Las regiones con menos renta, las que más gastan en recetas


(07/04/2008).- Se ha demostrado en reiteradas ocasiones que cuanto más rico es un país mayor es el gasto per capita en salud. Sin embargo, este axioma es difícilmente aplicable si hablamos del comportamiento del gasto sanitario en correlación con la renta de las comunidades autónomas, según un trabajo elaborado por Juan Simó, miembro de la Plataforma 10 minutos, que se ha basado en las estadísticas del gasto sanitario público entre 1999 y 2005 que ofrece el Ministerio de Sanidad.

Los resultados permiten hablar de una correlación entre el porcentaje de gasto farmacéutico público per capita, es decir, el número de recetas, y el de inversión en atención primaria, puesto que en ambos casos el montante destinado a estos dos capítulos es menor cuanto más rica y menos envejecida es la comunidad. Es el caso de Cataluña, Navarra, País Vasco, Islas Baleares y la Comunidad de Madrid, regiones que ya fueron acusadas de "maltratar" presupuestariamente al primer nivel asistencial en detrimento de la asistencia hospitalaria.

Y es que, a juicio de Simó, "la atención primaria y el gasto en recetas actúan como bienes de primera necesidad, y una vez cubiertos, las comunidades destinan sus presupuestos a otras áreas como la farmacia hospitalaria y la investigación". Asimismo, los datos destierran la idea de que el dinero arrebatado al sistema público va a parar a las arcas privadas. "El control del crecimiento del gasto farmacéutico público no repercute en un excesivo crecimiento del privado". Una gran parte de la riqueza también recae en manos de la Administración.

El trabajo muestra una correlación inversa, aunque débil, entre el gasto de personal y el farmacéutico. Es decir, cuanto más se invierte en la contratación de médicos, ya sea de primaria o especializada, menor es el incremento del gasto farmacéutico.

A tenor de estos datos, Simó se plantea si la sociedad actual está saturada de medicación y si la tradición de la receta, principal responsable del aumento incontrolado del gasto farmacéutico, ha llegado a su punto más álgido. "Antes era más importante abastecerse de pastillas que abordar el escaso número de donaciones y trasplantes. Ahora, una vez solventado el tema, parece que pasamos a otro nivel".

Las principales causantes del aumento de recetas parecen ser regiones como Castilla-la Mancha, Galicia, Extremadura y Aragón, que cuentan con una baja renta per capita y con elevadas tasas de población mayor de 65 años. Estas comunidades son las que más y mejor tratan al primer nivel asistencial, aunque registran una fuerte tendencia a abusar de las prescripciones.

Simó no se atreve a ofrecer una explicación adecuada debido a la diversidad de comportamientos epidemiológicos que registra cada región, aunque afirma que la "inadecuación del gasto y del reparto de fondos públicos son factores decisivos".

El gasto seguirá creciendo
Juan Simó también es defensor de la teoría de que todos los modelos de contención del gasto han agotado su efecto. A su juicio, es imposible frenar esta tendencia: "El gasto farmacéutico crecerá hasta donde tenga que llegar y después se estabilizará".

Los datos que maneja también refuerzan la idea de que ni el sistema de precios de referencia ni la prescripción por principio activo son medidas eficaces para la contención: "Andalucía es de las que más genéricos prescribe, todo lo contrario que Valencia y, sin embargo, las dos han crecido en porcentajes similares". La solución pasa por "introducir en el mercado sólo aquellos fármacos que sean coste-efectivos y novedosos".