Los expertos desaconsejan realizar ejercicio físico con más de 30 grados y una humedad del 80%


La Comunidad de Madrid ha publicado un decálogo donde se detallan los principales consejos médico deportivos para disfrutar de un verano activo y saludable a la hora de realizar deporte, especialmente, que no es recomendable realizar ejercicio físico con una temperatura ambiente de más de 30 grados y una humedad superior al 80 por ciento.

Debido a las altas temperaturas que se registran en esta época del año, los profesionales que trabajan en el Centro de Medicina Deportiva aconsejan tomar ciertas precauciones para realizar actividad física y deporte con garantías en verano.

Las recomendaciones de este Decálogo parten de una premisa principal: evitar hacer ejercicio en las horas centrales del día, entre las 12.00 horas y las 16.00 horas. Así, el momento del día más adecuado para realizar cualquier tipo de actividad física son las primeras horas de la mañana o bien las últimas horas de la tarde, ya que en estos momentos la incidencia de los rayos de sol y de la contaminación es menor. Además, en caso de caminar, correr o ir en bicicleta es aconsejable buscar caminos o senderos sombreados.

La correcta preparación del cuerpo antes de una actividad física también es imprescindible. El calentamiento de los principales grupos musculares (cadera y piernas) así como el tronco, brazos o cuello es básico antes de realizar el ejercicio así como terminarlo caminando o trotando a baja intensidad durante un periodo estimado de entre cinco y diez minutos.

La alimentación también es muy importante de cara a afrontar cualquier ejercicio físico. Así, en verano hay que beber mayor cantidad de agua, si es posible, ligeramente fría, para asimilarla con mayor rapidez. No sólo hay que beber durante el ejercicio sino antes y después de realizarlo, pues así se encara la actividad convenientemente hidratado. Después de la actividad, es recomendable reponer fuerzas con una bebida que contenga glucosa, fructosa, carbohidratos y sales minerales.

En general, lo aconsejable es beber un litro y medio de líquido por cada kilogramo de peso perdido durante el ejercicio. Controlar las comidas es otro de los puntos a destacar de este decálogo. Deben ser ligeras antes de realizar actividad física y deben incluir cereales, fruta y leche. Se debe comer entre 90 y 120 minutos antes de iniciar la actividad. Vestir una ropa adecuada de colores claros así como unas zapatillas adecuadas ayudará también a mejorar el rendimiento del ejercicio.

Una excesiva actividad física o una mala preparación del cuerpo pueden acarrear problemas físicos. Así, si aparecen mareos o náuseas es aconsejable dejar de hacer ejercicio, porque son señales inequívocas de que el cuerpo sufre de agotamiento por el calor. En estos casos es recomendable descansar en una zona sombreada y beber hasta lograr una total recuperación.

También es importante conocer los síntomas de la deshidratación, que son sensación de sed, dolores de cabeza, irritabilidad, debilidad, mareos, calambres musculares, vómitos, así como una reducción del rendimiento. Ante estos síntomas es imprescindible detener la actividad e hidratarse. Si a pesar de todo, el cuerpo no se recupera, hay que acudir a la atención médica ya que puede tratarse de una insolación o golpe de calor, cuyas consecuencias son más graves que un simple agotamiento por el esfuerzo realizado.

Via: medicosypacientes.com

Proyecto Food: lucha contra la obesidad en el entorno laboral


"Lucha contra la obesidad a través de la oferta y la demanda'. Es la traducción del acrónimo del Proyecto FOOD (Fighting Obesity through Offer and Demand). Una campaña europea de prevención de la salud que ya lleva dos años desarrollando acciones en el entorno laboral. El objetivo principal de dicho proyecto es el de incidir sobre los canales de oferta y demanda alimentaria, entre los que se hallan los menús del día, por medio de la mejora de la variedad y la calidad dietética.

Seis países europeos (Bélgica, Francia, Italia, República Checa, Suecia y España) son los protagonistas que participan en este proyecto que se inició en 2009 con la pretensión de poner al alcance de restauradores, empleados y quienes comen a diario fuera de casa y son clientes habituales de restaurantes la posibilidad de optar por menús saludables.

Las cifras de obesidad y sobrepeso entre la población adulta son preocupantes. Más aún cuando una parte importante de la población come a diario fuera de casa y elige el menú del día que ofertan los restaurantes. Este fue el fundamento sustancial para dar forma a un proyecto en el que la implicación de los restauradores es clave si se pretende un incremento y una mejora en la oferta de menús del día saludables. Se busca además desde el puesto de trabajo propiciar en los trabajadores un cambio en sus hábitos de consumo al considerarse este entorno como una oportunidad para mejorar su salud y bienestar.


