Las políticas de aseguramiento ¿provocan el deterioro de la Atención Primaria?

La proliferación de regímenes o subsistemas de aseguramiento y el acceso a las prestaciones sanitarias financiadas públicamente, sumada a las políticas sanitarias desarrolladas en los últimos 25 años, han sido los principales responsables de que la atención primaria esté abocada al deterioro presupuestario, con la consecuente potenciación del sector sanitario privado ambulatorio. Así se desprende del estudio El techo de cristal de la atención primaria española, elaborado por Juan Simó, miembro de la Plataforma 10 Minutos.

Simó utiliza esta metáfora para describir cómo el propio status quo de la sanidad pública, determinante del establecimiento de un modelo de atención primaria no orientado a la práctica de todos los ciudadanos, es el principal responsable del estancamiento que viven desde hace años los médicos españoles y el modelo del primer nivel asistencial. "Distintos colectivos, en general con un nivel cultural, educativo y adquisitivo superior a la media no utilizan los centros de salud porque tienen un sistema de aseguramiento que les capacita para elegir -de forma abrumadora-, la asistencia sanitaria privada pagada con fondos públicos. Se trata, por ejemplo, de las mutualidades de funcionarios públicos como Muface, Isfas y otro tipo de empresas colaboradoras".

"Lo llamativo no es su provisión privada, sino la ausencia de médicos de familia como primer nivel de atención clínica en su estructura asistencial ambulatoria", comenta Simó. Así, los casi tres millones de españoles que únicamente tienen cobertura sanitaria privada muestran un patrón invertido respecto de los que sólo tienen cobertura pública o de los que tienen doble cobertura, pues visitan un 35 por ciento más al médico especialista que al de cabecera. "La posibilidad de evitar esperas, saturaciones y filtros profesionales, especialmente en el ámbito ambulatorio, parece ser el gran atractivo de estos esquemas, y probablemente la mejor prueba de que la atención primaria desarrollada desde principios de los ochenta, excesivamente despersonalizada, burocratizada y rígida, no ha cautivado a las clases medias", plantea Simó.

Incoherencias
José Manuel Freire, profesor del Departamento de Salud Internacional de la Escuela Nacional de Sanidad y colaborador del estudio, afirma que "existe una gran incoherencia dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS) por el hecho de que las autoridades se desgañiten promocionando que tenemos el mejor sistema de atención primaria público, mientras que ni siquiera los servicios para los funcionarios del Gobierno toman la figura del médico de primaria como puerta de entrada al sistema. Así el modelo sanitario se va a la deriva".

En opinión de Simó, "cuando un servicio como la atención primaria no es utilizado por los sectores sociales con mayor capacidad de influencia, lo esperable es que cada vez despierte menos interés entre los responsables políticos, los ciudadanos e incluso entre los médicos que podrían desarrollar su labor en el sector". Se impone entonces un deterioro en términos de innovación, organizativa y debate intelectual, y principalmente en la inversión presupuestaria. De hecho, según cifras de la OCDE, nuestro gasto sanitario privado representaba el 20 por ciento del total en los años ochenta. En los noventa creció más que el público y hoy ya representa el 28,6 por ciento, más de cinco puntos porcentuales superior al promedio de los 23 países europeos de la OCDE. "La cifra demuestra lo poco que gastamos en nuestro sistema público, pese a las numerosas reclamaciones", comenta Freire. Según Simó, "la preferencia creciente de la provisión privada refleja la existencia de problemas que aconsejan cambios, a pesar de que los políticos no promueven el debate ni en campaña electoral".

Simó reconoce que "de poco sirve que se declare la atención primaria como la puerta de entrada al sistema sanitario si sólo la utilizan quienes no tienen otras entradas alternativas como estos subsistemas. Equidad y calidad son características que deberían ir unidas en un SNS con vocación universal. Pero, como se ve, la universalidad es más de facto en la atención hospitalaria que en la primaria. De seguir así, Simó advierte de que "tendremos que asumir que el primer nivel asistencial perderá el carácter universal y se convertirá en un sucedáneo de beneficencia ampliada".

El perfil del paciente asegurado
Según el estudio, el patrón de uso de los servicios sanitarios es diferente entre los pacientes que únicamente disponen de cobertura sanitaria pública y el colectivo de doble cobertura, aquéllos con derecho a recibir asistencia sanitaria pública pero que prefieren disfrutar de las ventajas del privado. Para los primeros, la probabilidad de visitar al médico es 2,8 veces la de acudir al especialista, mientras que para los segundos la razón es 1,4 visitas a primaria por cada consulta de especializada. La población con doble cobertura se caracteriza por ser más joven, tener mejor estado de salud, menos enfermedades crónicas, mayor nivel educativo y de renta. De hecho, sólo el 13 por ciento de los médicos proveedores de las compañías de seguros son profesionales de Familia. La razón es que quien elige el seguro privado lo hace para eludir el filtro que supone el médico de primaria y los inconvenientes derivados de la interacción con especializada.

Via: diariomedico.com

Y digo yo: después de leer este artículo ¿a qué conclusión se llega?:
  • las políticas de aseguramiento provocan el deterioro de la Atención Primaria
  • el deterioro de la Atención Primaria pública provoca que la gente busque una alternativa mejor en las prestaciones sanitarias de un seguro privado, aunque eso suponga un sobreesfuerzo económico.
Saque Usted sus propias conclusiones.


Pd: de los funcionarios, colectivo que puede elegir para las presataciones sanitarias, bien por la Seguridad Social bien por una Aseguradora Privada, el 87% opta por el seguro privado.