Practiquemos ejercicio, sí... pero en su justa medida


Estudios recientes sobre los efectos en la salud de la práctica de ejercicio físico sugieren que el ejercicio extremo puede no ser tan beneficioso para los niveles de colesterol o el corazón. Según estos estudios uno de los beneficios comprobados de correr, conseguir seis años adicionales de longevidad, podría desaparecer para aquellos que hacen más de 48 kilómetros a la semana.

Y es que en el mundo de los deportes de alta resistencia la línea que separa los efectos saludables de correr maratones y los efectos poco saludables de comer hamburguesas empieza a borrarse.

¿Y la mejora en la presión sanguínea, los niveles de colesterol y en la salud del corazón del ejercicio? Entre las personas que hacen ejercicio extremo, tales beneficios podrían ser contrarrestados por una mayor vulnerabilidad a la fibrilación auricular y problemas en las arterias coronarias.

Un estudio recientemente publicado en la Revista Europea de Corazón (European Heart Journal) sugiere que los esquiadores de alto rendimiento con más carreras acumuladas a velocidades más altas tienen mayor riesgo de desarrollar una alteración del ritmo cardíaco que aquellos más lentos y no tan fanáticos del deporte. El equipo de investigadores halló que los atletas que habían completado por lo menos cinco carreras en 10 años eran un 30% más propensos a padecer una arritmia que los que habían finalizado una carrera. La arritmia más común fue la fibrilación auricular (FA), aunque el equipo detectó también que a mayor experiencia en las carreras, mayor era el riesgo de tener una frecuencia cardíaca lenta (bradicardia). Un resultado que respalda la idea de que los atletas no son inmunes a la enfermedad cardíaca.

De todos modos, los resultados no prueban que el esfuerzo extra cause problemas cardíacos. Los autores escriben que el entrenamiento o la competencia podrían disparar las arritmias debido a que el corazón debe adaptarse al aumento y el descenso de la actividad física. Sin embargo, estos resultados no deberían impedir la práctica deportiva.

Los resultados de estas investigaciones están atenuando el escepticismo acerca de la posibilidad de una sobredosis de ejercicio. Las preocupaciones sobre el atletismo de resistencia se han estado acumulando durante años. Dos ganadores del Campeonato Mundial de Triatlón conocido como Ironman, donde los participantes tiene que nadar 4 kilómetros, hacer 180km en bicicleta y correr una maratón (42km), se han visto obligados a retirarse por condiciones cardiacas que requirieron cirugía. Normann Stadler, el ganador de 2011, se sometió a una cirugía de emergencia para reparar un enorme aneurisma aórtico, una condición posiblemente agravada, pero no causada, por el ejercicio de resistencia. 

Otras investigaciones sugieren que los beneficios significativos de longevidad asociados con correr podrían disminuir o desaparecer a distancias que excedan los 48,3 kilómetros semanales. No obstante, no hay motivos para la alarma. La realidad es que por cada persona que lleva el ejercicio al extremo, hay miles que no hacen nada y que podrían tomar cualquier advertencia como una justificación para seguir de brazos cruzados. Además, la evidencia sobre los peligros del ejercicio extremo dista de ser concluyente y es cuestionada por otros estudios. Con la aparición de estudios que encuentran problemas coronarios en los maratonianos, la medicina deportiva está desacreditando el mito de que las carreras dan una protección casi absoluta contra enfermedades cardíacas.


Fuente: Expansion.com, European Heart Journal