Las bebidas energéticas elevan la presión sanguínea y la tasa cardiaca


Madrid (8-11-2007).- Las bebidas energéticas elevan la presión sanguínea y la tasa cardiaca, según un estudio de la 'Wayne State University' que se ha hecho público durante las sesiones científicas 2007 de la Asociación Americana del Corazón que se celebran en Orlando (Estados Unidos).

En el trabajo, ambas medidas aumentaban en un grupo de adultos sanos que bebieron dos latas al día de una popular bebida energética. Según señala James Kalus, director del estudio, aunque estos aumentos no alcanzaron niveles perjudiciales para la salud de los voluntarios, podrían tener relevancia clínica en el caso de pacientes con enfermedad cardiaca o en aquellos que toman estas bebidas de forma habitual. "Se debería aconsejar a aquellas personas con presión elevada y enfermedad cardiaca que evitaran consumir estas bebidas".

Los investigadores pidieron a 15 adultos jóvenes que se abstuvieran de tomar otras formas de cafeína durante los dos días anteriores al estudio y durante su desarrollo. El primer día se registraron la presión sanguínea, la tasa cardiaca y se realizó un electrocardiograma a los participantes. Después éstos tomaron dos latas de una bebida energética que contenía 80 miligramos de cafeína y 1.000 miligramos de taurina.

Los investigadores volvieron a tomar las medidas físicas de nuevo a los 30 minutos y a después de la primera, segunda y cuarta hora tras la consumición de las bebidas. El proceso se repitió los siguientes cinco días y al séptimo día los investigadores volvieron a tomar las medidas registradas el primer día.

Los científicos compararon los resultados del primer y el séptimo día con los valores registrados durante el periodo de observación. En el periodo de cuatro horas posterior al consumo de las bebidas, el máximo de la presión sanguínea sistólica aumentó un 7,9 por ciento en el día 1 mientras que la subida fue del 9,6 por ciento el día 7. En el caso de la presión sanguínea diastólica, ésta aumentó un 7 por ciento y un 7,8 por ciento respectivamente, en las dos horas siguientes al consumo de la bebida energética. La tasa cardiaca aumentó alrededor del 7,8 por ciento el día 1 y del 11 por ciento el día 7.

Durante el estudio, las tasas cardiacas aumentaron de cinco a siete latidos por minuto y la presión sanguínea sistólica aumentó en 10 milímetros de mercurio (mmHg) después del consumo de la bebida. En el electrocardiograma, sin embargo, no se observaron cambios