Con este fin se entiende como fundamental la aportación de una información adecuada en materia de alimentación y nutrición. Para ello, especialistas en nutrición analizaron las necesidades y expectativas de empleados y propietarios de establecimientos de restauración colectiva por medio de una encuesta. El cuestionario se le hizo a 52.000 empleados y 5.000 restauradores de toda Europa y generó una serie de recomendaciones generales que fueron adaptadas a los hábitos dietéticos específicos de cada país. En España la encuesta llegó a 1.000 restaurantes y 10.000 usuarios, y ha revelado entre otros datos que el 63% de los restauradores aplican sus propias reglas de alimentación equilibrada, pero reconocen tener un conocimiento mediano sobre dieta equilibrada. Además, un 56% de los propietarios y encargados de restaurantes encuestados afirman "haber notado un incremento de la demanda de menús equilibrados por sus clientes".

Al alcance de los trabajadores

El proyecto pone a disposición de empresas, trabajadores y restaurantes distintas herramientas de educación alimentaria:

  • Página web adaptada a cada país y que se actualiza con regularidad.

  • Blog que ofrecerá la oportunidad de compartir ideas para ayudar a adoptar hábitos alimenticios saludables.

  • Recomendaciones básicas dirigidas de forma específica tanto a restauradores como a empleados en diversos soportes (folletos, posters, guías, DVD).

    Consejos dietéticos saludables para los restauradores:

    1. Ofrecer la posibilidad de elegir entre media ración y una ración en todos los platos.

    2. Usar métodos de cocinado bajos en grasas (vapor, horno, parrilla).

    3. Ofrecer a los clientes variedad de especias para sazonar sus platos.

    4. Servir en la mesa agua del grifo o embotellada antes de que la pidan los comensales.

    5. Servir las salsas por separado para que el cliente pueda decidir cuánto quiere servirse.

    6. Poner visibles las elecciones del menú más saludables.

    7. Usar aceite de oliva para aliñar las ensaladas. Y para cocinar, elegir entre aceite de oliva y de girasol con alto contenido en ácido oleico.

    Consejos dietéticos saludables para los empleados:

    1. Probar la comida antes de añadirle más sal y/o experimentar con condimentos distintos a la sal.

    2. Reducir el uso y el consumo de grasas y optar por las grasas vegetales saludables.

    3. Comer al menos cinco porciones de frutas y hortalizas al día.

    4. Elegir de postre fruta fresca (o productos lácteos de vez en cuando).

    5. Optar por métodos de cocinado bajos en grasas (vapor, horno, parrilla).

    6. Beber agua con las comidas (en lugar de otro tipo de bebidas).

    7. Evitar los aperitivos altos en grasas, sal y azúcar. Satisfacer el hambre con porciones pequeñas de frutos secos, productos de panadería, fruta o lácteos bajos en grasa.

    8. Suplir de vez en cuando la carne por otros alimentos en cantidad equilibrada (legumbres, cereales, pasta, frutos secos, pescado).

    10. Beber agua siempre que sea posible.

Autor: Maite Zudaire

Los pacientes del corazón pueden viajar en avión.

Viajar en avión no supone ninguna amenaza significativa para la salud de los pasajeros auque tengan, incluso, trastornos cardiovasculares graves. Esto es lo sugiere un informe elaborado por la Sociedad Cardiaca Británica y publicado en Heart.

Del informe se desprende que el principal impacto de los viajes aéreos es respirar aire con un contenido de oxígeno reducido. Por tanto, los pasajeros que ya presenten un riesgo elevado de angina de pecho, ataque al corazón, insuficiencia cardiaca o arritmia pueden verse afectados negativamente por la hipoxia hipobárica, pero parece no tener ningún efecto circulatorio adverso o bien éste es mínimo y no en vuelos cortos o medios.

La recomendación reconoce también el potencial negativo del estrés del aeropuerto sobre la salud cardiovascular. Este trastorno es producido por las medidas de seguridad, la amenaza terrorista y el manejo del equipaje. No obstante, la mayoría de aeropuertos disponen de servicios para asistir a las personas con problemas de salud o discapacidad.

