- 600 gramos de mejillón fresco y limpio.
- 2 dientes de ajo.
- Un molinillo de pimientas variadas.
- 1 hoja de laurel.
- 2 cucharadas de pimentón dulce y picante.
- 1 decilitro de aceite de oliva virgen.
- 8 cucharadas de vinagre de vino blanco.
- Unas ramitas de perejil.
- Sal.
Limpiamos y cocemos los mejillones sin amontonar en una cazuela baja, con un poquito de agua y con la cazuela tapada, hasta que se abran. Separamos la carne de los mejillones de las cáscaras y reservamos con un poco del caldo colado de la cocción. En una sartén con un poco de aceite pochamos los dientes de ajo picados en brounoisse (muy picadito), y la hoja de laurel. Separamos la sartén del fuego y agregamos el pimentón (al gusto, dulce o picante, o mezcla de los dos), y el vinagre. Colocamos de nuevo la sartén en el fuego, añadimos un poco del caldo de los mejillones. Cuando empiece a hervir, vertemos este escabeche sobre los mejillones y espolvoreamos un toque con el molinillo de pimientas variadas. Ponemos a punto de sal y dejamos reposar mínimo 1 hora para que se mezclen con la salsa. El escabeche queda más rico de un día para otro, reposando en un recipiente tapado y dentro de la nevera. Servimos como aperitivo a temperatura ambiente o como acompañamiento de ensaladas.
Los mejillones destacan por ser ricos en proteínas, con apenas grasa y una variedad sobresaliente de vitaminas y minerales. Es por ello que este marisco, de precio asequible, se convierte en un alimento a tener en cuenta en todo tipo de dietas. Esta receta de mejillones escabechados resulta deliciosa.
Via: consumer.es
De postre, una pera cortada en trocitos con un poco de requesón, dos cucaritas de miel, una cuchara de pipas de girasol crudas peladas y algo de canela. Después del postre, daré un paseo para aprovechar el buen tiempo que hace en Mallorca.