La falta de sueño se ha convertido en un problema de salud pública importante


(18/03/2008).- "La importancia que la gente da al sueño y sus trastornos es escasa. Incluso entre los profesionales médicos a veces prevalece la idea de que dormir es una actividad fisiológica secundaria", apunta Javier Puertas, del Hospital Universitario de La Ribera, en Valencia, y presidente de la Sociedad Española del Sueño, a propósito del Día Mundial del Sueño, que se celebró el sábado pasado, día 15.03.08.

Cada vez se descubren más enfermedades relacionadas con la vigilia y que explican los problemas de salud de la población. "En España, los trastornos del sueño constituyen cada vez más un problema de salud pública, tanto por su dimensión como por su escaso grado de reconocimiento y tratamiento". Además, la somnolencia diurna de diversos orígenes está en relación con diversas manifestaciones de falta de calidad de vida.

"Así, la falta de sueño sin patología añadida se traduce en somnolencia diurna, bajo rendimiento y un aumento de los accidentes". En los niños tiene incluso mayor importancia, dado que produce un retraso y un bajo rendimiento escolar. Además, gran parte de estos trastornos se relaciona con el incremento del riesgo cardiovascular, de diabetes, y de obesidad.

Asimismo, hay otras enfermedades que producen una afectación en la calidad del reposo, como el síndrome de piernas inquietas o la apnea del sueño, con una prevalencia del 5-7 por ciento de la población. "Hay estudios que muestran que los individuos que duermen más de 8 ó 9 horas, y aquéllos que duermen menos de 6 muestran una mayor morbimortalidad".

En definitiva, existe una cierta relación entre buenos hábitos y sueño reparador, por lo que el estilo de vida de las sociedades occidentales afecta también a su calidad. Por otro lado, ir a dormir requiere haberse preparado física y psicológicamente para tener un descanso reparador. "El estrés y la ansiedad diurna son sus grandes enemigos, y pueden desencadenar en insomnio".

Según Puertas, cada persona debe programarse para dormir el número de horas adecuado para sí mismo. Por tanto, es necesario hacer campañas que llamen la atención de la sociedad y de los profesionales sanitarios, de forma que se fomenten los "hábitos preventivos y de higiene del sueño, y que aumente la concienciación en el diagnóstico y tratamiento de las patologías".