Expertos abogan por convertir el comedor escolar en un instrumento de educación para la salud en hábitos alimentarios


Madrid (11-10-07).- Los niños que comen a diario en sus centros escolares no reciben el aporte necesario de vitaminas, proteínas y grasas necesarias para una dieta equilibrada. Por lo general, los menús que ofrecen los comedores escolares se caracterizan por contener muy poca fruta, verduras y legumbres, mucha carne y una cantidad de pescado totalmente insuficiente. Éstas son algunas de las conclusiones a las que se llega en el “Libro Blanco de la Alimentación Escolar”, elaborado por la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, que ha reunido a expertos reconocidos en la materia para “facilitar información clara, contratada y fiable a todos aquellos con responsabilidad e interés en la alimentación escolar”.

Los cambios que se han producido en los últimos 25 años en nuestro país han tenido importantes consecuencias en la alimentación de la población infantil, motivados por la incorporación de la mujer a la vida laboral activa fuera del hogar o la aparición de nuevos modelos familiares En este contexto, “el comedor escolar constituye una herramienta clave y un recurso imprescindible que es necesario gestionar de manera adecuada”, asegura la doctora. Para esta especialista, “el comedor escolar no debe ser un restaurante dedicado a repartir comida, sino un instrumento de educación sanitaria, pues a través suyo se pueden modificar los hábitos alimentarios de la población, ya que el niño es, a su vez, un vehículo de enseñanza en su propia familia”.

Mala estructuración de los menús
Uno de los principales aspectos que se desprenden del Libro Blanco de la Alimentación Escolar es la mala estructuración de los menús. Así, y según una encuesta llevada a cabo durante el curso 2005-2006 en 33 colegios, con una población de más de 23.000 alumnos, se observa que “la media de ingestión de fruta es de 3,4 veces semanales, la de verduras es de poco más de dos veces semanales – sumando las veces que aparece como primer plato y las que se utiliza como guarnición -, las legumbres se consumen 1,4 veces a la semana y el pescado en 1,3 ocasiones”, como explica el doctor Jesús Román Martínez, presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA) y otro de los autores del libro, único en su género en español.

De este modo, los expertos consideran que los menús estudiados presentaban un exceso de grasa y de proteínas, frente a una cantidad deficiente en carbohidratos.
Entre los resultados de la encuesta, publicados en esta obra, destaca también que los alimentos consumidos en el colegio suponen cerca del 35 por ciento de las calorías y nutrientes ingeridos en todo el día. “El valor calórico medio ofrecido en los menús de las diferentes empresas que gestionan los comedores escolares, según los propios centros, es de 915 Kcal. Sin embargo, según la valoración nutricional realizada en el estudio, los menús servidos contendrían una media de 713 Kcal, lo que supone una diferencia con el dato ofrecido por los colegios del 28,3 por ciento”, señala el doctor Román. Por otra parte, se valoró la atención que los centros educativos a los alumnos que necesitan dietas especiales por causas médicas. Así, se observó que las empresas y los responsables no disponen casi nunca de formación específica ni de personal cualificado para ello. “Leer un libro de dietética o copiar un menú no garantiza la correcta preparación y, por lo tanto, un seguimiento adecuado de la dieta o la ausencia de peligro”, destaca la doctora Polanco.

En relación a este tema, los datos extraídos de la encuesta demuestran que en torno al 3,3 por ciento de los alumnos que utilizan el comedor escolar necesitan dietas especiales. Si bien los motivos eran diversos, “la mayoría lo hacía por alergias (en un 69 por ciento de los casos), diferentes patologías, (en un 20,5 por ciento) y por causas religiosas (en un 10,5 por ciento)”, añade la experta. Cuando el motivo era la existencia de alguna patología, en el 11,6 por ciento de las ocasiones se trataba de enfermedad celiaca.