El gasto en Sanidad debe ser entendido como una inversión


Javier Granda Revilla, Berlín (15/17-9-2007).- El futuro y retos de la Sanidad en Europa, las relaciones entre cáncer y obesidad y la necesidad de variar la alimentación de los niños para que no sean la primera generación de la historia en vivir menos que sus padres fueron algunos de los temas tratados en la reunión organizada por GE Healthcare en Berlín.

Así, Reinaldo García, presidente de GE Healthcare Internacional, señaló la importancia de entender que la Sanidad es una inversión, incluyendo el potencial de la prevención, comprendiendo que hay diferentes modelos para los distintos países y, por último, apostando por la educación y la investigación, con campañas de educación dedicadas, especialmente, a los niños y otras a través de los medios de comunicación para la población general.

Como ejemplo, citó el caso del tratamiento del infarto en el Reino Unido, con centros de especialidades para casos agudos con cuidados integrados en los que todos los pacientes son escaneados. Además, se fomenta la detección temprana y de forma local, con unidades de hiper-agudos en los principales centros de población y redes virtuales para las zonas rurales, complementando la acción con educación sobre el infarto y programas de aprendizaje.


Gasto sanitario como inversión

Por su parte, la responsable de economía de la salud de GE Healthcare, doctora Lisa Kennedy, subrayó que las inversiones en Sanidad deben ser incentivadas para mejorar la salud y que todos aquellos involucrados “deben sentir los efectos de sus acciones, ya sean médicos, enfermeros o pacientes”. Para ello, entre otras medidas, se deben usar las tecnologías de la información de manera más eficiente “ya que se puede recoger y analizar la información en salud más rápido de lo que nunca se había logrado” y cambiar la manera de pensar, de manera que, el gasto, no sea visto como un pasivo, sino como una inversión. Como ejemplo, citó un estudio que calcula que, en Canadá, el aumento de un año de la esperanza de vida aumentaría un trillón de dólares el producto interior bruto.

La doctora Susanne Michel, de Total Healthcare Solucions, presentó los resultados de un estudio realizado en agosto pasado en los que solicitó la opinión de 15 expertos europeos sobre el gasto en prevención. La participación española corrió a cargo de Antonio Sarria, director de la Agencia Española de Evaluación de Tecnologías Sanitarias. Entre las principales barreras señaladas por los encuestados, se repitieron la falta de evidencia, de proveedores adecuados, y, sobre todo, falta de popularidad de las políticas que apuestan por resultados a largo plazo. Entre las distintas soluciones, se recomendó una mayor interrelación entre la Medicina pública y la privada.

Las relaciones entre globalización, obesidad y cáncer fueron abordadas por el doctor Greg Martin, responsable de ciencia e investigación del Fondo Mundial para la Investigación sobre el Cáncer. “Más del 75 por ciento de las muertes en la Unión Europea están causadas por enfermedades no contagiosas, la mayor proporción del mundo, lo que implica, en un país como España, el coste de 2,5 billones de euros. Además, todos los meta análisis señalan la relación entre ser obeso y el riesgo de padecer un cáncer. Ambas son enfermedades prevenibles, por lo que se debe crear un ambiente para que la población elija estilos de vida saludables”, afirmó.


Ante una epidemia de obesidad

Pero quizá la ponencia más polémica fue la del profesor de Epidemiología de la Universidad de Illinois Jay Olshansky, que aseguró que, de seguirse la tendencia actual, los niños de hoy en día serán la primera generación de la historia de la humanidad en vivir menos que sus padres. “La obesidad infantil es una enfermedad grave porque se sufre durante años. España es, tras Malta, el país europeo con más niños obesos y con sobrepeso entre los siete y los once años. La tendencia actual en Europa es que aumenten en un millón al año, creciendo también la prevalencia de la diabetes, descendiendo dentro de cincuenta años la expectativa de vida, por lo que nos enfrentamos a una pandemia global”, lamentó. En su opinión, se deben hacer llegar a la población los estilos de vida saludable. “150 calorías al día extra al día, un refresco o un zumo, es lo que causa la obesidad, por eso es tan difícil erradicarla”, concluyó.

Por último, Berthold Koletko, profesor de Pediatría de la Universidad de Munich y coordinador del programa de obesidad infantil de la Unión Europea, presentó los resultados preliminares del proyecto alemán Tigerkids, que ha obtenido muy buenos resultados en su aplicación piloto en guarderías. La iniciativa, dirigida a niños, profesores y padres, se basa en los conceptos de educación preescolar. Además, al ser esta educación obligatoria, llega a todas las clases y estratos sociales de la sociedad.

Los estudios han demostrado que los niños que siguen el programa consumen menos comida y bebida de alto contenido calórico, realizando más actividad física y con una menor tendencia al sobrepeso y la obesidad. El coste se establece en 150 euros para una guardería de 75 niños, lo que hace la implementación más sencilla. Así, Tigerkids ha sido avalado por la Unión Europea como proyecto modelo para la prevención de la obesidad. Entre septiembre de 2007 y 2009 se espera que llegue a todos los niños alemanes, escolarizados en los más de 3.000 jardines de infancia en los 16 lander (estados autónomos) para lo que, según Koletzko, “necesitamos más apoyo”.