Acortar los tiempos en la realización de la angioplastia primaria tras un infarto agudo de miocardio reduce notablemente la mortalidad

(04-02-2009).- Los cardiólogos aseguran que el mejor tratamiento del infarto agudo de miocardio es la intervención coronaria percutánea primaria (ICPP), siempre que se cumplan una serie de condiciones, entre las que destaca que el intervalo de tiempo que transcurre desde que el paciente llega al servicio de urgencias hasta que se logra desobstruir la arteria coronaria sea inferior a 90 minutos.

Sin embargo, un artículo publicado en la Revista Española de Cardiología, revela que estos tiempos “sólo se cumplen en algunos pacientes tratados con ICPP y la demora influye negativamente en el pronóstico del paciente, independientemente de su riesgo particular y del tiempo total de isquemia”, según el doctor Javier Goicolea, de la Unidad de Hemodinámica del Hospital Puerta de Hierro de Madrid.

Son varias las estrategias dirigidas a acortar estos tiempos. El doctor Goicolea ha explicado que en España “disponemos de un servicio de ambulancias medicalizadas con personal altamente cualificado que permiten el diagnóstico in situ y la selección de pacientes para reperfusión mediante ICPP. El preaviso del transporte urgente medicalizado resulta clave en la medida en que permite reducir el retraso de la angioplastia primaria entre 20 y 30 minutos, dependiendo de que sea en horario laboral normal o fuera de él”.

El objetivo, según Goicolea, es “poder revascularizar a la totalidad de nuestros pacientes en menos de 90 minutos, aunque creemos que una mayor reducción, idealmente a 60 minutos, podría aportar un beneficio adicional y es un objetivo que está dentro de las posibilidades de un hospital terciario en nuestro país”. El beneficio más evidente de esta reducción de tiempos es que “la mortalidad puede disminuir entre un 0,25-1 por ciento por cada 10 minutos menos de demora”. De esta manera, cada hora de demora en la realización de la angioplastia primaria puede multiplicar hasta un 6 por ciento la mortalidad del infarto agudo de miocardio.

Este experto ha explicado que adoptando una serie de medidas sencillas y factibles como conocer y analizar periódicamente los propios tiempos, la comunicación con todos los profesionales interesados, que el servicio de transporte urgente medicalizado avise de la próxima llegada del paciente, la presencia de un cardiólogo de guardia 24 horas y la llamada centralizada se pueden reducir sustancialmente las demoras y posiblemente mejorar la evolución de los pacientes.