Por lo tanto, "sólo deberían aplicarse restricciones razonables cuando el trastorno subyacente esté asociado a un riesgo notable de deterioro agudo, porque el resto de pasajeros, puede volar siempre que tomen su medicación, que no se esfuercen demasiado y que puedan acceder al oxígeno durante el vuelo y a la asistencia en el aeropuerto, ", añade el informe.

Asimismo, llevar un marcapasos tampoco prohíbe volar. Aunque en un vuelo de larga distancia se duplica el riesgo de trombosis venosa profunda, el riesgo es similar al que se experimenta en un viaje en coche, autobús o tren con una duración parecida.

Via: diariomedico.com

Muchos accidentes de tráfico por deficiente capacidad visual



Existe un vínculo causal entre la mala percepción visual y un 59 por ciento de los accidentes de tráfico, según ha explicado el profesor Renato Pocaterra, especialista en el cuidado de la visión e investigador en la Universidad de Milán Bicocca (Italia), en un encuentro celebrado en el Parlamento Europeo en Estrasburgo para enfatizar el papel relevante de una buena vista para la seguridad de los conductores.

Durante este encuentro organizado por la Federación Europea de la Industria Óptica (EUROM 1), Pocaterra ha señalado que además, según un estudio de la Universidad de Milán Bicocca (Italia), una de cada tres personas tiene una visión deficiente, por debajo de los requisitos mínimos establecidos por la ley.

En Francia, varios estudios llevados a cabo por la Asociación Francesa para la Mejora de la Vista (ASNAV, en sus siglas en francés), indicaron que sobre 40 millones de conductores, 8 millones tienen problemas visuales no corregidos o corregidos inadecuadamente.

El presidente de ASNAV, Bertrand Roy, también hizo alusión a estudios que han demostrado que las revisiones ópticas obligatorias en Florida (EEUU) para la gente mayor han reducido el ratio de accidentes causados por personas de la tercera edad.
Antes estos datos, y teniendo en cuenta que la vista es un factor que juega un papel crucial en la conducción segura, el EUROM 1 ha realizado un llamamiento al Parlamento Europeo, la Comisión y los Estados Miembros para que enfaticen el valor de estar físicamente apto para la conducción, así como las rápidas y fáciles ventajas que supondría una revisión sistemática de la vista de los conductores por un profesional de la visión.

EUROM 1 también ha incidido en la importancia de hacer de las cuestiones ópticas y oculares parte de los programas de salud pública para asegurar una conducción segura y para ofrecer un diagnóstico precoz de las enfermedades oculares. Así como el desarrollar campañas de concienciación orientadas a promover una revisión periódica de la visión.

Asimismo, sugieren que se certifiquen los exámenes visuales llevados a cabo por profesionales del cuidado ocular, ya que los test básicos y no científicos (realizados un examinador del permiso de conducción, por ejemplo) no son precisos ni fiables. Además, sugieren que, aparte de la revisión obligatoria para todos los conductores en el momento de la obtención del primer permiso de conducir, se establezcan revisiones obligatorias periódicas cada 5 o 10 años.

Via: medicosypacientes.com

Historia clínica y medicina privada.


Francisco J. Sánchez Gallegos, abogado de la Asesoría Jurídica del Colegio de Médicos de Granada, publica en el último número del órgano de difusión del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos un artículo sobre la necesidad de una historia clínica “completa, rigurosa y detallada” demostrativa, en definitiva, de que el facultativo ha mantenido una actitud correcta y profesional ante su paciente.
"Pasan ya casi ocho años de la promulgación de la Ley 41/2002 de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica.

