El cuidado de un familiar con una afección cardiaca grave podría aumentar el riesgo de enfermedad cardiaca

Madrid (14/03/2008).- El cuidado de un familiar con una afección cardiaca grave podría aumentar el riesgo de enfermedad cardiaca, según un estudio del Centro Médico de la Universidad de Columbia que se ha hecho público durante la Conferencia Anual de Enfermedad Cardiovascular, Epidemiología y Prevención celebrado en Colorado Springs (Estados Unidos).

Los investigadores examinaron los factores de riesgo en miembros familiares de pacientes cardiacos y descubrieron que proporcionan la mayoría de los cuidados al paciente tenían mayores niveles de factores de riesgo de la enfermedad cardiaca que los no cuidadores. y aquellos que más atendían al paciente informaban después de seis meses de una mayor propensión a la depresión que los que lo cuidaban menos.

En un segundo estudio, los científicos descubrieron que educar a los cuidadores y los miembros de la familia de pacientes cardiacos hospitalizados sobre sus propios riesgos cardiacos y proporcionarles información sobre una dieta saludable mejoró sus hábitos alimenticios después de seis semanas.

En este estudio, el F.I.T. Heart sobre intervenciones para la salud cardiaca en familias, participaban 501 familiares o compañeros de vivienda de pacientes hospitalizados por episodios cardiacos, como ataques o estrechamiento de las arterias, que requerían cirugía de baipás o una angioplastia. Seis meses después, los investigadores determinaron el tipo aproximado que cada cuidador pasó atendiendo al paciente, evaluaron sus estilos de vida, la tensión psicológica y si se encontraban deprimidos.

Para su estudio, los investigadores designaron el 39 por ciento de la muestra como cuidadores primarios, el 11 por ciento como cuidadores gran parte de su tiempo, el 32 por ciento como cuidadores ocasionales y el 17 por ciento como no cuidadores.

Los cuidadores eran más propensos que los no cuidadores a ser mujeres, casadas o que vivían con alguien, mayores de 50 años, desempleadas y sin la educación secundaria terminada. Estas personas eran también menos propensas a seguir las guías dietéticas de reducción del riesgo cardiaco que los no cuidadores, consumían más grasas saturadas y tenían mayor perímetro de cintura. Según los investigadores, se identificaron varias características de los cuidadores que aumentaban su riesgo de enfermedad cardiaca.

Las puntuaciones medias de estrés de los cuidadores seis meses después de que sus seres queridos fueran hospitalizados eran significativamente superiores entre aquellos con depresión y poco apoyo social.

Según explica Lori Mosca, coautora del estudio, "existe una asociación entre la depresión y la mayor tensión del cuidador. No sabemos si la tensión más alta de los cuidados conducen a la depresión o si la depresión aumenta este estrés".

En un segundo estudio, los participantes del F.I.T. Heart recibieron consejos dietéticos sobre cómo reducir sus riesgos cardiacos, la mayoría de ellos proporcionados durante la estancia de su pariente en el hospital. Seis semanas después, el 79 por ciento de estos familiares, frente al 53 por ciento al inicio del estudio, seguían estas recomendaciones dietéticas de las guías médicas oficiales. La dieta restringe las grasas saturadas a un 7 por ciento de las calorías consumidas, siendo el consumo total de grasa consumida menos del 30 por ciento de las calorías diarias y el colesterol de 200 miligramos al día.

Los investigadores descubrieron que la voluntad de los participantes para cambiar sus patrones alimenticios se predecía a través de los niveles elevados de glucosa o de triglicéridos en sangre al iniciar el estudio.