Células madre adultas para la enfermedad vascular periférica


Jano (16/01/2008).- Células madre adultas multipotentes derivadas de la médula ósea, las denominadas MAPC, han demostrado su eficacia en la regeneración del tejido vascular y también del muscular en el tratamiento de la enfermedad isquémica periférica, según una investigación en la que participa la Clínica Universitaria de Navarra.
La enfermedad vascular periférica aguda consiste en la obstrucción de la circulación sanguínea en una determinada zona del organismo, como consecuencia de la oclusión de la arteria que lo irriga, con la consiguiente disminución del flujo de sangre.
Si no se trata a tiempo, la isquemia puede traer consigo complicaciones de diversa índole que, en el peor de los casos, pueden dar lugar a necrosis de tejidos, gangrena, incluso pérdida de la extremidad afectada. Los efectos básicos de la isquemia periférica se caracterizan por una pérdida importante de vascularización de la zona afectada, así como de su musculatura.
Dos grupos de investigadores han desarrollado un trabajo en esta materia con modelos de ratón. Uno de los equipos de investigación procede de la Clínica Universitaria de Navarra y del Centro de Investigación Médica Aplicada de la Universidad de Navarra (CIMA), y otro del Centro de Biología Molecular y Vascular de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica).
Los resultados del estudio se han publicado recientemente en el "Journal of Clinical Investigation", en un artículo del que es autor el Dr. Xabier López Aranguren, especialista de la Clínica Universitaria de Navarra y del CIMA. Dicho estudio forma parte de la línea de investigación de su tesis doctoral.
Los resultados de una primera fase del trabajo de Aranguren sobre regeneración arterial con células madre adultas ya fueron publicados hace un año en la revista científica "Blood"·
Los directores de la actual investigación han sido los Dres. Felipe Prósper, de la Clínica Universitaria y el CIMA, y Aernout Luttun y Catherine M. Verfaille, por la Universidad Católica de Lovaina.
El trabajo de investigación analiza el papel y potencial de dos tipos celulares diferentes en el tratamiento de la enfermedad isquémica periférica. El estudio se ha basado en la utilización de modelos experimentales de ratón a los que se ha tratado de esta dolencia vascular, mediante el implante de células MAPC o de células mononucleadas de la médula ósea.
Las MAPC son células madre multipotentes obtenidas de la médula ósea con capacidad para proliferar y diferenciarse en múltiples tejidos y que, por tanto, cumplen los criterios para ser células madre.
También se han estudiado las células mononucleadas de médula ósea, que constituyen un conjunto celular al que simplemente se le han suprimido hematíes y plaquetas y que, por tanto, incluyen células madre pero también células diferenciadas y comprometidas, como monocitos y linfocitos.
"En definitiva, el estudio ha tratado de comparar la eficacia de ambas poblaciones celulares en el tratamiento de la isquemia periférica ya que en la actualidad se plantea la utilización de células de la médula ósea para el tratamiento de pacientes. En consecuencia, es importante determinar si puede haber diferencias en la eficacia de distintos tipos de células", apunta el doctor Felipe Prósper, director del Área de Terapia Celular de la Clínica Universitaria de Navarra y del CIMA.
El hallazgo más importante obtenido de la investigación radica en que las células madre adultas MAPC aportan mayor eficacia cuando se inyectan sin prediferenciar. "Y son eficaces -asegura el Dr. Prósper- no sólo porque contribuyen a aumentar la cantidad de arterias y venas que se generan en el nuevo territorio, sino también porque consiguen mejorar la regeneración del músculo, tanto directa, como indirectamente".
No obstante, "el músculo se regenera principalmente gracias a un fenómeno indirecto, no porque las células madre se diferencien en células musculares, sino porque contribuyen a que el músculo crezca más y mejor como consecuencia de la liberación de una serie de sustancias". La investigación concluye por tanto que las células progenitoras MAPC implantadas en ratones consiguen una mejora indirecta del músculo y directa de los vasos.
Por el contrario, el trabajo demuestra también que, aunque las células mononucleadas son capaces de regenerar, a corto y medio plazo, la vascularización de los miembros de los ratones dañados por la isquemia, "sin embargo, pueden tener un efecto negativo a largo plazo". "Y es que el trasplante de células mononucleadas en las extremidades de los ratones genera con el tiempo una mayor fibrosis", explica Prósper.
Esta conclusión establece "cierto grado de controversia con algunos estudios clínicos actuales que plantean la utilización de células mononucleadas de médula ósea al menos de acuerdo a los modelos experimentales".
Así, cabría concluir que la aplicación de este tipo celular no resultaría beneficioso para la producción de músculo a medio y largo plazo, "ya que aumenta el grado de inflamación del tejido dañado", a pesar de que contribuye a la regeneración vascular. "Por tanto -puntualiza- habría que añadir cierta precaución en la utilización de células mononucleadas de médula ósea para esta aplicación".
El estudio se ha efectuado además con poblaciones celulares procedentes de ratón pero también con células humanas. Del análisis de los dos modelos ha resultado que ambos tipos celulares tienen el mismo grado de eficacia, "de forma que los experimentos practicados con células MAPC de ratón y con el mismo tipo de procedencia humana son solapables, es decir, consiguen idénticos beneficios unas que otras".