- ½ kilo de pescado pequeño que esté permitida su captura (p.ej.:boquerones)
- 50 gramos de harina de trigo.
- 20 gramos de fécula de patata.
- 20 gramos de sémola de grano duro.
- Aceite de oliva para freír.
Limpiamos el pescado. Antes de comprarlo hemos de asegurarnos que su pesca ha sido legal. Cada vez es más común que las piezas provengan de piscifactorías, con lo que se crían hasta este tamaño, para cumplir la legalidad y respetar el ecosistema. Los limpiamos quitándoles las tripas pero dejando las cabezas. Secamos con papel de cocina e introducimos en el frigorífico. Mezclamos las harinas y la fécula hasta formar una única harina. Calentamos el aceite, en la freidora a ser posible, a 180 º C. Una vez que el aceite esté bien caliente, pasamos el pescado recién sacado del frigorífico por la mezcla de harinas. A continuación lo introducimos en el aceite de poco en poco para que el aceite no pierda calor y de esta manera nos quede un pescado crujiente y nada aceitoso. Sacamos en cuanto se dore el exterior. Colocamos sobre una bandeja con papel de cocina para que suelte el exceso de aceite de oliva y ponemos a punto de sal. En ese mismo momento sacamos al plato en el que vayamos a servir y lo comemos en el momento, para que no pierda su textura crujiente.
El pescadito frito es uno de los platos más populares de Andalucía. Los pescados más empleados son los chanquetes, un tipo de pescado semigraso de pequeño tamaño y excelente sabor. Además el chanquete es buena fuente de proteínas de alto valor biológico y contiene algunas vitaminas y minerales.
De postre un helado de limón. Un helado, y en febrero. ¿Por qué no atreverse a nuevas experiencias?.