Reflexiones sobre el Sistema Nacional de Salud español


El punto fundamental es la garantía de la sostenibilidad del sistema. Hay que centrar la discusión en el cómo y en el qué del gasto, sin confiarlo todo al "aumento de la financiación". Aumentar el gasto no es "la" solución.

- Hay que pensar en el "Estado de Bienestar" y no en el "Bienestar de los empleados del Estado". Hay que centrarse en el usuario, que al fin y al cabo somos todos.

-Hay que definir si queremos seguir con un "Sistema Nacional de salud", financiado con los impuestos generales del estado o un "Sistema de Seguridad Social", con aportaciones de los trabajadores, como era hasta el año 94.

-Clarificar el papel de los políticos y de los gestores. Fuera políticos de las gerencias.

-Mejorar la transparencia de todas las partes implicadas en el Sistema sanitario.

-Que los incentivos a la eficiencia lleven implícitos la penalización a la mala gestión.

-Hacer acuerdos de gobernanza definidos en el tiempo, independientemente de los vaivenes políticos de turno.

-Hacer frente a los privilegios de las corporaciones que existen actualmente.

-Dotar a los proveedores públicos de configuraciones organizativas más empresariales.

-Buscar nuevas fórmulas de coordinación entre el aseguramiento voluntario y el obligatorio.

-Apostar por una atención primaria más resolutiva.

-Reducir el intensivismo tecnológico en favor de mejores cuidados domiciliarios y paliativos.

-Establecer con nitidez una cartera de servicios básica y otra complementaria.

-Establecer una más correcta delimitación de criterios de inclusión y exclusión para los servicios.

-Distinguir con mayor claridad en la financiación global, entre financiación pública, sea con cargo al contribuyente o con cargo al usuario, y financiación privada.

-Recetar sólo principios genéricos. Si el paciente desea una marca especial, que sea más cara que el fármaco genérico, que pague la diferencia.

-Hacer el examen de las distintas especialidades médicas al final de la formación y no al principio, como se hace ahora con el examen MIR, en el que únicamente se valoran conocimientos teóricos y no aptitudes.

-Ya que el todo el sistema sanitario condiciona sólo el 11% de nuestra salud pero consume el 90% de los recursos, dedicar más recursos al estilo de vida, medio ambiente y genética, que condicionan el 89% de nuestra salud y a los que sólo le dedicamos el 10% de los recursos disponibles.

-Posibilidad de desgravar todos los gastos médicos, tanto seguros como prestaciones directas. Si el gasto privado médico desgrava, el paciente pide factura. Afloraría gran cantidad de dinero negro con el consiguiente aumento de la recaudación de impuestos.

-La medicina a nivel nacional no tiene que tener tanto paternalismo y estar al servicio de unos cuantos políticos que quieren salir en la foto. Hay que reducir prestaciones muy caras que sólo nos dan "reconocimiento internacional" pero no suponen ninguna o casi ninguna mejora para la población en general, favoreciendo otras, que siendo mucho menos costosas no nos dan tanto "reconocimiento internacional" pero sí producen una gran mejora en la calidad de vida de la población. Menos transplantes de corazón y pulmón y más empastes de dientes.

-Establecer sistemas jerárquicos en los hospitales con el fin de no diluir la responsabilidad.

-Apuesta decidida en favor de las nuevas tecnologías de la información para mejorar efectividad, ahorro de tiempo etc..

-Darle al ciudadano (a todos y no sólo a los funcionarios) la posibilidad de escoger entre seguro privado o público. Independientemente del seguro que escoja, podrá acudir a cualquier médico privado o público, es decir, libertad de elección de médico entre TODOS los legalmente establecidos que incluiría la sustitución de los denominados "cuadros médicos", "cupos", etc., de carácter parcial, por listados generales de médicos y centros médicos elaborados y actualizados por los Colegios de médicos, Comunidades Autónomas y corporaciones locales, y organizaciones profesionales en su caso en soportes impresos o magnéticos, o en Internet, todos ellos fácilmente accesibles por todos los ciudadanos.

-Integración de la medicina de ejercicio libre en el Sistema Nacional de salud. Al igual que ocurre con la Farmacia, que está integrada en el Sistema Nacional de Salud donde no existe una Farmacia pública y otra Farmacia privada, sólo cabría hablar de una sola Medicina, la misma para todos, que es la que imparten los médicos legal y libremente establecidos como la máxima expresión de un sistema universal basado en una verdadera equidad. Sería en todo caso pública o privada la titularidad de los centros donde el médico ejerce sus funciones o el origen de las prestaciones a las que los pacientes tengan derecho.

-Libertad de establecimiento como la forma más idónea para el desarrollo de la propia carrera profesional. Libertad de contratación de horarios y honorarios en su caso para los profesionales que ejerzan en centros o instituciones de titularidad ajena, fundamentándose en la legalidad vigente en esta materia.

-Reconocimiento pleno de la validez de las prescripciones farmacéuticas (recetas) de todos los médicos tanto del sistema público como de ejercicio libre, a la hora de que los pacientes puedan percibir las prestaciones a las que tengan derecho por el Sistema Nacional de Salud.

-Reconocimiento pleno de la validez de los documentos oficiales tanto de los médicos del sistema público como de ejercicio libre, como pueden ser los partes de alta y de baja de incapacidad laboral, los partes de interconsulta o informes médicos para la administración u otras entidades públicas o privadas.

-Sistemas de reembolso para todos aquellos ciudadanos que decidan confiar su asistencia médica como médico de cabecera o especialista de referencia a un facultativo de libre elección entre todos los legal y libremente establecidos en igualdad de condiciones para todas aquellas prestaciones contempladas en el Sistema Nacional de Salud en su respectivo ámbito autonómico.