(20-10-08).- La inversión en tecnologías de la información y la comunicación aplicadas a la salud en la Europa de los 25 alcanzará el 5 por ciento del presupuesto sanitario en 2010, mientras que en el año 2000 el gasto en e-Salud era de un 1 por ciento del presupuesto sanitario total de la Europa de los 15, según se ha puesto de manifiesto en el XV Encuentro de Empresarios y Directivos del Sector de la Tecnología Sanitaria, que organizan anualmente la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) y el IESE con el objetivo de analizar las implicaciones que la evolución de los modelos y sistemas sanitarios tienen sobre las empresas de tecnología sanitaria.
Bajo el título “Innovando con responsabilidad”, los profesionales del sector presentes en el encuentro han destacado el papel del sector de tecnología sanitaria como un motor de innovación capaz de contribuir a crear un servicio sanitario más eficiente y acorde con los más altos estándares de calidad. Victoriano Prim, presidente de Fenin, ha señalado que “la incorporación de tecnologías sanitarias al Sistema Nacional de Salud transformará el actual modelo sanitario en un modelo completamente integrado y centrado en el paciente, que verá simplificada y mejorada su relación con los profesionales sanitarios”.
Los expertos señalan que la tecnología sanitaria se caracteriza por su constante flujo de innovación y su adaptación a las necesidades del paciente y del sistema en el que opera. Las empresas del sector estiman que los productos sanitarios tienen una vida media de sólo 18 meses sin que aparezcan versiones mejoradas del mismo. Estos ciclos de vida de producto tan cortos son, entre otros factores, los que determinan las inversiones en I+D+i de las empresas del sector de tecnología sanitaria, que tan sólo en Europa destinan alrededor de 3.800 millones de euros, entre el 3 y el 6 por ciento de su facturación. Por esta razón, el Instituto Español de Comercio Exterior ha designado a la tecnología sanitaria como sector de Alto Contenido Tecnológico, hecho que sitúa a España como país productor de bienes industriales de calidad. De hecho, y según se pone de manifiesto en la memoria anual de Fenin, la presencia de la tecnología sanitaria española en el exterior continúa su proceso expansivo, duplicando a 31 de diciembre de 2007 la tasa de crecimiento situada en el 3 por ciento respecto al ejercicio anterior.
En un contexto de recesión económica, los expertos consideran necesario optimizar la gestión de los sistemas sanitarios para no actuar de espaldas al paciente ni debilitar aún más el tejido productivo. En opinión del profesor Pedro Nueno, coordinador del curso y catedrático del IESE “en tiempos de crisis la innovación sigue siendo clave, especialmente en un sector como el de la tecnología sanitaria en el que la innovación se traduce en ahorros sociales y sanitarios. Los tiempos de crisis debían ser solamente un estímulo para innovar mejor y optimizar los recursos”.
En este sentido, Victoriano Prim ha afirmado que “es necesaria la colaboración entre los diferentes agentes del sistema sanitario para la creación de un marco que favorezca la innovación y en el que actúen los profesionales sanitarios, académicos e investigadores y la industria”. De hecho, el 56 por ciento de las empresas de tecnología sanitaria colabora con centros de investigación en el desarrollo de nuevos productos que contribuyan a mejorar la calidad de vida del ciudadano.
La colaboración entre agentes del sistema sanitario se traducirá según los expertos presentes en el encuentro del IESE en un “equilibrio sanitario” en el que interactúen de forma ordenada y eficiente los avances en tecnología sanitaria, las expectativas del paciente, las alteraciones demográficas y la escasez de recursos.
A pesar de las perspectivas de crecimiento del sector de la tecnología sanitaria para los próximos años, la realidad es que España es el noveno país en el raánking mundial de consumo de productos sanitarios y la inversión anual en tecnología sanitaria constituye entre el 7 y el 8 por ciento del gasto sanitario total, es decir, asciende a 129 euros per cápita, seis puntos porcentuales por debajo de la media europea, dato que le sitúa en la mitad de la tabla del gasto en tecnología sanitaria de los países europeos.
Via: azprensa.com