Ejercicio y consumo moderado de alcohol reducen el riesgo de mortalidad


(10/01/2008).- Las personas que beben cantidades moderadas de alcohol y están físicamente activas tienen un menor riesgo de mortalidad por enfermedad cardiaca y otras causas que las personas que no beben, según un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública de la Universidad de Dinamarca del Sur en Copenhague que se publica en la revista European Heart Journal.

Los investigadores obtuvieron entre 1981 y 1983 información sobre varios aspectos de la salud, que incluían el ejercicio y el consumo de alcohol, de 11.914 hombres y mujeres daneses de 20 años o más que formaban parte del Estudio Cardiaco de la Ciudad de Copenhague. Durante 20 años de seguimiento se produjeron 1.242 casos de enfermedad cardiaca isquémica fatal (ECI) y 5.901 muertes por otras causas entre los participantes del estudio.

La actividad física se dividió en tres categorías que incluían a aquellas personas que no realizaban ejercicio, realizaban poco y las que mantenían un nivel entre medio y alto de actividad. En cuanto al consumo de alcohol, éste se clasificó según informes de los participantes en quienes tomaban menos de una bebida alcohólica a la semana (no bebedores), los que tomaban entre una y catorce bebidas (moderados) y los que superaban las quince bebidas a la semana (grandes bebedores).

Los resultados mostraron que en cada nivel de actividad física, los no bebedores tenían un 30 o 31 por ciento de mayor riesgo de ECI en comparación con los moderados. Sin embargo, aquellos que no bebían pero que tenían un nivel moderado o alto de actividad física veían reducido su riesgo de ECI un 31 y un 33 por ciento respectivamente en comparación con los no bebedores inactivos.

Los investigadores descubrieron al analizar la mortalidad de todo tipo que en cada categoría de consumo de alcohol, los inactivos tenían un mayor riesgo de muerte y que en cada nivel de actividad física los bebedores moderados tenían el menor riesgo de muerte. En comparación con los no bebedores inactivos, realizar ejercicio se asociaba con un 23 por ciento menos de riesgo de mortalidad y mantenerse activo y beber al menos una bebida a la semana se asociaba con entre un 12 y un 33 por ciento menos de riesgo de muerte.

Según explica Jane Vestergaard Pedersen, directora del estudio, "el riesgo más bajo de mortalidad de todo tipo se observó entre los bebedores moderados activos y el mayor riesgo entre los abstemios y los grandes bebedores que no realizaban ejercicio".

La investigadora concluye que ni la actividad física en solitario ni el consumo de alcohol pueden evitar el mayor riesgo asociado con la abstinencia al alcohol y la carencia de actividad física. Por ello, señala Vestergaard Pedersen, tanto los niveles de ejercicio de moderados a altos y un consumo moderado de alcohol son importantes para reducir el riesgo de ECI y la mortalidad de todo tipo".