Dicha normativa regula de forma concreta y concisa en su capítulo V el contenido de la Historia clínica (Art. 14al 19) y es de aplicación, tal y como se regula en si Art. 1º, en “los centros y servicios sanitarios, públicos y privados, en materia de autonomía del paciente y de información y documentación clínica”.
Sin embargo, y pese al tiempo trascurrido, desde la Asesoría de este Colegio venimos observando con preocupación cómo en el ejercicio privado de la medicina la confección de las historias clínicas no cumple, en un gran número de casos, con los requisitos que exige la citada normativa vigente.
La realidad es que nos venimos encontrando, con más frecuencia de la deseada, que las historias clínicas de los pacientes siguen confeccionándose de forma un tanto “casera” –permítaseme la expresión-, limitándose a una serie de anotaciones bastante deslavazadas, incompletas y, en definitiva, generadoras de riesgo para el propio facultativo.
Sí, riesgo para el profesional, ya que, como ahora analizaremos, la inconcreción o carencia de contenidos en una historia clínica puede generar serios inconvenientes a la hora de abordar su defensa ante una reclamación judicial e incluso ser considerada, en determinadas situación, como “mala praxis per se” y generadora de responsabilidad si, de una defectuosa confección o carencia de contenidos en dicha documentación, se derivase un daño o perjuicio para el paciente.
Habitualmente, y dada la amplitud de los plazos para interposición de reclamaciones judiciales, entre estas y el momento en que fue tratado el paciente que nos demanda, pasa un tiempo que, en algunas situaciones, se puede contraer a varios años y es que ello que, con frecuencia, interpuesta dicha reclamación, el facultativo no puede recordar con detalle cual fue su intervención en la asistencia del paciente que le está reclamando con lo que resulta muy dificultoso el abordaje de su defensa.
Ya en marcha el procedimiento, habrá de partirse de una máxima que la experiencia nos ha enseñado es casi inapelable: el acto médico del que no queda constancia en la historia clínica nunca se ha llevado a cabo (y viceversa).
O lo que es igual, imaginemos un paciente con un tratamiento crónico por un problema vascular al que, regularmente en todas las visitas, su médico le solicita información sobre el estado de su tensión arterial (que el propio enfermo se controla en su domicilio), datos estos que el facultativo no consigna en la Historia al ser esta normal; si por ejemplo este paciente sufriera una grave patología que hubiera sido detectable por un incremento de T.A., su historia revelaría que el médico nunca había controlado la misma (lo que no es cierto) al no haber constancia alguna de ello en su documentación, lo que podría determinar su responsabilidad por la “omisión” de dichos controles de T.A.
Es por ello la necesidad imperiosa de que el médico cumplimente el historial de su paciente con el mayor lujo de detalles posibles ya que, será la única prueba a su alcance para demostrar, ante una reclamación judicial, que su actuación ha sido completa y de que ha puesto a disposición del paciente los medios necesarios para su tratamiento, incluyendo, en todo caso, pruebas diagnosticas, recomendaciones ordinarias y terapéuticas, resultado de exploraciones, prescripción de pruebas complementarias y farmacológicas y su resultado, etc.
Mención aparte por su trascendencia merece el consentimiento informado en relación con la Historia Clínica, tal y como se establece en la Ley 41/2002: “como regla general se proporcionará verbalmente dejando constancia en la historia clínica, comprende, como mínimo, la finalidad y la naturaleza de cada intervención, sus riesgos y sus consecuencias”.
“El consentimiento será verbal por regla general. Sin embargo, se prestará por escrito en los casos siguientes: intervención quirúrgica, procedimientos diagnósticos y terapéuticos invasores y, en general, aplicación de procedimientos que suponen riesgos o inconvenientes de notoria y previsible repercusión negativa sobre la salud del paciente”.
Cuando nos encontramos en el segundo de los supuestos no suele haber dudas, ya que raro es el caso en el que un facultativo lleva a cabo alguna de las actuaciones que la ley describe sin obtener el mismo del paciente.
El problema surge ante tratamientos, en principio de “bajo riesgo”, en los que la Ley solo exige información y consentimiento verbal.
Si en estos supuestos el facultativo no deja clara constancia ESCRITA en la historia de que ha informado al paciente y sobre el contenido de dicha información, y ante el Juzgado el demandante niega haber sido convenientemente ilustrado en tal sentido. EL MEDICO NO TENDRÁ FORMA ALGUNA DE PROBAR QUE OBUVO DE SU PACIENTE EL PRECEPTIVO CONSENTIMIENTO INFORMADO; lo que puede aparejarle una condena que, si se basa en ese déficit de información, puede quedar fuera, incluso, de cobertura por parte de la aseguradora al considerarse como “riesgo excluido” en las actuales pólizas de Responsabilidad Civil Profesional.
Por todo ello, la conclusión es clara: una Historia Clínica completa es el mejor medio de defensa de la correcta actuación profesional de un facultativo ante una reclamación judicial, y es por ello que desde esta asesoría no nos cansaremos de hacer hincapié en la absoluta necesidad de elaboración de la Historia Clínica (en cualquiera de sus soportes) completa, rigurosa y detallada; demostrativa, en definitiva, de que, por parte del facultativo, se ha tenido en todo momento una actitud cuidadosa, profesional y sería hacia sus paciente".
Autor: Francisco J. Sánchez Gallegos
Abogado de la Asesoría Jurídica del Colegio de Médicos de Granada