Se debe alimentar el cerebro en todas las etapas de la vida


Una mala dieta durante el embarazo condiciona la estructura del cerebro del descendiente y provoca graves consecuencias

El aporte de nutrientes esenciales es determinante para conseguir un mejor funcionamiento cerebral e intervenir en el crecimiento y desarrollo del sistema nervioso desde el embarazo hasta la vejez. Además, según se ha puesto de manifiesto en el seminario Nutrición y Cerebro: Alimentar las neuronas en cada etapa de la vida, celebrado en Altea, en Alicante, por Unilever, una correcta nutrición previene y evita la aparición y el progreso de enfermedades neurológicas y del deterioro cognitivo. Un alimento que no debe faltar en la dieta es el pescado, que, junto al marisco, son la fuente principal de ácidos grasos omega 3, esenciales para el desarrollo óptimo del cerebro. Según las investigaciones, fue una dieta de este tipo la que aportó los nutrientes necesarios a los Homo habilis hace doce millones de años para que sus cerebros evolucionaran. Por ello, no sólo somos lo que comemos sino que hemos llegado a ser lo que somos por lo que comimos. Un aporte adecuado de energía, proteínas, ácidos grasos (ALA, EPA, DHA), hierro, zinc, cobre, yodo, selenio y vitaminas del grupo B (B1, B6, B12, folatos) es fundamental para conseguir un buen desarrollo y funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso en general. En el embarazo hay que cuidar la ingesta de nutrientes, ya que "los desequilibrios pueden tener repercusiones en el feto más graves que en otras etapas de la vida", indica Rosa Ortega, catedrática de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid. Según ella, muchas madres se preocupan en exceso por no ganar peso y restringen la ingesta de algunos alimentos. "Esto es así principalmente por desconocimiento". Ortega propone modificar los hábitos alimenticios y evitar la carencia de vitaminas y minerales. Las repercusiones de una mala alimentación en la gestación no sólo influyen al neonato, sino también en la madre: "La falta de ácidos grasos en el embarazo puede ser un importante condicionante de la depresión post-parto".

Infancia
Según Pablo Sanjurjo, pediatra del hospital de Cruces, de Baracaldo, "los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (LCPS) no son los únicos, pero sí los principales nutrientes para preservar la salud mental del niño y del adulto. "Existen periodos críticos en que su déficit puede dar lugar a una alteración mental irrecuperable". El pediatra destaca la necesidad de aumentar el tiempo de lactancia materna a seis meses para una correcta nutrición cerebral, ya que supondría ingerir la cantidad idónea de LCPS. Además. "la nutrición también es prevención para el sistema nervioso central", según Virgilio Hernando, neurólogo del Hospital de Madrid Norte Sanchinarro. La mala alimentación durante la gestación y la infancia está relacionada con la aparición de patologías como la migraña, la esclerosis múltiple y el Alzheimer. Ana Requejo, catedrática de nutrición de la Universidad Complutense de Madrid, señala la dificultad de elaborar una dieta para las personas mayores, ya que son más sedentarias y tienden a consumir alimentos más calóricos. Para ello recomienda ejercicio físico e ingerir las cantidades suficientes de nutrientes. Cuidar la ingesta de nutrientes desde la gestación hasta la vejez es fundamental para prevenir y evitar enfermedades mentales. Ésta es una de las conclusiones del seminario Nutrición y Cerebro: Alimentar las neuronas en cada etapa de la vida, celebrado en Altea, en Alicante.

Los beneficios de comer pescado
Numerosos estudios aseguran que los ácidos omega 3, además de que mantienen en forma el corazón y reducen el riesgo cardiovascular, tienen beneficios neurológicos. El pescado es uno de los alimentos más ricos en omega 3.