La mortalidad cardiovascular se ha estabilizado en España; sin embargo, el número de episodios se ha multiplicado por tres. Luis Miguel Ruilope, presidente de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-Lelha), justifica esos datos por el hecho de que los tratamientos en el momento de producirse el infarto o el ictus han mejorado mucho; además, la labor de concienciación, aunque paulatina, está calando en factores de riesgo como el tabaquismo y la hipercolesterolemia, lo que explica que los ataques no sean siempre fatales.
"Sin embargo, aún hay mucho que hacer en la educación sobre la prevención cardiovascular, que en mi opinión debe empezar en el colegio; además, en los pacientes con hipertensión (HTA) entre el 20 y el 30 por ciento deberían estar muy bien controlados porque van a sufrir las peores consecuencias de la enfermedad en las próximas décadas".
Identificar a los individuos de alto riesgo para tratarlos antes y más exhaustivamente es uno de los objetivos que se recogen en la Guía de evaluación y tratamiento de la hipertensión arterial 2008, consensuada por la sociedad que preside Ruilope junto con otras ocho sociedades involucradas en el manejo del riesgo cardiovascular.
Con el apoyo de la Fundación AstraZéneca, y por primera vez, se han puesto de acuerdo la SEH-Lelha, la Sociedad Española de Cardiología, la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), la Sociedad Española de Medicina General, la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria, la Sociedad Española de Diabetes, la Sociedad Española de Medicina Interna, la Sociedad Española de Nefrología y la Sociedad Española de Arteriosclerosis.
Alejandro de la Sierra, responsable de las guías de la SEH-Lehla, ha destacado la labor de síntesis desplegada en este consenso: "El profesional dispone de grandes documentos con mucha información y lo más difícil es extraer recomendaciones sin perder las fuentes científicas en las que se basan".
Pautas principales
Las principales recomendaciones muestran "cómo detectar mejor a los pacientes, iniciar el tratamiento en fases más tempranas y ser más perseverantes en el control de los pacientes para evitar la inercia que es responsable en parte de la aparición de la patología cardiovascular", ha dicho De la Sierra.
También se aborda el manejo farmacológico de los pacientes atendiendo a las posibles combinaciones de medicamentos antihipertensivos, así como con otros que controlan diferentes factores de riesgo vascular; y por supuesto, se recogen medidas higiénico-dietéticas (no fumar, hacer ejercicio regularmente y evitar el sobrepeso): "Entre el 10 y el 15 por ciento de los pacientes hipertensos no tendrían que tomar medicamentos si siguieran esas recomendaciones", ha dicho Ruilope.