Prevención secundaria del riesgo cardiovascular: podemos hacerlo mejor


En la prevención secundaria del riesgo cardiovascular y la rehabilitación cardíaca cada vez se da más importancia a la recomendación de modificar el estilo de vida: “dejar de fumar, elegir alimentos saludables y volverse físicamente activo”, pero, ¿sirve de algo este consejo?

En The Lancet (doi:10.1016/S0140- 6736(08)61345-8), el grupo del estudio EUROASPIRE describe las pautas de prevención cardiovascular en la práctica clínica diaria, comparando las encuestas EUROASPIRE I, II y III realizadas en 8 países europeos. Este estudio coteja los datos de 1995-96, 1999-2000 y 2006-07 relativos al estado del tratamiento y de los factores de riesgo aproximadamente 1 año después de un episodio cardíaco en hombres y mujeres menores de 70 años.

En general, los resultados son decepcionantes. Aun cuando el tratamiento farmacológico y el estado de los lípidos sanguíneos mejoraron sustancialmente, no se consiguieron los objetivos terapéuticos de presión arterial, ni la normalización de la glucosa en pacientes con diabetes mellitus. Aproximadamente, una quinta parte de los pacientes siguieron fumando, sin reducción alguna durante los 12 años. Además, es muy preocupante el considerable ascenso de la obesidad y la diabetes mellitus: en la encuesta de 2006-2007, casi el 40% de los pacientes eran obesos (IMC: 30 kg/m2 o más) y cerca del 30% tenían diabetes mellitus.

El estudio revela, por lo tanto, una diferencia permanente entre los estándares que establecen las recomendaciones de prevención secundaria del riesgo cardiovascular y los resultados que se logran en la práctica clínica. En Europa, únicamente una tercera parte de los pacientes con enfermedad coronaria puede incorporarse a un programa de rehabilitación cardíaca, lo que anima a los autores del artículo a demandar que este servicio esté disponible para todos.

La rehabilitación cardíaca consiste en implantar programas integrales, multidisciplinarios y a largo plazo, que comportan evaluación médica, establecimiento de programas de ejercicio físico, modificación de los factores de riesgo y asesoramiento, recursos todos ellos con un coste elevado y que requieren esfuerzo por parte de los pacientes y el personal sanitario.

Cumplir las recomendaciones
Al estudiar los factores de riesgo y el tratamiento médico de los pacientes, los investigadores del EUROASPIRE miden indirectamente la capacidad para cumplir las recomendaciones sobre prevención secundaria del riesgo cardiovascular. Es de esperar que los médicos sigan las recomendaciones de prescripción con más facilidad de la que los pacientes modifican sus hábitos alimentarios o dejan de fumar. Pero aunque se estén haciendo más recomendaciones, los objetivos terapéuticos están todavía fuera del alcance. ¿Son los médicos reacios a añadir otro costoso medicamento, con posibles efectos secundarios, para compensar un problema persistente de estilo de vida? ¿Creen que los objetivos de las recomendaciones son demasiado ambiciosos? ¿O no están lo suficientemente actualizados en las últimas recomendaciones?

Un paso positivo es que la Sociedad Europea de Cardiología, mediante el modelo EUROACTION, ha desarrollado y evaluado con resultados prometedores una intervención para los pacientes con enfermedad coronaria que implica mejor consecución de los objetivos de las recomendaciones por parte de los médicos. Los médicos generales y de familia deberían centrarse realmente en el tratamiento óptimo de los pacientes de alto riesgo en lugar de medicalizar, en nombre de la prevención primaria, a las personas con bajo riesgo.

Los pacientes de este estudio habían sufrido un episodio cardíaco antes de los 70 años. Comprenden un grupo de alto riesgo seleccionado pero también refleja tendencias de la población general. El aumento de la obesidad y la prevalencia de diabetes mellitus durante el período del estudio es preocupante e indica el sedentario estilo de vida y los hábitos alimentarios perjudiciales de la población en general, aunque con diferencias socioeconómicas. La tendencia del tabaquismo en los países de la Europa occidental parece alentadora: los últimos datos del censo noruego revelan que sólo 1 de cada 7 jóvenes menores de 24 años fuma diariamente. Probablemente, la prohibición de fumar en el interior de los sitios públicos ha contribuido sustancialmente a esta tendencia.

Via: jano.es