Un tratamiento basado en vacunas podría mejorar la hipertensión y sustituir a los fármacos tradicionales



Madrid (08-03-2008).- La inmunización contra la angiotensina II podría disminuir la presión sanguínea de pacientes con hipertensión y mejorar el seguimiento de la terapia, e incluso finalmente reemplazar a los medicamentos tradicionales para el tratamiento de este trastorno, según un estudio de la empresa Cytos Biotechnology en Schlieren (Suiza) que se publica en la revista The Lancet.

El tratamiento de la hipertensión tanto con los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina como con los bloqueadores del receptor tipo I de la angiotensina II ha tenido éxito. Sin embargo, además del diagnóstico y la prescripción inadecuada, la falta de seguimiento de la terapia por parte de los pacientes es un problema importante. En este abandono del tratamiento son claves los efectos secundarios y la preocupación de tomar un medicamento a largo plazo en ausencia de síntomas.

Los investigadores realizaron un ensayo en 72 pacientes con hipertensión entre leve y moderada que fueron asignados de forma aleatoria a uno de tres tratamientos en las semanas 0, 4 y 12: inyecciones subcutáneas de 100 Ìg de una vacuna (CYT006-AngQb); 300 Ìg de la vacuna; o placebo. La presión sanguínea se los pacientes se registró antes del tratamiento y después de la semana 14.

Los primeros resultados del ensayo fueron seguros y mostraron la tolerabilidad a la vacuna. Los investigadores descubrieron que en el grupo de 300 Ìg, se produjo una reducción de la línea base en la presión sanguínea media diurna en la semana 14 de -9,0/-4,0 mm Hg en comparación con el placebo. La dosis de 300 Ìg redujo el ascenso de la presión sanguínea de la mañana en comparación con el placebo.

En los tres grupos se registraron cinco efectos secundarios graves pero ninguno necesitó tratamiento. La mayoría de los efectos secundarios eran leves reacciones transitorias en el lugar de la inyección. En tres pacientes del grupo de 100 Ìg se observaron síntomas similares a una gripe pasajera, que los autores señalan que indica una respuesta sistémica y estarían asociados con la administración de varias vacunas.

Según los investigadores, el descenso en la presión sanguínea fue especialmente pronunciado a primeras horas de la mañana, cuando el sistema de renina-angiotensina-aldosterona está más activo y cuando se producen la mayoría de episodios cardiovasculares. Los científicos señalan que la vida media de los anticuerpos inducidos por la vacuna es de alrededor de cuatro meses después de la tercera inyección y concluyen que entre los aspectos más importantes está la posibilidad de un tratamiento de unas pocas inyecciones al año cuando los pacientes acudieran al médico en sus controles rutinarios de revisión de la hipertensión. Un tratamiento de este tipo, apuntan, promovería el seguimiento de la terapia aunque será necesario apoyarlo mediante datos clínicos.