Cómo mejorar la moral del médico.


La conveniencia de mejorar la satisfacción que obtienen los médicos con su trabajo, muy deteriorada por las circunstancias en las que muchos ejercen la profesión, es una necesidad sentida en Cataluña por todos los agentes involucrados en la sanidad, desde el Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (COMB), que ha elaborado documentos señalando la importancia de combatir las causas de tal insatisfacción, y el sindicato Médicos de Cataluña, que se esfuerza en reclamar mejoras de las condiciones de trabajo, hasta el Departamento de Salud de la Generalitat, que ha promovido la creación del Consejo de la Profesión Médica y le ha encargado proponer fórmulas que permitan al médico recuperar la moral perdida.


Estas iniciativas, no obstante, no han dado hasta el momento frutos tangibles, probablemente porque pretenden ir a la raíz de un problema que tiene un origen multifactorial más que a solucionar problemas puntuales, que seguramente en el terreno conceptual deberíamos considerar menores pero que en el ejercicio diario de la profesión se convierten en una fuente permanente de frustración.

Existen pocos datos, o quizás ninguno, sobre qué cambios puntuales podrían introducirse en los centros sanitarios del sector público sin demasiadas dificultades para recuperar la ilusión de los médicos. En este escrito, que va dirigido de modo específico a los gestores de los centros sanitarios, se aportan propuestas que surgen de los propios médicos.

Encuesta a 110 médicos
Los datos que aparecen en este texto han sido obtenidos analizando las respuestas de 110 médicos que pertenecen a una red de observadores del COMB (Observatorio de la Profesión) distribuidos en los distintos centros sanitarios, de atención primaria y hospitales, a quienes de modo regular se les somete cada mes a preguntas sobre temas profesionales variados. La intención es captar el pulso de la profesión sobre temas que afectan al médico en su ejercicio diario.

En esta ocasión se les solicitó que ordenaran, de más a menos conveniente, una serie de medidas, doce en total, que podrían, en teoría, mejorar el grado de satisfacción de los médicos. Los resultados se exponen de forma global y luego estratificando las respuestas de los médicos del Observatorio, según género, lugar de ejercicio profesional y grupo de edad.

Como se puede observar, la aspiración de la mayoría de los encuestados, hombres y mujeres, jóvenes y menos jóvenes, es tener mayor autonomía, reflejada en poder intervenir en la toma de decisiones de la institución (propuesta G) e influir de manera efectiva en la confección de la propia agenda de trabajo (propuesta D).

A continuación, las propuestas mejor valoradas fueron la E y la L, que también pueden considerarse aspiraciones relacionadas con la autonomía profesional: no sentirse frenado para poder utilizar los recursos diagnósticos y terapéuticos que el médico considere necesarios para una correcta atención a sus pacientes y poder intervenir en la negociación de los incentivos.

Sorprende que, en la actualidad, disponer de un espacio propio para leer y escribir, contar con un programa de formación médica continuada acreditado en el propio lugar de trabajo y el acceso fácil a la red sean algunas de las propuestas consideradas en los puestos 7 a 9 sobre una escala de doce.

También en las propuestas menos valoradas, la H y la J, hubo coincidencia entre las diferentes categorías en que dividimos a los encuestados, lo cual indica que las relaciones con los demás profesionales sanitarios de distinto nivel académico y las relaciones con los pacientes no representan una causa importante de insatisfacción de los médicos.

Hay que remarcar el dato de que, siendo conscientes de la importancia que tiene la cuestión salarial para los médicos, la aspiración a mejorar la retribución (propuesta K) sólo está situada entre las aspiraciones más deseadas por los médicos varones, que la sitúan en tercer lugar en esta escala de doce. En el cómputo general, ocupa el sexto lugar.

Varias preguntas sin respuesta
¿Cuál debería ser la conclusión de esta breve investigación que pretende pulsar la opinión de los médicos de la base? Desearíamos que fueran los gestores, a quienes va dedicado este escrito, quienes sacaran las conclusiones oportunas:

¿Existe alguna razón por la que los médicos de los hospitales y de primaria no puedan participar en la negociación de sus incentivos? ¿No les representan sus jefes de servicio y los directores de los equipos de primaria por falta de una verdadera gestión descentralizada? ¿Cómo es que las opiniones de los médicos no llegan a la dirección y a la gerencia? ¿Es que no existen comités técnicos, comisiones clínicas y juntas facultativas en los hospitales y reuniones de equipo y comités de dirección en la primaria, o es que no se hace caso en estos ámbitos de lo que opinan los médicos sobre el funcionamiento del centro? ¿Cuál es el temor a conceder tan preciada autonomía, si ni tan siquiera el médico puede confeccionar su propia agenda de trabajo?

