación de este hecho tiene varias consecuencias. Por un lado, se establece que existe una forma social determinada de divertirse y disfrutar, y que esta es la única aceptable, y la única que produce diversión real. Todas las demás formas se convierten en sucedáneos, en formas menores de cubrir la necesidad de diversión.

Si reflexiona un poco, y se distancia del romanticismo que siempre tiene el tiempo en el que uno es joven y capaz de cualquier cosa, no podrá negar que ahora es capaz de disfrutar mucho más con muchas más cosas, aunque parezcan menores. 


Los que se niegan a aceptar que existe una forma estándar de pasarlo bien, pueden llegar a gozar mucho más profundamente de cosas quizá menos aparentes, pero de mayor valor

Cosas como la amistad o el amor de una persona, la belleza estética, o aquellos sencillos momentos de armonía en los que uno se encuentra en paz con uno mismo.

Pero el hecho de que se hayan ampliado por un lado las posibilidades de disfrutar tampoco le obligan a abandonar las diversiones habituales. ¿Qué ley o norma o convención le impiden irse de viaje con los amigos, salir de copas o de excursión, casarse? ¿Tiene miedo a sentirse desplazado en algunos sitios? ¿A lo que puedan opinar de usted? ¿Cree usted justo que lo que piensen los demás sobre usted le impidan disfrutar de las cosas?.

Si lo mira desde un punto de vista optimista, encontrará que a su edad puede disfrutar más fácilmente de algunas diversiones "típicas" (por lo pronto, tiene más medios económicos que los que tenía de joven), y puede añadir a estas otras diversiones más serenas o personales. Aunque los jóvenes no lo sepan, disfruta usted, cuando quiere, más que ellos.

ASPECTO FISICO Y ATRACCION

Otro tópico, desgraciadamente muy difundido, es que las personas que se acercan a esta edad, especialmente las mujeres, empiezan a perder atractivo físico. Además, tiene su peligrosa contrapartida en el otro tópico que afirma que los hombres maduros lo ganan.

Las mujeres que han tenido hijos pasan por una crisis parecida durante los embarazos. Es muy fácil que una mujer embarazada acepte que en este período irradia una especial atracción.

Sin duda, una parte de este prejuicio tiene que ver con el ideal social de belleza, que trasluce en todas las conversaciones, en la forma de vestir, en los anuncios, en la televisión. Si se quiere comparar con esos jóvenes "bellos y famosos", o con usted mismo de joven; si ése es su ideal de belleza, entonces es posible que tenga razón, y que haya perdido mucho atractivo.

Pero este punto de vista resulta muy discutible. ¿Cual es la edad a la que la belleza es ideal? ¿A los 18 años, casi recién salido de la infancia? ¿A los 23 años, en plena juventud? ¿A los 30 años, con los rasgos ya establecidos y mayor serenidad y madurez? ¿Y cuál es el ideal de belleza? En los países del Norte de Europa resultan más atractivas las personas de pelo oscuro, y en el Sur las rubias. ¿Qué es mejor? El aspecto y las medidas de los modelos también cambian con la moda: hoy "se llevan" los hombres más bajos y atildados, o las mujeres con rasgos muy marcados en la cara; mañana, los hombres musculosos o velludos y las mujeres con más pecho.

Lo mismo que varía con las circunstancias, y con el gusto de cada persona, la belleza varía con la edad, y cada edad tiene su encanto. Probablemente la edad ideal, de mayor belleza, varía en cada persona. Por tanto, aceptar sin discusión la pérdida de atractivo es aceptar algo discutible, que va en perjuicio de uno mismo.

Muchas veces, la aceptación de este tópico sólo traduce una negación o rechazo de los cambios corporales que se producen con el paso de los años. En este caso, se dirigen los esfuerzos a disimular los "fallos" detectados, aquello que se va alejando de lo que creemos ideal.


En contraste, las personas que aceptan estos cambios físicos naturales y los incorporan a su forma de vestirse y de arreglarse, llegan a ofrecer un tipo de belleza distinto, que proviene del equilibrio interior, de la comodidad con la propia forma de ser. Esta forma de belleza, muchas veces no buscada, se aprecia más en nuestra sociedad de lo que creemos, aunque a veces no explícitamente. Es una situación en la que el elogio no se dirige a analizar "lo bien que uno se conserva", sino a describir cómo uno va mejorando con los años.

En conclusión, todos los esfuerzos que haga por mejorar la aceptación de la forma de evolucionar su propio cuerpo aumentarán más su belleza que la más cara de las cirugías estéticas.

