CGCI: nuevo avance en la cirugía antiarrítmica.

El Hospital Universitario La Paz de Madrid ha sido el escenario de una cirugía de taquicardia auricular a cargo del doctor José Luis Merino, responsable de la Unidad de Electrofisiología Cardíaca Robotizada del centro sanitario. La intervención ha tenido lugar en el marco del congreso Europace, de la Asociación Europea de Ritmo Cardíaco (EHRA en sus siglas en inglés).

El cirujano ha utilizado un novedoso sistema robótico para el tratamiento de arritmias, denominado Catheter Guidance Control and Imaging (CGCI), que permite colocar con más precisión los catéteres, con un control preciso y constante en entornos dinámicos y que resultaban inaccesibles hasta ahora.

Como ha explicado Josh Shachar, matemático inventor del CGCI, “el sistema tiene como principal característica la posibilidad de reproducir el movimiento de la mano del cirujano dentro de la anatomía del corazón a tiempo real y sin demoras, de manera que si se mueve el joystick, se mueve en realidad el cateter”. Otra ventaja que ofrece es que el campo magnético que se genera para el movimiento necesario del cateter de un lado a otro en función del joystick permite realizarse sin pérdidas magnéticas.

“Hemos sido capaces de conectar la ecuación de Maxwell -campo magnético y su gradiente- con un grupo de dominios ópticos. Si se observa a la máquina, cada uno de los ocho electroimanes dispone de una lente, con una cara pulida y hemos conseguido que el campo magnético salga de esta lente y se mueva exactamente como una dioptría en la propia lente del cirujano y que se mueve a tiempo real con el joystick y el cateter. Este movimiento hace que el sistema sea tan fiable”, ha reiterado.

Otro aspecto que ha querido destacar es que el corazón del paciente se mueve a la vez que el cateter. La forma de lograrlo ha sido, a partir de un electrocardiograma, informar al regulador del CGCI de manera que, cuando se este se anticipa y el catéter se mueve en función de los latidos, sin sobrepresión.

“Elementos como las lentes magnéticas, la proporcionalidad del campo magnético, los movimientos del cateter o la posibilidad de utilizar el joystick para realizar la operación permite que la destreza del cirujano sea muy segura a la hora de mover el cateter, mucho más allá de que sea a distancia: se puede estar, por ejemplo en Venezuela, y operar en Los Ángeles, porque el dominio digital permite actuar sin pérdidas”, ha señalado.

El origen de esta tecnología procede del campo militar, en el que se utilizaron lentes magnéticas para crear campos eficientes para acelerar la creación de armas. “Trasladamos la ciencia a usos civiles y médicos, que es una manera habitual de trabajar en Estados Unidos. La relación entre tecnología militar y médica es mucho más estrecha y simple allí. Empresas como GE, por ejemplo, estaba centrada en temas de defensa, con un gran programa de desarrollo de armas y ahora han apostado por el lado comercial con radares, tecnología médica y de imagen y desarrollos en muchos otros campos como ecocardiografía, electrocardiogramas o procesos de señales”, ha concluido.


Via: diariomedico.com