De ecocardiografías 'wireless' e 'imagenotipo'



Aprovechando el VIII Simposio Internacional de Aplicación de la Imagen Cardiovascular en Cardiología Clínica, que se ha celebrado en el Hospital Clínico San Carlos, en Madrid, José Luis Zamorano, director del Instituto Cardiovascular del Clínico San Carlos y recién nombrado como uno de los diez miembros de honor de la Sociedad Americana de Ecocardiografía, y Bijoy Khandheria, profesor clínico de Medicina de la Universidad de Wisconsin y director de los Servicios de Ecocardiografía de Aurora Medical Group, en Estados Unidos, han compartido sus reflexiones acerca de cómo será el futuro de la imagen cardiovascular.
Por partes. Primero Zamorano ha explicado las razones del avance imparable de la técnica: "La enfermedad cardiovascular es muy prevalente en Occidente y por eso es muy importante conocer los factores de riesgo y hacer un diagnóstico precoz para poder llevar a cabo un tratamiento adecuado".

Por tanto, el diagnóstico precoz ha sido la razón de ser de una evolución en la que "en cinco años se han reducido mucho los procedimientos en los que era necesario abrir por el pecho", según Khandheria. Pero claro, poder ver a través del pecho sin necesidad de abrirlo requiere una buena imagen. "Todo nuestro campo de trabajo está cambiando y pronto el laboratorio será como la cabina de mandos de un avión".

En esta revolución de la imagen, Khandheria ha destacado la aportación de la ecocardiografía en tres dimensiones. Zamorano, que está de acuerdo en la importancia que su compañero concede a la técnica en 3D, ha concretado el futuro en tres técnicas, que ha evaluado con minuciosidad: ecocardiograma, cardioTC (tomografía computarizada) y cardioRM (resonancia magnética).
Ecocardiografía
En lo que se refiere a la ecocardiografía, el especialista español ha dicho que "desde un primer momento aportó buenas prestaciones como la no radiación y poder ver cómo funciona el ritmo cardiaco. Después llegó la ecocardiografía de estrés [que estudia el corazón funcionando a un ritmo más alto del habitual] y luego las tres dimensiones, donde el corazón se muestra aún más real".
Además, la mejora de la imagen y la ampliación de sus indicaciones han ido paralelas a la miniaturización de los equipos, de forma que ya no es que se pueda ver la imagen en un iPad, sino que se puede lograr lo mismo con un iPhone. En este tema ha insistido Khandheria, que pone como ejemplo de nanotecnología los marcapasos que vayan en cápsulas.
Zamorano ha ido un paso más allá en la maniobrabilidad de la ecocardiografía [aviso: esto aún no es real]: "Se llegará a que lo único que deba mover el médico sea un transductor wireless. Los hospitales están llenos de monitores, así que el profesional usará el transductor sin cables y verá la imagen en el monitor que sea", lo cual será especialmente importante en Urgencias. Que esto es algo más que imaginación lo ha reafirmado Zamorano: "Ya se lo he comentado a algunos ingenieros. Dicen que será difícil, pero es posible".
Y para que la imagen sea intervencionista, Zamorano cree que la visualización puede ser más sencilla [aviso: esto tampoco es real todavía]: "Cuando los ultrasonidos vayan incluidos en unas gafas ambas manos quedarán libres para hacer una punción, por ejemplo".
CardioTC
De la ecocardiografía, Zamorano ha pasado a la cardioTC: "Nos permite ver si las arterias están enfermas, porque dime cómo son de viejas tus arterias y te diré cómo eres de viejo tú. El problema puede estar en que la TC emite radiación". Por consiguiente, el futuro está en que la dosis emitida descienda y la técnica se pueda hacer con la misma frecuencia que una placa de tórax [también es algo por conseguir].
Tras reducir la radiación, "hay que lograr pasar de morfología a funcionalismo. La ateroesclerosis no es morfológica, y con un 70 por ciento de estrechamiento arterial la respuesta varía según el paciente. Por eso es necesario saber, más allá de si la placa es esclerótica, si se va a fisurar. Para ello seguramente habrá que emplear contrastes [esto tampoco es real ahora mismo]", ha avanzado el director del Instituto Cardiovascular del Clínico San Carlos.
CardioRM
Respecto a la cardioRM, "se trata de una técnica muy fiable morfológicamente, pero no se ven las arterias coronarias y la obtención de imágenes es incómoda para el paciente". Por eso también se irá hacia los contrastes, además de hacia las técnicas híbridas [las fusiones ya se producen, pero se harán más], porque "lo importante es poner al paciente en el centro, no a la técnica". Esta evolución también conducirá a que haya especialistas en imagen cardiovascular.
Khandheria también ha situado el futuro "no en una técnica en concreto, sino en la fusión entre ellas", dentro de las cuales sitúa a la que forman ecocardiografía y RM como la más útil. Zamorano, en cambio, se ha centrado en la importancia de que la fusión se produzca entre una técnica morfolófica y otra funcional, como RM y tomografía por emisión de positrones (PET, por sus iglas en inglés).
Como destino de este viaje por un futuro que esperemos cercano, Zamorano ha señalado como clave la llegada de lo que llama imagenotipo, es decir, la unión de información genética e imagen. Y es que nuestro genoma aportará mucha información de salud, pero la imagen podrá concretar los riesgos aportados por la genética [esto también es ciencia ficción por ahora].
Via: diariomedico.com