Por último, quizás quiera hacer una pequeña observación: si se fija en las personas de su edad que le rodean, encontrará en todas, más pronto o más tarde, una serie de rasgos parecidos: los varones suelen perder algo de pelo, y ganar algo de tripa (aunque se esfuercen por ocultarla). Las mujeres pierden la firmeza de los senos, y la piel pierde su aspecto terso. Ambos empiezan a tener arrugas y manchas en la piel. Sin embargo, sus capacidades y valores permanecen o mejoran. La honradez, la capacidad de esfuerzo, la bondad, no suelen desaparecer con los años. ¿Qué es más importante a la hora de juzgarse a uno mismo o a otra persona?

LA ESCALA DE VALORES

Precisamente cuando llega el momento de juzgar algo, nos encontraremos otro tópico. Se dice que las personas de esta edad empiezan a tener ideas "anticuadas", a estar "pasados de moda", a ser conservadores. Este tópico sí refleja un hecho real, pero lo hace desde el punto de vista más perjudicial para usted.

La mayor parte de las personas, incluso muchas que lo niegan, basan su pensamiento y su actuación en la consideración de unos valores o ideas por encima de otros. Y es un hecho bastante normal que empiece a percibir que su propia escala de valores está dejando de coincidir con la de la generación más joven. Precisamente con la generación que está asumiendo los puestos relevantes, y que está aportando su carga de nuevas ideas.

Sin duda, usted asumió y determinó su forma de ver las cosas, de juzgar, de comportarse, cuando era joven, cuando estaba formándose activamente y era capaz de criticar cada idea antes de asumirla. Y, en distinto grado, la mayoría de las personas de su generación asumió en su juventud muchas de estas ideas y valores, que le dieron un sello propio. En ese momento, muchas hechos que para usted resultaban normales eran rechazados por sus mayores. Ahora, casi sin querer, se descubre en el otro lado.

Es frecuente que, superados los treinta años, o incluso los cuarenta, una persona se niegue aún, o al menos se resista, a aceptar que su forma de pensar empieza a dejar de ser lo "moderno", lo innovador, lo joven. Que las canciones nuevas que oye por la radio empiezan a no parecerle música. Que los lugares a los que va no son precisamente lo que está de moda entre personas más jóvenes. Que los comportamientos que le chocan de los más jóvenes son sólo excepciones. Y sus amigos suelen no hablar mucho de ello tampoco. Quizás sólo uno o dos, de convicciones más firmes o más conservadores se quejan de ello.

Pero llega un momento, que muchas veces coincide con esta edad, en que tiene que afrontarlo. Entonces, dejará de sufrir por expresar una opinión diferente, y a considerar que no todo lo moderno, o lo que piensan los jóvenes, tiene fundamento. Que su forma de comportarse en público a veces llega a caer en la mala educación, o en la falta de vergüenza. Y entonces descubre que sus hijos, o sus sobrinos, o sus compañeros de trabajo más jóvenes, le llaman anticuado. Ha cruzado usted la barrera, ya está del lado del que estaban sus padres cuando usted hacía cosas normales que ellos consideraban descaradas o de mala educación.

Parece evidente que esta secuencia de hechos no es realmente un tópico, sino un hecho social normal, que se ha acelerado en el último siglo por la creciente universalización de la cultura debida a los medios de comunicación.

Quizás la actitud más equilibrada, en estas circunstancias, consista en analizar y comprender la propia forma de pensar, buscando qué valores aprecia uno en realidad. E intentar también comprender la escala de valores de las personas más jóvenes. Puede compararlas, sin tener prejuicios morales sobre la bondad o maldad de cada valor. Simplemente pueden ser diferentes.

Y, una vez hecho esto, defienda sus propios valores. No acepte que estén anticuados, sino que son valores reales, vivos y perfectamente respetables. La sociedad, y los propios jóvenes, necesita que cada generación defienda su forma de pensar, para mantener un equilibrio con la forma de pensar de las generaciones anteriores y posteriores. Y su generación es, probablemente, la que guarda un justo término medio entre las ideas de los verdaderamente ancianos y los verdaderamente jóvenes.

Adelgazar con ejercicio y con dieta


La combinación adecuada de una dieta saludable y la práctica del ejercicio es la clave del éxito para perder peso.

Es bien sabido que el ejercicio es bueno para la salud, pero es más frecuente relacionarlo con la pérdida de peso y practicarlo con ese fin. Por eso, muchas personas piensan que el ejercicio es suficiente para bajar de peso, pero no siempre es así. Creer que después de una sesión de ejercicio se puede comer lo que sea porque ya se han quemado suficientes calorías es una equivocación que lleva, en la mayoría de los casos, a un abandono de la práctica de ejercicio si no se obtienen los resultados esperados.

