corazón y calor


“Las altas temperaturas pueden resultar peligrosas para los pacientes con patologías cardiovasculares”, tal y como afirma la doctora Carmen de Pablo, presidenta de la Sección de Cardiología Preventiva y Rehabilitación Cardíaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), quien ha alertado de que en los meses de verano, cuando persisten las altas temperaturas durante varios días, los pacientes con patología cardiovascular pueden sufrir descompensaciones en su enfermedad.

Como se explica desde esta Sociedad Científica, el principal motivo de la descompensación como consecuencia del calor “radica en las alteraciones de la termorregulación corporal, ya que el organismo pierde calor mediante el sudor y la vasodilatación de los vasos sanguíneos periféricos”. Dicha vasodilatación, de manera excesiva, puede producir un descenso de la tensión arterial con episodios de mareos e incluso de síncopes.

Por todo ello, los pacientes con patología cardiovascular deben extremar las medidas preventivas durante los meses de varano, donde las temperaturas alcanzan cifras máximas

Entre las medidas a adoptar, los expertos hacen hincapié en “la hidratación, recomendándose el agua con bajo contenido en sodio así como los zumos de frutas y las bebidas isotónicas tras la práctica de deporte. Sin embargo, -como se advierte- los refrescos con gas y las bebidas alcohólicas deben ser evitadas por los pacientes con cardiopatías”.

Además de la hidratación, desde la SEC también se han lanzado otras recomendaciones para mantener el corazón sano durante los meses de verano, como mantener una dieta sana, rica en frutas y verduras, controlando la ingesta de sal, grasas y azúcares; realizar el ejercicio físico recomendado, evitando las horas de más calor y aprovechando la primera hora de la mañana y la última de la tarde; no abandonar la medicación recomendada por el cardiólogo y tratar de que el cambio de rutina y de horario (en casos de desplazamientos al extranjero) no impida que se realice correctamente; viajar con el informe médico en el que se especifica el diagnóstico de la enfermedad que padece; y evitar los cambios bruscos de temperatura, ya que pueden provocar alteraciones en las personas con enfermedades cardiovasculares.

La SEC no se olvida de la protección solar, que, en su opinión, “debe convertirse en un hábito para toda la población, especialmente para las personas mayores y los niños”.