(31/01/2008).- El mundial de fútbol celebrado en 2006 en Alemania ofreció una gran oportunidad para conocer la relación entre el estrés emocional y la incidencia de episodios cardiovasculares en los espectadores.
Un equipo de investigadores alemanes trabajó con los datos del número de accidentes cardiovasculares obtenidos durante el último mundial, que tuvo lugar en Alemania entre el 9 de junio y el 9 de julio de 2006, y los comparó con los problemas cardiacos ocurridos en los periodos determinados como de control (los meses de mayo a julio de los años 2003, 2005 y 2006). El estudio, coordinado por el equipo de Ute Wilbert-Lampen, de la Universidad Ludwig-Maximilian de Múnich, en Alemania, se publica hoy en The New England Journal of Medicine.
Más estrés, más riesgo
En la investigación participaron un total de 4.279 pacientes con problemas cardiovasculares. Según han determinado los autores, en los partidos en los que jugaba la selección del país anfitrión del mundial, Alemania, la incidencia de problemas cardiacos correspondió con un patrón de 2,66 durante el periodo control (con una cifra de 3,26 para los hombres y de 1,82 para las mujeres). En porcentajes generales, cuando la selección alemana era la protagonista del partido la proporción de fallos cardiovasculares era del 47 por ciento en comparación con el 29,1 por ciento en los periodos control. En este mismo periodo las tasas de incidencia más altas se observaron en las dos horas siguientes al comienzo de cada partido. Los autores han confirmado algo que ya se suponía por anteriores estudios: los niveles de estrés son más altos cuanto mayor es la implicación del aficionado con su selección.
Un subanálisis más concreto por parte del equipo de Wilbert-Lampen ha determinado que, siempre trabajando en comparación con los datos obtenidos durante los periodos control, la incidencia de infarto de miocardio con elevación del segmento ST aumentó en un factor que los investigadores establecieron como 2,49, mientras que la cifra de infarto de miocardio sin elevación del segmento ST y de angina inestable fue del 2,61. Por su parte, los problemas relacionados con arritmias cardiacas fueron calificados con una tasa algo superior, en concreto del 3,07.
Mejorar la prevención
En definitiva, el estudio señala que ver un partido de fútbol puede llegar a duplicar el riesgo de padecer un accidente cardiovascular.
Los motivos concretos que explican el aumento de este riesgo no se han podido determinar, pero los autores apuntan hacia la falta de sueño, la ingesta de alcohol y comidas pesadas, el hábito tabáquico y la negativa a seguir las recomendaciones del médico como malas compañías del estrés ocasionado por ver un partido de fútbol. Sin concretar cuáles, el equipo de Wilbert-Lampen ha solicitado más medidas preventivas para paliar este incremento del riesgo, que se da especialmente en personas que ya han padecido alguna enfermedad coronaria y cuya pasión por el deporte supera los límites saludables.