Participar en decisiones clave
Son los gestores quienes pueden contestar a estas preguntas, y si no hay razones objetivas que impidan solucionar las aspiraciones de los médicos, háganlo. Y si las hubiere, explíquense. Los médicos queremos participar en las decisiones clave de los centros asistenciales y en la organización del trabajo.

Los gestores de sector en la atención primaria y de hospital saben perfectamente que con profesionales motivados e ilusionados se consiguen mejores resultados. Ya sabemos que su obligación no es hacer felices a los médicos, sino obtener buenos resultados, pero para ello hace falta tener a los médicos implicados y, ¿por qué no?, también felices.

Mejorar la satifacción de los médicos

Cuestionario utilizado en la población de médicos investigada.

A. Tener fácil acceso a un ordenador y a internet en el puesto de trabajo

B. Disponer de un espacio propio para escribir y leer

C. Poder recibir las visitas y familiares del enfermo en un lugar discreto

D. Influir de forma efectiva en la confección de la propia agenda de trabajo

E. No sufrir presiones a la hora de utilizar los recursos diagnósticos y terapéuticos

F. Contar con el apoyo de la dirección del centro, en especial en caso de conficto con los pacientes

G. Influir en la toma de decisiones de la institución o del centro

H. Que el centro disponga de una política de prevención de las agresiones al personal sanitario

I. Existencia de un programa de Formación Médica Colegial en mi centro de trabajo, al que pueda acceder y cuente para la carrera profesional o el plano de desarrollo profesional existente en el centro

J. Tener autoridad sobre el personal de apoyo (auxiliares, administrativos...)

K. Incremento de la retribución salarial fija anual del 10%

L. Poder intervernir en la negocación de los incentivos


Fuente: Diario médico.

Y digo yo: a la luz de los vertido en este artículo y de lo que se puede desprender de las aspiraciones de los médicos de la sanidad pública, no puedo más que preguntarme por qué todavía no hay más médicos-emprendedores que se animen a montar su propio negocio.

Analizo el cuestionario y saco las siguientes conclusiones:

A. Tener fácil acceso a un ordenador y a internet en el puesto de trabajo. En tu propia consulta, en cuanto tú te lo compres.

B. Disponer de un espacio propio para escribir y leer. En tu propia consulta, desde el primer momento

C. Poder recibir las visitas y familiares del enfermo en un lugar discreto. En tu propia consulta desde el primer momento.

D. Influir de forma efectiva en la confección de la propia agenda de trabajo. En tu propia consulta, desde el primer momento.

E. No sufrir presiones a la hora de utilizar los recursos diagnósticos y terapéuticos. Hay una cosa que se llama Gestión Clínica que se debería aplicar tanto en la sanidad privada como en la pública. Los criterios para utilizar los recursos diagnósticos y terapéuticos los determina la Economía de la Salud que debería ser de igual aplicación tanto en lo privado como en lo público. Los recursos destinados a la sanidad son limitados y se tiene que repartir basándose en la equidad.

F. Contar con el apoyo de la dirección del centro, en especial en caso de conficto con los pacientes. En tu consulta propia desde el primer día. En la medicina privada no son tan importantes los conflictos con los pacientes ya que el paciente tiene siempre la opción de cambiar de médico. ¿Tiene la clínica Teknon o la PalmaPlanas también este tipo de conflictos con sus clientes? ¿Necesita carteles el Corte Inglés en los que pone "si nos agredes te denunciaremos"?

G. Influir en la toma de decisiones de la institución o del centro. En tu propia consulta, desde el principio.

H. Que el centro disponga de una política de prevención de las agresiones al personal sanitario. Véase el punto F.

I. Existencia de un programa de Formación Médica Continuada en mi centro de trabajo, al que pueda acceder y cuente para la carrera profesional o el plano de desarrollo profesional existente en el centro. Creo que es una cuestión particular la de preocuparse por la formación: Nosotros en la privada, dedicamos parte de nuestro tiempo libre a la formación.

J. Tener autoridad sobre el personal de apoyo (auxiliares, administrativos...). En tu consulta desde el primer instante.

K. Incremento de la retribución salarial fija anual del 10%. En tu propia consulta tus aspiraciones no tienen límite.

L. Poder intervernir en la negocación de los incentivos. En tu propia consulta tus incentivos te los marcas tú.

La medicina privada (que también es un servicio público) a diferencia de la pública-estatal puede darte muchas más satisfacciones, tanto al médico, como al paciente. "La gestión de la medicina privada y la consulta del siglo XXI" es un libro excelente que ha publicado la Fundación Sanitas y que los médicos pueden obtener de forma gratuita (par pedir el libro pique aquí) . Animo a todos mis colegas a leerlo. Ojalá que hubiera muchos más médicos-emprendedores en este país.