El cuidado del pie diabético
El ser humano es bípedo, es decir camina
sobre dos pies, una vida entera. Por esto, que los pies se encuentren en un
extremo de nuestro cuerpo y que los ojos estén en el otro extremo, en la misma
cabeza, ha resultado bastante razonable. Otro tema es que por esta razón muchas
veces nos olvidamos de nuestros pies. Lo que los ojos no ven…
Si Usted está medianamente sano puede
que haga unos 5000 pasos diarios (por desgracia, las distancias recorridas a
diario de la media de personas en occidente no supera ya los 1000 pasos, es
decir ¡no llega ni a 1 km!)
Así, caminando durante su vida diaria
sin más actividades deportivas juntaría unos 75km al mes. No más que por este
trabajo sus pies merecen un cuidado especial. Además, ¿no se limpia Usted los
dientes a diario?
Sea sincero: ¿Les da a sus pies la
atención que se merecen?
Mucho más importante sin embargo es el cuidado de sus pies, si Usted es
diabético.
No obstante, pocos pacientes son conscientes
de ello. Y no saben que tienen que ir con sumo cuidado.
Hemos juntado unos cuantos consejos para
Usted cómo cuidar sus pies en caso de padecer diabetes:
Control diario:
Lo mejor es revisar sus pies a diario por heridas o pequeñas alteraciones
de la piel. Revise especialmente los espacios entre los dedos.
Si Usted está limitado en su movilidad, un pequeño espejo de mano le puede
ser útil. Si no, pida ayuda a un familiar. Esto es más importante aún si no ve bien.
Antes de ponerse los zapatos siempre ha de mirar si están libres de
piedrecitas u otros cuerpos extraños. Puede que la sensibilidad de sus pies
esté disminuida como consecuencia de su enfermedad y no siente siquiera la
presión.
Acuda a su médico o podólogo siempre cuando se observa puntos de presión,
heridas o callosidades fuertes.
Lavado de los pies:
No utilice jabón normal porque reseca la piel. Para el cuidado diario es
recomendable usar jabón para bebés o una loción que no elimina la grasa natural
de la piel. También son recomendables las lociones con urea.
Lave sus pies con una manopla suave, nunca con cepillo de masaje o de uñas.
Puede mimar sus pies con baños cortos de
máximo 5 minutos para evitar que la piel se reblandezca lo que facilita la
entrada de gérmenes. La temperatura del agua no debería superar los 35ºC.
Compruébelo con un termómetro de baño y no se fíe de su sentido. Después de una
diabetes de muchos años su capacidad de sentir la temperatura en los pies suele
haber empeorado.
¡Ojo! Un baño demasiado caliente le
puede provocar quemaduras si los nervios de los pies están dañados por la
diabetes y su capacidad de sentir calor-frío es reducida.
Secar:
Séquese los
pies después del lavado con una toalla suave con cuidado y con esmero (JAMÁS
frotar). No se olvide de los espacios entre los dedos para prevenir hongos.
Esto funciona bien con un pañuelo cosmético.
NO utilice el secador ya que reseca la
piel demasiado.
Quitar callosidades:
Las callosidades se quitan mejor durante
o después del baño (una vez por semana) porque la piel entonces está
reblandecida.
Funciona bien con una piedra pómez. Pero
tenga cuidado con callos profundos o verrugas. En este caso mejor que acude a
un podólogo por el riesgo de herirse.
NO utilice limas ni otros instrumentos de metal.
Limas sí – tijeras NO:
Para cortar las uñas utilice una lima y nunca por debajo del nivel de la
punta del dedo. Preste atención a los bordes en pico que podrían herir al dedo vecino.
Dele forma recta y no redonda a la uña para evitar que se incruste en la piel.
Si le resulta demasiado molesto limarse las uñas Usted mismo, acuda a su
podólogo. Olvídese de tijeras, tenazas o
cortaúñas.
Hidratar:
Después del secado es recomendable
aplicar una crema, loción o espuma cremosa, mejor con urea para mantener el pie
bien hidratado y evitar callosidades. Evite aplicar crema entre los dedos ya
que este microclima húmedo facilita infecciones.
Prevención de Hongos:
Lo reconocerá fácilmente por el escozor,
el enrojecimiento o la formación de ampollitas. Pero en los diabéticos estos
síntomas muchas veces faltan.
No camine descalzo en las piscinas;
utilice sus propias toallas y chanclas; lleve siempre calcetines de algodón en
sus zapatillas de deporte.
Lave los calcetines y sus toallas a
mínimo 60ºC y sustitúyelos a diario por ropa fresca. Aunque se avergüence, no
evite la visita al médico cuando tenga la sospecha de tener hongos. (El habrá visto casos mucho peores.)
Normalmente basta tratar las partes afectadas con cremas, esprays o
lociones anti-hongos especiales de la farmacia. Pero tenga en cuenta que es muy
importante mantener el tratamiento durante el tiempo recomendado por el médico.
Si el hongo ha afectado ya gran parte de los dedos, probablemente será
necesario un tratamiento con pastillas.
Zapatos y calcetines:
¡Use zapatos y calcetines adecuados! Cualquier presión
sobre el pie aumenta el peligro de heridas. ¡No use nunca calcetines
remendados!
¡Atencion! La piel hipersensible de los pies diabéticos
hace que las heridas tarden más en curarse. ¡No intente tratar Usted mismo sus
heridas JAMÁS! ¡Acuda a su médico!