INGREDIENTES (para 4 personas)
- 250 gramos de garbanzos.
- 1 cebolla.
- 1 zanahoria.
- 1 puerro.
- 1 tomate
- 2 huevos cocidos.
- Unas ramitas de perejil.
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen.
- 1 litro de caldo de verdura.
Ponemos los garbanzos a remojo la noche anterior en agua templada con sal. Cuando los vayamos a cocinar retiramos del agua de remojo y los deslavamos bajo un chorro de agua del grifo templado. Ponemos el caldo de verduras en la cazuela donde vamos a cocer los garbanzos y la colocamos en el fuego a hervir con la cebolla, la zanahoria, el tomate y el puerro, toda la verdura pelada y entera incluido el tomate. Cuando esté hirviendo, añadimos los garbanzos.
Bajamos la intensidad de la cocción a fuego lento y cocemos por espacio de 3 horas en cazuela normal ó 40 minutos en una olla a presión, hasta que estén blandos los garbanzos.
Ya que el caldo de verduras suele tener sal, probablemente no haga falta añadir más. Retiramos del fuego, dejamos reposar y quitamos las verduras. Pasamos por el pasapurés las verduras cocinadas con los garbanzos y volvemos a juntar el guiso de garbanzos. Presentamos con huevo cocido troceado y unas ramitas de perejil.
También se pueden comprar los garbanzos ya cocidos y nos ahorraremos mucho tiempo. En este caso se pone el caldo de verduras con las verduras y se deja hervir unos 20 minutos. Luego se añaden los garbanzos.
Dentro de la dieta mediterránea las legumbres representan un papel fundamental, y se ha comprobado que un consumo continuado de estos alimentos ejerce un efecto protector frente a las enfermedades cardiovasculares. En concreto, los garbanzos, son fuente de hidratos de carbono complejos, fibra y vitaminas. Aportan además una importante cantidad de proteínas vegetales que no son del todo completas. Por ello, al añadir huevo, que aporta unas proteínas de excelente calidad, se consigue aprovechar al máximo el aporte nutritivo de este plato. Las verduras que se han incluido en esta receta enriquecen el plato en vitaminas, minerales y fibra.