INGREDIENTES (para 4 personas):- 4 dientes de ajo.
- 1 cebolla grande.
- 2 tomates grandes maduros.
- 100 g de miga de pan seca.
- Aceite de oliva virgen.
- 3/4 de litro de agua.
- Un chorrito de vinagre de buena calidad.
- Pimienta molida y sal.
En el mortero o con una batidora, trituramos bien los ajos, a los que habremos añadido un poquito de sal; seguidamente adicionamos aceite y vamos ligando la salsa como si se tratase de un alioli. Cuando quede cremoso, añadimos la miga de pan, previamente remojada en agua y escurrida. Continuamos trabajando hasta formar una pasta, que aclararemos con el agua fría, incorporándola lentamente mientras se sigue removiendo, hasta que adquiera una consistencia cremosa. Rectificamos de sal y pimienta. Vertemos el contenido en una ensaladera, donde se le añade más miga de pan y se deja reposar unos diez minutos. Al servirlo, añadimos la cebolla bien picada y el tomate pelado y cortado en trozos pequeños y, por último, el vinagre.
El protagonista indiscutible de este refrescante plato estival es el tomate. Las bondades gastronómicas de este fruto y sus derivados vienen siendo apreciadas desde hace mucho tiempo, aunque sólo recientemente se han empezado a conocer las virtudes que para la salud puede tener el licopeno, uno de los principales nutrientes que forman parte de su composición. El licopeno es el carotenoide natural más común de los tomates y sus derivados. Carece de actividad provitamina A, pero presenta un alto poder antioxidante. Una ingestión alta de licopeno está asociada con una disminución del riesgo de padecer enfermedades crónicas, fundamentalmente cáncer y enfermedades cardiovasculares. Además del valor nutricional aportado por el resto de ingredientes, las grasas monoinsaturadas del aceite de oliva incrementan aún más el efecto protector vascular de esta receta, ya que el ácido graso oleico disminuye los niveles del conocido colesterol malo o LDL-c en sangre. Este atractivo cóctel de vitaminas y minerales está indicado en todas las edades y situaciones fisiológicas. Es muy adecuado para personas que deban restringir la energía de su dieta y si se prescinde de la sal añadida puede ser un plato apto para dietas hiposódica.
De postre, trufa de chocolate negro con aceite de oliva, gelatina de cítricos y puré de albaricoque. Mi hijo Simón, que está estudiando alta cocina, nos preparó ayer este postre exquisito. Estaba realmente para chuparse los dedos. Está haciendo prácticas en el restaurante del hotel Read's de Santa María. El que quiera probar esta maravilla de postre puede hacerlo en el hotel o en el Fosh Food de Palma. Os repito es una delicia.