- 500 gramos de espárragos cocidos gruesos y enteros.
- 50 gramos de queso parmesano.
- 40 gramos de mantequilla.
- 40 gramos de harina.
- Medio litro de leche caliente.
- Sal y pimienta.
En primer lugar elaboraremos la salsa. Para ello, derretimos la mantequilla en un cazo pequeño y cuando esté bien caliente agregamos la harina y revolvemos constantemente hasta obtener una mezcla sin grumos. Añadimos lentamente la leche caliente sin dejar de revolver. Salpimentamos al gusto y cuando la salsa esté espesa, retiramos del fuego. Colocamos ordenadamente los espárragos escurridos en una bandeja o una fuente de horno. Salseamos los espárragos con la salsa bechamel y distribuimos por encima el queso parmesano. Introducimos la bandeja de los espárragos en el horno previamente calentado a 250 °C. Una vez dorada la superficie sacamos los espárragos del horno y servimos calientes.
El espárrago es prácticamente agua y pura fibra, por lo que es muy adecuado consumirlo en caso de estreñimiento. También contiene minerales y vitaminas, pero en pequeñas cantidades, menos aún tras la cocción. Así mismo es rico en asparragina, el componente que define su sabor. Esta receta se considera adecuada para todas las edades.
De postre, una manzana al horno a la que, despúes de enfriar, se le puede añadir un chorreoncito de amaretto. El colmo del refinamiento puede ser sacarle a la mazana el cilindro central (dónde se encuentran las pepitas) y rellenarlo con masa de mazapán con un pelín de canela y vainilla.
Chicos, se acaba las emana laboral para muchos. Que sepáis aprovechar el fin de semana.