¿Es necesario aumentar el copago en farmacia?


El profesor Jaume Puig-Junoy, del Departamento de Economía y Empresa de la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona, asegura que “la necesaria revisión del desfasado, inequitativo e ineficiente copago farmacéutico ofrece una oportunidad única para su revisión”. Por el contrario, considera desacertado el pago por visita médica. En este contexto, “garantizar y asegurar la sostenibilidad de las políticas públicas requiere el diseño urgente de mecanismos que, sin desvirtuar el Estado de Bienestar, prevean la corresponsabilidad de los beneficiarios en la financiación”, ha apuntado el experto. Así, “sería un contrasentido procurar mayor protección social si los ciudadanos no actúan de forma más responsable ante los riesgos sanitarios”.

En relación con la subida del IVA aprobado recientemente por el Ejecutivo central, “cualquier aumento de este impuesto en el ámbito sanitario supone un incremento del presupuesto de gastos, en la medida en que no se puede repercutir”, explica. Así, aunque no afectará a la factura de medicamentos -al menos nueve regiones no han podido pagar la del mes de diciembre por agotar sus respectivos presupuestos de farmacia-, sí que “repercutirá en las copras de bienes y servicios que no están sujetas al IVA reducido”, señala el profesor Puig-Junoy. “A corto plazo y en vista de la situación de los ingresos públicos, es más que probable que todo esto suponga mayores restricciones presupuestarias, sobre todo en el ámbito de las inversiones”, añade.

Entre otras medidas que pueden garantizar la sostenibilidad del SNS (Sistema Nacional de Salud), “es urgente la creación de una agencia independiente para evaluar las nuevas prestaciones y revisar las antiguas, incluyendo como criterios la utilidad terapéutica y la relación coste-efectividad, al estilo de los organismos creados con finalidades similares en Reino Unido (NICE) y Suecia”, afirma el experto. “Resulta ineludible priorizar y racionar tales prestaciones mediante evaluación independiente, pasándolas por el rasero de un coste máximo por AVAC (Año de Vida Ajustado por Calidad), según las posibilidades de cada momento”, explica. Por supuesto, todo esto debe hacerse “en base al mejor conocimiento disponible”.

Otro de los retos que tendría que afrontar el SNS en los próximos años debe ir encaminado al incremento de la financiación privada del gasto sanitario, toda vez que esto parece poco factible en el caso de los fondos públicos. Como ejemplo, el profesor Puig-Junoy cree que “la introducción de la financiación privada de infraestructuras públicas puede suponer un beneficio importante para el SNS, siempre que se den las máximas de transparencia, control competencial y acceso universal a las prestaciones”. Según este experto, “el problema no está tanto en el instrumento en sí, que puede mejorar la eficiencia, como en la calidad de la regulación y del sistema de control, que pueden convertir una buena idea en una mala aplicación”.

Todo lo anterior también sería aplicable al desarrollo de sistemas de financiación capitativa ajustada por riesgo de la población cubierta asignada a organizaciones sanitarias integradas de carácter no lucrativo, como es el caso del modelo Alcira, que con tanto éxito se está extendiendo por los nuevos hospitales que se van construyendo en la Comunidad Valenciana. De hecho, el profesor Puig-Junoy opina que “sería un camino saludable a seguir” dentro del SNS. Al hilo de esto, “la transparencia en los indicadores de los proveedores de servicios sanitarios es imprescindible para que empiecen a funcionar los sistemas de incentivos, pues sólo así se crearía un entorno de competencia simulada basado en la comparación”.

En relación con el recién aprobado modelo de financiación, el experto considera que no resuelve dos aspectos clave para la sostenibilidad del SNS: el primero de ellos es “que sea capaz de generar una financiación pública que garantice la igualdad de oportunidades en el acceso a tratamientos efectivos, lo que requiere de un ajuste por el desigual impacto demográfico al que se están viendo sometidas las comunidades autónomas”; y el segundo aspecto tiene que ver con la “necesaria incentivación” de la corresponsabilidad de los usuarios del sistema. Sobre este último aspecto, conviene recordar que los ciudadanos están dispuestos a pagar más impuestos si se les garantiza que van a parar a la Sanidad pública, según las encuestas del Instituto de Estudios Fiscales (Ministerio de Economía).

