Sin reservas




Acaba de estrenarse "Sin reservas", película que me ha encantado. Junto con "Ratatouille", forman un dúo de películas americanas dedicadas a la cocina tradicional (la buena cocina), en contraposición a la "comida basura". Creo que Estados unidos se ha dado cuenta (por fin) de la epidemia de obesidad que padece (con casi un 30% de la población obesa) y una vez más, a través de Hollywood nos quiere modificar nuestras pautas de comportamiento, para poder hacer frente a los gastos sanitarios que supondrá, en un futuro, la patología generada por los malos hábitos de vida de la gente en la actualidad.

Con la película Fast Food Nation
se plantea una mirada crítica a la influencia mundial de la industria estadounidense de las comidas rápidas y por otra parte,con Hairspray, se trata de nuevo el tema de la obesidad. Todo esto nos hace pensar que el colectivo de los obesos, por una parte preocupa al estado, pero por otra al ser tantos, constituyen ya de por sí un gran conjunto de consumidores muy a tomar en cuenta para la industria y el comercio (ropa en tallas grandes, medicamentos para las complicaciones de la obesidad, clínicas para perder peso, etc...)

Volvamos a la película "sin reservas".
Kate (Catherine Zeta-Jones) una jefa de cocina, vive su vida del mismo modo que dirige la cocina en el exclusivo restaurante 22 Bleecker en Manhattan—con una intensidad firme y eficiente que al mismo tiempo cautiva e intimida a todos los que la rodean. Con una increíble precisión, se mueve entre cada ajetreado turno, coordinando cientos de comidas, preparando delicadas salsas, condimentando y cocinando cada plato hasta la perfección absoluta. La naturaleza perfeccionista de Kate es puesta a prueba cuando un nuevo y desenvuelto ayudante de chef entra a formar parte de su personal, el enérgico y audaz Nick (Aaron Eckhart). A Nick, una estrella de la cocina en alza, le gusta escuchar ópera mientras trabaja y le encanta hacer reír a todos los que le rodean. Su informal actitud, tanto ante la vida como ante la cocina, no podría ser más diferente de la de Kate, pero la química que se establece entre ellos es innegable… al igual que las discrepancias, como los tenedores repicando sobre una encimera de granito. Podría resultarle más fácil hacer frente a esta confusión en el trabajo si Kate no estuviera ya desequilibrada en casa, esforzándose por conectar con su sobrina de nueve años, Zoe (Abigail Breslin), que recientemente—y de manera muy inesperada—ha venido a vivir con ella. A Zoe, una chica brillante e inteligente, a la que le gustan más los palitos de pescado que el foie gras, está sin duda fuera de lugar en la rutina de Kate pero Kate está decidida a crear un hogar para ella… en cuanto entienda cómo hacerlo.

Os puedo recomendar esta película. Ví también la versión alemana anterior " deliciosa Marta" pero el remake americano (para mi asombro) me ha gustado más. Que la disfrutéis.