- 400 gramos de habas.
- 4 alcachofas grandes.
- 2 o 3 cebollas tiernas.
- 6 ajos.
- 200 gramos de tomate fresco.
- 6 cucharadas de aceite de oliva.
- Sal.
Limpiamos los ajos y las cebollas y las cortamos en juliana (tiras finas). Eliminamos las hojas duras de las alcachofas, partimos por la mitad y después de sacar los filamentos del interior cortamos en cuartos, rociándolas con zumo de limón para que no se oscurezcan. Pelamos las habas. Lavamos todas las verduras y las escurrimos por separado. Colocamos una cazuela al fuego con un poco de aceite y sofreímos las cebollas. Seguido añadimos los ajos, los tomates troceados y removemos de vez en cuando. Cuándo esté elaborado el sofrito añadimos las alcachofas y a continuación las habas con un poco de agua (un vaso). Tapamos la cazuela y dejamos que se cocinen a fuego lento. Añadimos un poco de agua cada vez que el estofado lo necesite. Una vez que estén cocinadas las alcachofas y habas, ponemos a punto de sal. Servimos caliente.
Las habas y las alcachofas destacan entre las demás verduras por su riqueza en fibra, por lo que su consumo beneficia especialmente a las personas que padecen estreñimiento. Las habas frescas son menos calóricas que las secas debido a su menor contenido en hidratos de carbono. Las vitaminas más importantes son el ácido fólico, la vitamina C y la B3 y el potasio y el magnesio entre los minerales. En las alcachofas encontramos unas sustancias que estimulan la función de la vesícula biliar, mejorando la digestión, y evitan la síntesis endógena de colesterol. El plato es una buena fuente de antioxidantes procedentes de la cebolla, los ajos y el tomate. Estos compuestos ejercen un efecto protector frente a la acción de los radicales libres, que se relacionan con el desarrollo de ciertas enfermedades como las degenerativas y las tumorales.
Via: consumer.es
De postre, dos mandarinas y un puñado de pasas.
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