Uno de cada cinco tatuados reniega de sus grabados



En torno al 20% de las personas tatuadas se encuentra descontenta con sus tatuajes, hasta el punto de considerar su eliminación, una decisión que, finalmente, sólo lleva a la práctica el 6%, fundamentalmente mujeres. Las razones principales son, según un estudio publicado en Archives of Dermatology (2008;144(7):879-84), el cambio de expectativas consecuente con el paso de los años –la individualidad ansiada en la veintena se convierte en un lastre en la treintena–, los comentarios negativos y los problemas de vestuario.

El tatuaje es en la actualidad un producto de consumo de masas. La consecuencia: el número de personas que deciden decorar su piel crece cada año. Hoy en día se estima que en EE.UU. cerca del 25% de los jóvenes con edades entre los 18 y los 30 años tiene un tatuaje, un porcentaje que se elevará hasta el 40% en los próximos años.

Paralelamente, el negocio de su eliminación, muy lucrativo –en nuestro país el borrado cuesta entre 750 y 2.500 euros– y en muchos casos coincidente con el del estampado, también ha crecido notablemente. Es más, el referido 6% de personas que decide eliminar sus tatuajes podría ser, en realidad, mucho mayor. Así, y aunque las intervenciones con láser para la eliminación de tatuajes han pasado del 9% de arrepentidos en 2003 al 6% de 2005, este descenso podría ser sólo el reflejo de un mayor uso para su borrado de los mismos estudios de tatuaje en detrimento de las consultas dermatológicas.

Motivos principales
El estudio, llevado a cabo en 2006 en 4 clínicas dermatológicas con 196 participantes –130 mujeres y 66 varones, una relación bastante aproximada a la realidad actual, con edades entre los 14 y los 73 años–, analizó los motivos principales aducidos por los tatuados a la hora de eliminar sus grabados y los comparó con los referidos en 1996 en un trabajo similar. Entonces, la razón fundamental fue la intención de mejorar la identidad personal, lo que implicaba una ruptura con el pasado. Una decisión que, por término medio, ejecutaron los participantes a los 14 años de tatuarse. Y es que el 75% lo adquirió cuando sólo contaba con 12-19 años.

Los nuevos datos muestran que el período medio entre el grabado y su borrado se ha reducido a 10 años. Las razones también han cambiado, y los motivos más aludidos son la simple decisión de quitarlo (58%), el sentimiento de vergüenza (57%), la percepción de un deterioro de la imagen (38%), el cambio de trabajo (38%) y los problemas con el vestuario (37%). Sin embargo, y curiosamente, hasta un 34% de los participantes arrepentidos confesó su intención de volver a decorarse la piel con otro motivo.

Los investigadores también indagaron sobre los factores que contribuyeron en mayor medida a su borrado: haberse cansado del tatuaje (68%), la sensación de haber madurado (66%), tener que esconderlo (67%) y los comentarios negativos, ya fueran por parte de “personas consideradas importantes” (32%), de los progenitores (26%) o de los compañeros de trabajo o estudios (24%).

En definitiva, los tatuados lucen en la actualidad más grabados, 2,8 de media, que en 1996, los adquieren a edades más tardías (entre los 16 y los 23 años) y deciden eliminarlos a edades más tempranas (a los 30 años y no a los 33). Y el tatuarse por mor de sentirse único puede, a la larga, resultar infructuoso: el 40% que así lo hace reconoce sentirse desilusionado una vez perdida la novedad.

Via: jano.es