Excursión de caballistas de Muro


Joia, preparada para salir.


Miguel y yo en el lugar de salida.

Kathrin y Aina.


La playa de Muro, llena de caballistas.


Un molino de Muro


También vinieron un montón de carros.


Cerca de la albufera


Esto es realmente una pasada de turismo ecuestre


Nos hartamos de limpiar y duchar a los caballos...

... y a los dos minutos de estar sueltos ésta es la pinta que tenían después de revolcarse en la arena (este caballo suele ser blanco).


Después de la faena hay que celebrarlo con una buena comida.


Creo que Miguel se lo pasó muy bien.


Al llegar a casa una ducha y tumbarse en el sofá. Tras tres horas de cabalgar me duelen todos los huesos.


Mi gato Lukas, aunque no participó en la excursión, se apunta (como no) a una siesta reparadora.