¿Qué es una embolia pulmonar? (A propósito del caso de Plácido Domingo)


En estos días se habla en todos los medios de comunicación de la embolia pulmonar, felizmente resuelta, del más grande tenor que ha dado la lírica española: Plácido Domingo. Muchos se preguntan ahora en qué consiste esta enfermedad, cómo se percibe, por qué se produce y cómo se soluciona. Aquí lo explicamos.
Para empezar, sería más correcto hablar de embolismo pulmonar desde que el proceso puede ser de localización múltiple. Su aspecto fisiopatológico más relevante es el impacto oclusivo de un coágulo de sangre en una arteria pulmonar que detiene el paso de la circulación de la sangre a su través y deja, por tanto, sin flujo al territorio pulmonar dependiente de esa arteria. El coágulo de sangre es la causa más común lo que no excluye otras como un trombo de grasa, una entrada súbita de aire (embolia aérea) o incluso un aglomeración de células cancerosas.

El origen del problema

El mecanismo de producción, con ciertas diferencias y matices, es similar al que se produce en el curso de un infarto de miocardio, de un ictus o de una oclusión arterial periférica. Lo que diferencia a este proceso de otros es que, por regla general, en las paredes de las arterias pulmonares, por la baja presión que soportan, no suelen producirse fenómenos arterioescleróticos oclusivos como ocurre en las arterias coronarias, las cerebrales o las de las extremidades inferiores, por lo que los fenómenos oclusivos arteriales pulmonares son siempre consecuencia de la llegada de un coágulo (de un trombo) nacido en otros lechos vasculares y transportado por el flujo sanguíneo, en este caso venoso.
La mayoría de las embolias pulmonares son accidentes secundarios al desprendimiento de un coágulo generado en el sistema venoso profundo de las piernas. En ese sentido, la trombosis venosa profunda, la tromboflebitis aguda, y otras patologías como el cáncer, la cirugía cardíaca, la de pelvis, cadera y sistema génito-urinario, fracturas óseas, inmovilización prolongada, quemaduras e incluso el post-parto o el consumo de píldoras anticonceptivas, son condiciones facilitadoras de la formación de coágulos en las venas profundas de las piernas que, con cierta frecuencia, pueden desprenderse y ser arrastrados por la corriente sanguínea hasta el sistema arterial pulmonar donde impactan, produciendo la embolia pulmonar oclusiva. En algunas series de pacientes se ha podido observar una tendencia heredo-familiar, aunque esto es una auténtica rareza.
El tamaño de la arteria obstruida y la cantidad de tejido pulmonar afectado determinarán la sintomatología aguda, la gravedad del proceso y la evolución ulterior. Hay embolias masivas cuyo resultado inmediato e inapelable es la muerte súbita. Por el contrario, otras de menor tamaño evolucionan de forma más favorable, no olvidando jamás que el proceso es siempre grave y requiere intervención médica urgente.

Señales de alarma

Los síntomas más habituales debutan con la sensación de que algo muy grave está ocurriendo dentro del pecho:
  • Suele haber gran dificultad respiratoria con sensación de falta de aire
  • Respiración anhelante
  • A veces tos con esputos sanguinolentos
  • Intenso dolor de pecho
  • Palpitaciones
  • Taquicardia
  • Sudoración profusa y fría
  • Aturdimiento o pérdida de consciencia
  • Palidez y color azulado de labios, dedos y uñas
El cuadro agudo reviste características médicamente dramáticas.
    Lo inmediatamente correcto es avisar a los servicios médicos de urgencia o trasladar al paciente rápidamente al hospital. Una vez allí, los médicos tratarán de efectuar un diagnóstico de certeza e iniciar, inmediatamente, la estabilización respiratoria y circulatoria recurriendo al oxígeno o incluso a la intubación endotraqueal y a determinados medicamentos específicos para estas situaciones.

    Diagnóstico y tratamiento

    El diagnóstico de confirmación se efectúa por medio de una gasometría arterial (nivel de oxígeno y carbónico en sangre y valores de pH), radiografía de tórax, electrocardiograma, ecocardiograma doppler, angiografía pulmonar de contraste y tomografía computerizada. Una vez estabilizada la situación se procederá a un estudio de las venas de las piernas, mediante ultrasonidos, tratando de investigar el origen del coágulo y la posibilidad de que existan otros amenazantes de nuevas embolias pulmonares.
    El tratamiento de la embolia pulmonar es siempre una emergencia vital. Los tratamientos actuales buscan la destrucción del coágulo (lisis) por medio de la inyección intravenosa de potentes agentes anticoagulantes como la estreptoquinasa, uroquinasa, agentes activadores del plasminógeno, heparinas, así como otros nuevos ya aprobados para uso clínico o en proceso de aprobación. En algunos casos, habrá que recurrir a la cirugía de urgencia mediante la apertura del tórax para liberar la arteria ocluida extrayendo directamente el trombo.
    Tras la fase aguda, los pacientes suelen ser anticoagulados con dicumarol, warfarina, dabigatrán u otros anticoagulantes orales emergentes para impedir la formación de nuevos coágulos venosos potencialmente embolígenos. En algunos casos en los que se detecten coágulos remanentes en las venas de las piernas se procederá a la colocación de un filtro en la vena cava inferior, a la altura del abdomen, que permitirá el normal flujo de sangre venosa pero que bloqueará la llegada de cualquier trombo hacia el pulmón.
    En el caso de Plácido Domingo, la oclusión arterial pulmonar fue afortunadamente modesta y gracias a la rápida intervención médica el gran tenor está actualmente en un proceso evolutivo de excelente recuperación. Los amantes de la lírica, aparte de desearle un rápido restablecimiento, anhelamos verlo nuevamente subido a los escenarios del bel canto, lo que según los médicos que lo tratan se producirá tras seis u ocho semanas de inactividad.

    Via: fundaciondelcorazon.org