La lactancia materna disminuye los riesgos cardiovasculares en la vida adulta



Madrid (07/11/2007).- La lactancia materna disminuye los riesgos cardiovasculares en la vida adulta de los bebés, según sugiere un estudio del Centro Médico Diaconesa Beth Israel en Boston que se ha hecho público durante las sesiones científicas anuales de la Asociación Americana del Corazón que se celebran en Orlando (Estados Unidos).

La investigación muestra que los bebés que se alimentan con la leche de sus madres son menos propensos a desarrollar determinados factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular durante su vida adulta en comparación con aquellos que toman preparados lácteos. Tanto los menores IMC índice d emasa corporal) como los mayores niveles de HDL protegen frente a la enfermedad cardiovascular. El estudio empleó datos de dos generaciones de participantes del Estudio de Corazón Framingham y mostró que los adultos de mediana edad que fueron alimentados con leche materna eran un 55 por ciento más propensos a tener niveles altos de HDL que a niveles bajos de este tipo de colesterol. Según explica Nisha I. Parikh , los bebés alimentados con leche materna tenían una media de 56,6 mg/dL frente a la de 53,7 mg/dL de aquellos que tomaron preparados lácteos. Los niveles bajos de HDL estaban definidos por menos de 50 mg/dL en el caso de las mujeres y menos de 40 mg/dL en el de los hombres. Los niveles elevados de este tipo de colesterol protegen frente a la enfermedad cardiaca y el ictus.

Estos bebés también tenían menores medias de IMC en la vida adulta en comparación con los que se habían alimentado con leche artificial, un 26,1 Kg/m2 frente a 26,9 kg/m2. Se considera que los adultos con un IMC superior a 25 tienen sobrepeso y que tienen un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
Según Parikh, a pesar de que la reducción en el IMC era pequeña, incluso estas ligeras diferencias conducen a un menor riesgo de mortalidad asociada a la enfermedad cardiovascular. En el estudio participaron 393 madres del Estudio de Descendencia Framingham y 962 de estos hijos que participaban en el Estudio de Tercera Generación Framingham. La media de edad de este último grupo era de 41 años y un 54 por ciento eran mujeres.

Las madres informaron sobre si alimentaban con leche materna a sus hijos y durante cuanto tiempo mediante un cuestionario por correo. De media, el 26 por ciento de estos bebés fueron alimentados con la leche de sus madres.
La investigadora señala que estos descubrimientos muestran que las exposiciones ambientales iniciales tienen efectos a largo plazo sobre la salud y además subrayan que la aterosclerosis y la enfermedad cardiovascular son enfermedades cuyos orígenes se encuentran en los primeros años de vida.