- 200 gramos de arroz.
- 300 gramos de conejo troceado.
- 200 gramos de judías verdes.
- 1 cebolla.
- 1 tomate grande maduro.
- 1 diente de ajo.
- Azafrán.
- Pimienta negra.
- Sal.
- 1 decilitro de aceite de oliva.
CÓMO SE ELABORA:
Colocamos en el fuego una cazuela baja donde elaboraremos la paella y, con el aceite caliente, sofreímos el conejo en trozos no muy grandes. Una vez que va tomando color el conejo añadimos la cebolla, las vainas troceadas, el tomate y el ajo picadito muy pequeño (brounoisse). Cubrimos con agua el sofrito de conejo y dejamos que se estofe durante 45 minutos. Una vez cocinado el conejo sazonamos con sal, pimienta y azafrán. Agregamos al conejo el arroz, y el doble de agua que de arroz.Dejamos cocinar durante unos 18-20 minutos a fuego vivo. Una vez cocinado el arroz dejamos reposar 5 minutos fuera del fuego cubierto de un trapo de cocina para que se seque y no se recueza.
El arroz es uno de los alimentos básicos de la dieta mediterránea y el ingrediente básico de platos tan sabrosos como la paella que se presenta en esta receta. En este caso, el arroz se acompaña de conejo y diferentes hortalizas. El conejo posee un carne rica en proteínas y de bajo contenido graso, mientras que las hortalizas son fuente de diferentes vitaminas, minerales y sustancias con acción antioxidante, muy beneficiosas para la salud. Gracias a las características nutricionales de los alimentos que componen este plato, podría consumirse como un plato único, acompañándolo por ejemplo de una ensalada y un lácteo como postre.
La paella en mi familia siempre nos recuerda al domingo y a los días festivos. Mi abuelo materno se vanagloriaba de hacer la mejor paella del mundo (él se encargaba sólamente de agitar la paella y de unir los ingredientes, previamente preparados por las mujeres de su casa, que a su vez se ocupaban, después de comer, de limpiar todos los cacharros usados).
Por parte paterna, el conejo era odiado. Recordaba a postguerra y a hambre. Como yo no viví esos tiempos (gracias a la generación que nos precedió) tengo el derecho de rehabilitar al conejo en la cocina. En la paella sabe exquisito. Otro día os hablaré del conejo con cebolla (manjar de dioses).
En Mallorca , por ahora y después de tantísima agua que ha caído en los últimos días, brilla de nuevo el sol. Es domingo, día de paseo y de paella. Creo que los ritos son buenos (por lo menos algunos). Hacen que un día se diferencie de otro y nos enseñan que la vida pasa.
Todo está en la mente. Podemos hacer del día de hoy un día maravilloso o una mierda de día. Os deseo de todo corazón que optéis por la decisión más inteligente.