El camino de Santiago, una terapia de rehabilitación cardiovascular.


Por segundo año consecutivo los pacientes coronarios del Hospital Gregorio Marañón de Madrid realizarán varias etapas del Camino de Santiago como parte de un programa de rehabilitación cardiovascular impulsado por Rafael Rubio Sanz, de la Unidad Coronaria, y con el apoyo del Hospital La Paz, la Sociedad Española de Cardiología, Pfizer y la Comunidad de Madrid.

El objetivo del programa El camino de Santiago en la Rehabilitación Cardiovascular es incorporar a los pacientes a un estilo de vida saludable, en el que incluyan ejercicio físico, una de las prescripciones más importantes en los pacientes coronarios.

27 pacientes recorrerán 102,5 kilómetros, desde el Alto del Poio hasta Santiago de Compostela, divididos en seis etapas de aproximadamente 18 kilómetros diarios. Los cardiópatas van acompañados de sus familiares y de un equipo médico coordinado por Rubio y formado por especialistas en cardiología aguda, rehabilitación cardiaca, un psicólogo y personal de enfermería. Un coche equipado con todo el material necesario para atender una urgencia cardiológica les escolta todo el recorrido.

Durante el viaje se realizan charlas informativas, que abarcan temas sobre hábitos de nutrición saludable, tabaquismo y factores de riesgo coronarios, síndrome metabólico y diabetes, dirigidas a los pacientes y a la población de las localidades en las que descansan. Rubio explica que uno de los objetivos del programa es acabar con los mitos y superar los miedos de la cardiopatía, así como que los pacientes se relacionen con otros en su misma situación y comprendan que pueden y deben realizar ejercicio.

La iniciativa está muy bien, pero pienso que no hace falta irse a hacer el camino de Santiago para hacer rehabilitación cardíaca. Cada región tiene un montón de parajes maravillodos en donde practicar senderismo o excursiones para disfrutar de la naturaleza y hacer ejercicio. En comparación con otros países de Europa, en España se rehabilitan sólo el 2% de los pacientes cardíacos (en otros países se llega al 60%). Los recursos que consumen este tipo de iniciativas (que repito que no están mal) se podrían repartir sobre mucha más gente, ofreciéndoles algo más sencillo pero que también pudiera ser de gran calidad y utilidad.