- 1 litro de caldo de carne.
- ½ litro de agua.
- 50 gramos de tocineta adobada.
- 50 gramos de chorizo.
- 100 gramos de morcilla de Burgos.
- 4 dientes de ajo.
- 100 gramos de pan duro.
- 1 huevo.
- 4 cucharadas de aceite de oliva.
- Sal.
En una cazuela calentamos el aceite de oliva y una vez caliente agregamos los dientes de ajo. Cuando empiecen a dorarse añadimos la tocineta cortada en dados, el chorizo cortado en dados también y sin piel y lo sofreímos junto a los dientes de ajo. Agregamos el pan cortado en rodajas muy finas y freímos con el resto de ingredientes. Cubrimos con caldo de carne, sazonamos y dejamos cocer durante 20 minutos, removiendo de vez en cuando rompiendo el pan hasta que se forme una crema. Si queda demasiado espesa, aligeramos con un poco de agua. Una vez tengamos la sopa de ajo con la consistencia deseada (debe quedar espesa casi como si fuese una crema), añadimos el huevo batido y removemos dentro de la sopa para que nos quede cuajado pero en hilitos. La morcilla la cortamos en finas rodajas y la freímos vuelta y vuelta en una sartén con muy poco aceite, escurrimos y añadimos una rodajita de morcilla a cada plato. Servimos muy caliente.
Aunque por los ingredientes se supone que la sopa tiene que tener un alto contenido calórico, es la cantidad de estos alimentos lo que determina el montante neto de calorías. No me canso de repetir que no hay alimentos que engordan sino es la cantidad del alimento lo que engorda. La lucha contra la obesidad no va, desde mi punto de vista, por la eliminación de la dieta, de productos con alto contenido calórico. Aconsejo una dieta variada, en la que se combinen los principios inmediatos, grasas, hidratos de carbono y proteínas de forma adecuada, junto con suficiente cantidad de minerales y vitaminas. Nada de la dieta del pollo o de la alcachofa. Este tipo de dieta aburre y crea carencias alimenticias, que no ayudan en absoluto a la prevención y el tratamiento del sobrepeso.
De postre hoy mandarinas.