Si hago ejercicio, ¿puedo comer más?

Una persona que tiene sobrepeso y practica ejercicio con el único fin de perder esos kilos de más debe ser consciente que puede no ser suficiente si no lleva a cabo un plan ordenado en su alimentación. Si se hace ejercicio diariamente pero el consumo de energía es muy elevado no se consigue el objetivo buscado. Así, cuando se quiere perder peso es preciso que el balance energético sea negativo, es decir, que se gaste más energía de la que se ingiere. Esto no quiere decir comer menos, pero sí comer mejor. Un plan de adelgazamiento permite comer mayores cantidades de aquellos alimentos que aportan menos energía y que ayudan a saciarse. Además, si la dieta se acompaña de ejercicio, este hará que la grasa en exceso del cuerpo se vaya quemando más rápidamente.
Combinar la práctica de ejercicio con una dieta saludable, por tanto, contribuye a mantener la salud y, si lo que se busca es bajar de peso, una dieta baja en calorías junto con un plan atractivo de actividad física serán la clave del éxito.

La alimentación desaconsejada

Después del ejercicio, se debe optar por alimentos de pocas calorías para no ingerir más energía que la gastada durante la actividad. De nada sirve hacer ejercicio si después de cada sesión se decide comer una pieza de bollería, más cantidad de espaguetis o un bocadillo más grande, algo tan obvio como frecuente entre mucha gente. De esta forma es muy probable que se ingiera incluso más energía de la que el organismo ha gastado. En caso de comer algo después del ejercicio, es preferible optar por alimentos que no aporten tantas calorías. Así, por ejemplo, un bollo relleno de chocolate aporta 200 calorías a expensas de azúcares simples y grasas, mientras que un pincho de jamón serrano (de 50 gramos de pan) aporta 140 calorías por su contenido en azúcares complejos y proteínas.

También resulta desaconsejado practicar ejercicio cuando han transcurrido varias horas desde la última comida. En este caso, será necesario comer algo antes de la sesión de deporte para así mantener las reservas de glucosa y tener resistencia durante el tiempo que dure la actividad.

La práctica del ejercicio debe entenderse como un hábito de vida al que hay que dedicarle un tiempo más o menos fijo a lo largo de la semana. Poco efecto se nota si se practica ejercicio intenso un día y no se vuelve a hacer actividad en mucho tiempo. Algo similar ocurre si se detiene la actividad física durante el verano, algo que provocará, cuando se retome de nuevo en otoño, la necesidad de un mayor esfuerzo.

Las altas temperaturas, el cansancio acumulado después de un intenso año laboral y la ausencia de trabajo y de obligaciones durante los meses de verano son algunos de los motivos que pueden llevarnos a abandonar el ejercicio. Por tanto, si es preciso es recomendable cambiar de actividad, de modo que el ejercicio no resulte agotador y que se ajuste a la persona que lo practica. El ejercicio presenta múltiples beneficios: contribuye a quemar la grasa, mejora la fuerza muscular y ayuda a mantener la masa ósea.

Recetas para adelgazar: crema fría de marisco con gambas salteadas


INGREDIENTES (para 4 personas):

  • 200 gramos de gambas o langostinos crudos.
  • 100 gramos de zanahoria.
  • 100 gramos de cebolla
  • 2 puerros.
  • 20 gramos de arroz.
  • 1 tomate maduro.
  • 1 vaso de coñac
  • 1 litro de caldo de pescado (lo venden en brick)
CÓMO SE ELABORA:
Para elaborar esta receta de una forma más rápida y sencilla podemos utilizar caldo de pescado de brick, lo que nos ahorrará tiempo y esfuerzo. Y para hacerla de forma casera os presentamos la forma tradicional. Elaboramos el caldo de pescado poniendo a hervir desde frío las cabezas de pescado sin agallas y las espinas limpias junto con el verde del puerro y los tallos de perejil. Tras hervir durante 1 hora, colamos por un colador fino y reservamos.

Para la salsa de marisco: picamos muy finas las verduras y ponemos a pochar. Añadimos el tomate cortado en gajos y las cabezas y carcasas de las gambas. Reservamos la carne de las gambas para la guarnición. Flambeamos con coñac, añadimos el arroz y mojamos con un litro de caldo de pescado; dejamos hervir hasta que el arroz esté hecho y trituramos. Una vez triturado pasamos por el colador, ponemos a punto de sal y lista la crema de marisco. Salteamos las gambas con un poco de aceite de oliva y sal y acompañamos la crema de marisco enfriada en la nevera con las gambas salteadas.

Al servir, en cada plato se puede añadir una cucharada sopera de crème fraîche.