“Resulta imprescindible que el Pacto por la Sanidad incluya un filtro basado en un coste máximo por AVAC para las nuevas prestaciones, un sistema de fijación de precios de medicamentos en función de su utilidad terapéutica y la relación coste-efectividad, la creación de una agencia de evaluación independiente tipo NICE y la corresponsabilidad financiera de los usuarios de la Sanidad pública”, explica el profesor Puig-Junoy. Si no es así, “es cuestión de poco tiempo que el gasto sanitario se vea gravemente afectado por la crisis general de las finanzas públicas españolas”. En palabras de este experto, “no hay peor enemigo para la sostenibilidad del Estado de Bienestar que aquel que defiende a ultranza el statu quo".

Via: elmedicointeractivo.com


La noticia viene presentada en el diario "El médico Interactivo" como si fuera idea aislada de un experto. Desde mi punto de vista es una idea que ha surgido de varios frentes que claman por la reestructuración de un Sistema Sanitario a todas luces inviable, pensando ya, a corto y medio plazo. No se puede ocultar que la Sanidad Pública española atraviesa un momento difícil. Los gastos han aumentado en los diez últimos años del orden de un 7,5% anual y ya no es un secreto que muchas comunidades autonómicas han tenido serias dificultades este año para pagar sus nóminas. Imagínense Ustedes el problema de los proveedores a la hora de cobrar, estando como está la Sanidad Pública, con el agravante de que la sanidad pública está, para muchos de ellos, en situación de monopsodio. Hay que tomar medidas estructurales ya, si queremos que la Sanidad Pública no acabe hundiéndose y con ella los presupuestos autonómicos ya que la mayor partida de ellos corresponde a la Sanidad transferida.

El profesor Puig-Junoy se refiere al modelo Alzira y las fórmulas de gestión privada de fundaciones o empresas públicas que se dan en algunos hospitales de reciente creación. Veamos lo que va a ocurrir en el Hospital de Manacor en Baleares que nació como fundación y que durante mucho tiempo fue elogiado por su gestión modélica. El Sr. Marí, gerente de la institución, en un artículo publicado en la revista "Salut i Força", comunica que "el personal, que ahora tiene una contratación laboral, pasará a ser estatutario, que es como se denomina en el mundo sanitario a los "funcionarios", por un acuerdo alcanzado el año 2006 con los sindicatos. "Lo cierto es que los sindicatos y otros sectores de opinión han creado esa sensanción de malestar en torno al modelo y eso pese a que con este modelo los hospitales son 100% públicos y en ellos prima el modelo de equidad y el de asignación de un sector poblacional y que el usuario no distingue si le atienden en una fundación o no, de modo que no debería haber ninguna inquietud".

¿En función de qué valores o principios se hacen cambios de ese calibre en un hospital del Sistema Nacional Sanitario? ¿Por la presión de los sindicatos y pensando sólo en la mejora laboral de sus trabajadores, o en la mejora del servicio a los pacientes? De nuevo la pólvora del rey y el "colócanos a todos".


España es el país del mundo con más consumo farmacéutico por habitante y año según datos objetivos de la OCDE en un informe de 2008. A España le siguen Francia, los Estados Unidos y Australia. ¿No sería cuestión de plantearse seriamente averiguar las causas de por qué ocupamos este triste primer puesto? ¿Por qué en España se consumen tres veces más medicamentos que en Dinamarca?. ¿No se ha planteado el Sr. Puig-Junoy que aparte de aumentar el copago, en vez de aumentar los impuestos, no sería mejor tomar la medida a todas luces más adecuada de reducir la prescripción de medicamentos?

Para estar informados necesitamos datos, números y sobre todo comparaciones. Pero hay oscurantismo en Sanidad. El IB-Salut (Instituto Balear de la Salud) no publica ninguna memoria de gestión desde el año 2005.