
El informe concluye que los países tendrán que construir sistemas de financiación más desarrollados para garantizar la sostenibilidad futura del modelo. Sistemas que, según los expertos, tendrán que afrontar las demandas crecientes de una población cada vez más envejecida, que recibe tratamientos mejores y más caros, con los retos que ello va a deparar para el control del gasto sanitario. Como ejemplo ilustrativo de esta amenaza, el informe señala que, en Alemania, el gasto sanitario per capita de los ciudadanos con edades comprendidas entre 65 y 84 años multiplica por cuatro el gasto de los ciudadanos de entre 30 y 44 años. Una proporción que se eleva a casi diez a uno en relación con los ciudadanos mayores de 85 años.
Entre las conclusiones más destacadas del informe figura que un 66 por ciento de los expertos encuestados cree conveniente explorar nuevos modelos de financiación del sistema sanitario y la gran mayoría de ellos estima que el mayor desafío para los sistemas sanitarios es el control de costes.
En Europa, un 55 por ciento de los encuestados cree que el sistema sanitario de su país es eficiente, mientras que sólo el 43 os opina que la salud financiera del sistema es buena o muy buena. De hecho, un 60 por ciento piensa que los modelos actuales cambiarán en los próximos tres a cinco años. Un tanto por ciento bastante alto de los expertos cree que la introducción de competencia de operadores privados en el sistema sería la clave para mejorar la calidad de la prestación sanitaria en el continente.