El 'efecto fin de semana' en los hospitales: la tasa de mortalidad es hasta un 82% mayor.



No es ningún secreto: en fin de semana los hospitales operan con menos personal del habitual. Sólo se atienden operaciones de urgencia y los médicos se turnan para cubrir las guardias. En la medida de lo posible, se retrasan las intervenciones. Si no hay más remedio, y al paciente le toca pasar por quirófano, cabría esperar un servicio similar al que se ofrece entre semana. Pero según apunta un estudio publicado en el British Medical Journal, las operaciones no se realizan de la misma manera ni con la misma calidad, y disminuye la atención de los pacientes que se encuentran en periodo postoperatorio. 
El estudio, elaborado por investigadores del Imperial College de Londres, muestra que el riesgo de muerte de los pacientes sometidos a un mismo tipo de operación (programada, no urgente) es menor si entran en quirófano un lunes y aumenta a medida que avanza la semana. Tras revisar los datos estadísticos de los hospitales públicos del Reino Unido y analizar las circunstancias de más de 27.000 decesos, los investigadores vieron que las tasas de mortalidad, hasta 30 días después de la operación, eran un 44% superiores si esta se desarrollaba un viernes, en vez de a principios de la semana, y un 82% si se celebraba en sábado o domingo.
“Nuestra hipótesis”, explican en el estudio los investigadores, “era que si hay una menor calidad de la atención hospitalaria en fines de semana tendría que haber también una mayor mortalidad. Es importante destacar que también esperábamos ver una mayor mortalidad en otros pacientes cuya operación tuviera lugar justo después del fin de semana y entre aquellos cuyo postoperatorio cayera, también, en fin de semana”.
Menos personal, ¿peores operaciones?
El fenómeno, conocido entre los investigadores como 'efecto fin de semana', ha sido ampliamente estudiado. También en España. En 2010, un estudio elaborado por la Unidad de Medicina Interna del Hospital Clínico San Carlos (Madrid) llegó a la conclusión de que el riesgo de muerte en las primeras 48 horas de los pacientes adultos que ingresan en los hospitales españoles en fin de semana es significativamente superior al de los pacientes que lo hacen entre semana. Un análisis parecido se llevó a cabo en 2006 en el Hospital de Alcorcón, y los resultados fueron similares.
Javier Marco, autor principal del estudio elaborado por el Hospital Clínico San Carlos e internista del centro, ha explicado a El Confidencial el porqué de este fenómeno. Y es algo muy sencillo de entender. “En fin de semana el hospital funciona a medio gas, pero la ocupación es la misma y los enfermos están igual de malos”, asegura. Una situación que, además, se va a agravar con los recortes, pues “ha habido una disminución del personal que hace guardias”.
El estudio inglés revela, además, una consecuencia del 'efecto fin de semana' que hasta ahora no había sido convenientemente estudiada. Es una de las primeras investigaciones, y de largo la más completa, que estudia a los pacientes cuyos procedimientos quirúrgicos tienen lugar en fin de semana, no su ingreso. Los autores creen que el 'efecto fin de semana' no se limita a las 48 horas tras la operación, cuando hay menos personal en el hospital. También afecta a la evolución de los pacientes hasta 30 días después, incluyendo a enfermos a los que se ha dado el alta. Esto es importante, porque indicaría que en fin de semana no sólo hay más complicaciones porque hay menos gente, sino que, además, las operaciones son de peor calidad. Algo que la prensa inglesa no ha tardado en atribuir a la ausencia de doctores senior en las guardias. En España la situación en este sentido podría ser algo mejor: sólo se libran de trabajar en fines de semana los mayores de 55.
Abandonado en el hospital
Tal como explica Marco, el 'efecto fin de semana', tiene importante consecuencias, no sólo para los que entran en quirófano. La peor parte se la llevan, de hecho, los que no entran: “Durante el fin de semana la actividad quirúrgica se paraliza por completo; no hay cirugía programada, sólo hay cirugía urgente. Si ingresas un viernes a ti no se te hace nada hasta el lunes; sólo se te hacen cosas urgentes, si te pones muy malo”. El problema, cuenta Marco, es que puede que nadie se dé cuenta de que la cosa a va a peor: “Si por ejemplo el personal de guardia, que muchas veces es un residente, no está atento, te pueden pasar cosas. A veces no se entera nadie y apareces el lunes en una situación preocupante”.
Los lunes, cuenta el internista, tampoco es el mejor día para los médicos: “El hospital se encuentra con un número de pacientes que han ingresado en fin de semana y hay que empezar a tratar y con una urgencia saturada de todo lo que ha entrado y no tiene hueco para subir a las plantas”.
La solución parece obvia, pero requiere una inversión que, en este momento, no parece que vaya a llegar. El 'efecto fin de semana', cuenta Marco, se combatiría aumentando el personal de guardia, sobre todo los equipos quirúrgicos, y reforzando los estudios que se hacen los sábados y los domingos. Hasta entonces, sólo puede dar un consejo, difícil de seguir: “Desde luego, es bastante mejor no ingresar un viernes”.

La psicoterapia sin antidepresivos, beneficiosa contra la depresión


Los tratamientos para la depresión que no utilizan fármacos antidepresivos, sino que más bien se centran en las diferentes formas de terapia del habla (intervenciones psicoterapéuticas) son beneficiosas, sin que una forma de terapia sea mejor que las demás, según un estudio realizado por investigadores internacionales.

   Estos hallazgos, publicados esta semana en la revista 'Plos Medicine', son importantes porque sugieren que los pacientes con depresión deben discutir diferentes formas de terapia no farmacológica con sus médicos y explorar qué tipo de psicoterapia más les conviene. Para un correcto tratamiento de la depresión, el diagnóstico de esta enfermedad tiene que ser efectuado por un psiquiatra y no por un médico no especializado, ya que se corre el riesgo de que situaciones vitales generadoras de duelo o tristeza puedan ser también catalogadas con el distintivo de depresión. Que se me muera mi padre con 87 años o perder el empleo no es una depresión.

   Los investigadores, dirigidos por Jürgen Barth, de la Universidad de Berna, en Suiza, llegaron a estas conclusiones mediante la revisión de 198 estudios publicados en los que participaron más de 15.000 pacientes que recibieron uno de los siete tipos de intervención psicoterapéutica: psicoterapia interpersonal, activación conductual, terapia cognitivo-conductual, terapia de resolución de problemas, terapia psicodinámica, capacitación y apoyo de asesoramiento social.

   Los autores encontraron que las siete fueron terapias adecuadas para reducir los síntomas de la depresión y que no hubo diferencias significativas entre los diferentes tipos de terapia. También hallaron que las terapias fueron efectivas  para los diferentes grupos de pacientes con depresión, tanto para los más jóvenes como para los mayores  e incluso para las madres con depresión después de haber dado a luz.

   Los investigadores no detectaron diferencias importantes al comparar individuos con la terapia de grupo o con la terapia cara a cara en comparación con las interacciones basadas en Internet entre el terapeuta y el paciente. "Las siete intervenciones psicoterapéuticas lograron un pequeño efecto moderado en comparación con la atención habitual. En general, encontramos que las diferentes intervenciones psicoterapéuticas para la depresión tienen efectos comparables, entre moderados y grandes", destacan los autores del estudio.

Lo dicho: menos ansiolíticos y antidepresivos y mucho más tiempo para tratar a nuestros pacientes con empatía.