- 2 solomillos de cerdo.
- 200 gramos de queso Gorgonzola.
- 1 decilitro de nata líquida.
- Perejil.
- 2 cucharadas de aceite de oliva.
- Sal.
Limpiamos los solomillos y los embadurnamos con aceite de oliva y sal. Los ponemos en una fuente de horno e introducimos la fuente en el horno precalentado a 220º C, durante unos 20 minutos. En un cazo pequeño derretimos el queso junto con un decilitro de nata líquida. Dejamos hervir durante 5 minutos y añadimos, justo al final, sal al gusto y perejil picado. Cuando los solomillos estén dorados por fuera y cocinados por dentro, los sacamos del horno y los cortamos en rodajas de 1 centímetro de grosor. Colocamos las rodajas en una fuente adecuada, calentamos bien la salsa de queso y la vertemos por encima justo antes de servir. Se puede acompañar este plato con una compota de manzana reineta como guarnición.
El solomillo es una de las carnes más apreciadas gracias a su agradable sabor y suave textura. Es buena fuente de proteínas de alto valor biológico y su contenido graso es bajo en comparación con otras piezas del cerdo. En esta receta, el solomillo se acompaña con una salsa de queso que combina a la perfección con el sabor de esta carne.
Via: consumer.es
De postre, un melocotón cortado en rodajas y con una cucharita de copos de linaza. Hoy ya he puesto otra receta de cocina. Ayer estuve muy ocupado y no me dió tiempo de poner nada. Los buenos hábitos se han de conservar.