20 de octubre: Día Mundial de la Osteoporosis


(20/10/2007).- En la actualidad, y aunque una de las características de la osteoporosis es su silencio que ha llevado a un infradiagnóstico, esta enfermedad afecta a más de tres millones de personas en España; y la cifra no hace sino incrementarse, ‘alimentada’ por las condiciones de vida actuales y el envejecimiento de la población. La osteoporosis es ya un auténtico problema de salud pública, no sólo en nuestro país sino en todo el mundo. El lema de la IOF (Internacional Osteoporosis Foundation) para el Día Mundial de esta enfermedad, que se celebra el 20 de octubre, es este año: ‘Combata la fractura. Conozca y reduzca su riesgo de osteoporosis’, una clara llamada a que los posibles pacientes se conciencien de la importancia de este problema. La cada vez mayor eficacia de los medicamentos y la mejor preparación que reciben los médicos de Atención Primaria sobre esta patología abren una clara luz a la esperanza en la lucha contra la enfermedad.

Manuel Díaz Curiel, de la Unidad de Enfermedades Metabólicas Óseas en el Servicio de Medicina Interna de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, catedrático de Enfermedades Metabólicas Óseas en la Universidad Autónoma y presidente de FHOEMO (Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas Óseas), ha recordado que “un estudio realizado por nosotros hace ya más de diez años demostró que en España había cerca de dos millones de mujeres con osteoporosis, que no habían tenido fracturas clínicas, y alrededor de 700.000 varones”. El natural envejecimiento de la población española hará que esta cifra aumente en los próximos años convirtiendo a esta enfermedad en un auténtico problema de salud pública, señala este experto.

Para el presidente de la FHOEMO, la prevención sigue siendo la principal arma para luchar contra esta enfermedad ‘silenciosa’. “Existen varios factores que condicionan su aparición; por supuesto no podemos en estos momentos modificar el factor genético, que es muy importante en su desarrollo, ni tampoco la edad; pero la prevención es más alcanzable si logramos factores como una alimentación sana rica en derivados lácteos, la abstención de fumar, la realización de ejercicio de manera habitual, el control de la utilización de algunos fármacos, la delgadez importante en mujeres…”.

Entre los factores de riesgo, el más importante es la edad: la osteoporosis es una enfermedad que se inicia a los 45-50 años, generalmente, y va aumentando su incidencia con el paso del tiempo. El segundo y fundamental es la menopausia, que supone un déficit de estrógenos que actúa en el metabolismo óseo de manera negativa y, sobre todo, si se ha tratado de una menopausia precoz. Del mismo modo, se debe ver si el paciente, sobre todo si es mujer, ha tenido alguna fractura previa; si hay antecedentes familiares; el bajo peso, que expone más a la mujer a la enfermedad; los trastornos alimentarios, no sólo anorexia sino además el déficit de calcio o de vitamina D; o las enfermedades intestinales que disminuyen la absorción; el alcohol y el tabaco; o determinados fármacos, que afectan mucho a la fragilidad ósea, y también la inmovilización.Junto a estos factores de riesgo más importantes para padecer fragilidad ósea, hay una parte secundaria de la que no se habla tanto y que son los factores de riesgo de fractura: las caídas. Hay estudios que han demostrado que más del 50 por ciento de las caídas en pacientes de riesgo no son grandes accidentes sino son simplemente tropiezos.

La aportación de fármacos para prevenir la osteoporosis debe ir unida a un aporte suficiente de calcio y vitamina D; en algunos pacientes si la alimentación y el tipo de vida es adecuado será suficiente; pero hay otros a los que habrá que darles un suplemento. En este punto, los pacientes deben saber que el calcio es vital para que funcione el metabolismo óseo; y para que el calcio se absorba y cumpla su función se necesita vitamina D. Aunque España sea un país soleado, más del 60 por ciento de mujeres posmenopáusicas tienen déficit de vitamina D. Por lo tanto una buena alimentación y el ejercicio físico son vitales.