Expertos recomiendan no prolongar el tratamiento farmacológico en duelos no patológicos porque impide que éste se resuelva con normalidad


Madrid (24-10-07).– Alrededor de un 16 por ciento de las personas que sufren la pérdida de un ser querido presentan un cuadro depresivo durante el año siguiente al fallecimiento del familiar o amigo. Una cifra que se incrementa hasta aproximadamente el 85 por ciento en la población mayor de 60 años.

Cerca de 5 de cada 100 personas pueden experimentar alucinaciones e incluso sentimientos de culpa que se intensifican tras cumplir el periodo normal de adaptación a la pérdida, es lo que los especialistas denominan como duelo patológico.

A pesar de que el duelo es un tema relativamente novedoso en las consultas médicas, los datos apuntan que el médico de Atención Primaria atiende anualmente entre 70 y 100 procesos de duelo de sus pacientes.

Para el doctor José Angel Arbesú, coordinador del Grupo de Trabajo de Salud Mental de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), “la frecuencia del duelo en la consulta de Primaria es normal, ya que somos en muchas ocasiones el médico que ha atendido al fallecido hasta su muerte y se ha ido valorando la situación familiar en todo el momento. En el duelo, nuestro papel es escuchar a la persona doliente, facilitar la comunicación para expresar sentimientos y emociones, pero también informar de todo el proceso y que sus pensamientos y conductas son totalmente normales”

Evolución del duelo
El duelo tras la pérdida de un ser querido es un proceso normal de adaptación y, por tanto, no se considera una entidad patológica psiquiátrica. Un periodo que suele durar entre 6 y 12 meses, pero que en algunos casos se prolonga en el tiempo, se intensifica apareciendo síntomas cercanos a la depresión que incluso impiden la vida normal de las personas, esto es lo que se denomina duelo patológico.

En este sentido, el doctor Miquel Roca, de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Juan March de Palma de Mallorca señala que “el duelo puede convertirse en duelo patológico cuando su gravedad y duración no guardan proporción con la pérdida. Por tanto, es importantísimo hacer un buen diagnóstico diferencial, apoyar el duelo normal y probablemente tratar o derivar el patológico si los síntomas son graves”.

Para los especialistas, una vez diagnosticado el tipo de duelo en los procesos adaptativos normales, no hay que tratarlos porque todo el mundo tiene y debe asumir el pasarlo mal ante una pérdida. Sin embargo, el doctor Javier García Campayo, psiquiatra del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, explica que “cada vez más personas demandan tratamiento para no sufrir, y es que vivimos en una sociedad que no está preparada para el sufrimiento. El tratamiento farmacológico a medio y largo plazo no debería estar recomendado para duelos no patológicos, ya que impiden que este se resuelva con normalidad”.

Pero el período de duelo no sólo se debe al fallecimiento de personas cercanas, entendido como un proceso de adaptación en una pérdida, se pueden experimentar los síntomas ante cualquier ausencia vital.

“Encontramos duelo en personas que pierden su trabajo, que quedan invalidas por un accidente de tráfico, o mujeres a las que se les ha practicado una mastectomía .... y por supuesto se puede cronificar e intensificar hasta convertirse en patología como por el fallecimiento de una persona”, tal como ha asegurado García Campayo.