Los ritmos del organismo humano basados en la luz no se ajustan al cambio horario


Madrid (26-10-2007).- Los ritmos circadianos humanos, aquellos que establecen las funciones del organismo en función de las horas de luz y oscuridad, no se ajustan a los cambios horarios que suman o restan una hora que se producen en otoño y primavera, según un estudio de la Universidad Ludwig Maximilian en Munich (Alemania) que se publica en la revista Current Biology.

Los investigadores examinaron los patrones de sueño de 55.000 personas en el centro de Europa y muestran que el tiempo de sueño en los días libres sigue la progresión estacional del amanecer bajo condiciones de tiempo estándar pero no en el caso de los patrones de ahorro de luz del cambio horario.

En un segundo estudio los científicos analizaron el tiempo de sueño y la actividad durante ocho semanas alrededor de las dos transiciones del cambio horario en 50 personas teniendo en cuenta las preferencias naturales horarias de cada participante o "cronotipos", que iban de personas muy madrugadoras a muy trasnochadoras.

Los investigadores descubrieron que los tiempos tanto de sueño como de niveles elevados de actividad se ajustaban a los cambios de hora en el otoño pero que la relación entre horas y actividades no se ajustaba al inicio del cambio de horario de la primavera, sobre todo en aquellos que se acostaban y levantaban tarde.

Según los investigadores, aunque se suele pensar que el cambio de tiempo es de sólo una hora existen efectos importantes si se tiene en cuenta el contexto de los cambios estacionales en el reloj circadiano.
"Esta en apariencia pequeña hora se traslada a una repetición de 10 semanas en la progresión anual de la relación entre nuestro ciclo de sueño y vigilia y el amanecer, unas cuatro semanas en primavera y seis semanas en otoño. De hecho, es como si la población al completo de Alemania, por ejemplo, fuera trasladada a Marruecos en primavera y llevada de vuelta en otoño", explica Till Roenneberg, autor del estudio.