Un estudio que publica el 13.09.07 The New England Journal of Medicine apunta que la inhalación de combustibles diésel triplica el estrés cardiaco durante la práctica de ejercicio físico.
DM. Nueva York
La contaminación que provocan los combustibles diésel afecta a los pacientes con enfermedades cardiacas provocándoles problemas en los vasos sanguíneos y trombos. Esta es la conclusión principal de un estudio realizado por las universidades de Edimburgo, en el Reino Unido, y de Umea, en Suecia, que se publica hoy en The New England Journal of Medicine.
DM. Nueva York
La contaminación que provocan los combustibles diésel afecta a los pacientes con enfermedades cardiacas provocándoles problemas en los vasos sanguíneos y trombos. Esta es la conclusión principal de un estudio realizado por las universidades de Edimburgo, en el Reino Unido, y de Umea, en Suecia, que se publica hoy en The New England Journal of Medicine.
La investigación, financiada por la Fundación Británica del Corazón, ha medido los efectos de los gases de combustión diésel en el corazón y en la función de los vasos sanguíneos en hombres que habían sufrido previamente un ataque cardiaco. De esta forma, se ha demostrado que la inhalación de combustibles diésel produce cambios en la actividad eléctrica del corazón, lo que sugiere que la contaminación atmosférica reduce la cantidad de oxígeno disponible en el corazón durante el ejercicio.
Según Nicholas Mills, del Centro Universitario de Ciencias Cardiovasculares, "este estudio proporciona una explicación de por qué los pacientes con enfermedades cardiacas tienen más probabilidades de ingresar en el hospital los días en que los niveles de contaminación del aire son superiores".
Metodología
Para realizar el estudio 20 hombres que habían sufrido un ataque al corazón fueron evaluados cuidadosamente para asegurarse de que no sufrían problemas en el ritmo cardiaco o angina de pecho y de que sus condiciones cardiacas eran estables y estaban tratadas apropiadamente. Se expuso a los participantes durante una hora a aire filtrado o a combustibles diésel diluidos mientras practicaban bicicleta estática en una cámara monitorizada. La función cardiaca se monitorizó constantemente y se realizaron analíticas sanguíneas seis horas después de abandonar dicha cámara. La monitorización eléctrica del corazón mostró que la inhalación de los combustibles diésel causó tres veces más estrés al corazón durante el ejercicio.
Además, la capacidad del cuerpo para liberar el activador tisular del plasminógeno, que previene la formación de trombos, se redujo más del triple tras la exposición.
Los científicos están especialmente interesados en los motores diésel porque generan entre 10 y 100 veces más partículas contaminantes que los motores de gasolina.
'(N Engl J Med 2007; 357: 1075-82)'.