Vigilar la salud cardiaca del atleta, una prioridad





La actividad física moderada es una herramienta importante para mejorar la salud, e incluso como tratamiento de base para diversas patologías. No obstante, también es necesario disponer de mecanismos de protección de la salud para realizar deporte en su etapa previa y posterior. En esa línea de protección, un examen cardiológico completo debe constituir una parte indispensable del reconocimiento médico global que se le debe practicar a toda persona que vaya a iniciar un programa de mantenimiento, entrenamiento o competición, según han señalado los expertos reunidos en la jornada Revisión Médica en el Deporte. Aportación diagnóstica de las técnicas de imagen cardíaca, organizada por las fundaciones Eresa y Sistemas Genómicos y celebrada en Valencia. No existe un consenso mundial sobre el contenido de las revisiones, lo cual hace necesario implantar un programa como el que se desarrolla en el Consejo Superior de Deportes (CSD). Ahora existe un documento de consenso en España que establece los mínimos para la evaluación de la aptitud cardiovascular de los deportistas, específicamente en los federados.
Entre las conclusiones de la jornada, se ha destacado que un cuestionario médico-deportivo, un exploración física y un electrocardiograma deben ser los mínimos no negociables. Además las revisiones deben realizarlas especialistas. El tipo de reconocimiento y las pruebas estarán en función de la edad y el nivel de dedicación deportiva. Para detectar posibles anomalías cardíacas en personas que van a iniciar una práctica deportiva regular y/o competitiva es fundamental el conocimiento de la estructura cardíaca y de su electrofisiología. Las técnicas de imagen permiten aclarar el diagnóstico de atletas que presentan alteraciones en el reconocimiento cardiológico preparticipación deportiva, y en los que es necesario definir si se trata de patología o de adaptación. Pero en algunos deportistas, como aquéllos con antecedentes o en los que hay dudas diagnósticas, las pruebas genéticas pueden ayudar a perfilar mejor el riesgo de muerte súbita. Los beneficios resultan tan evidentes que son ya muchos los organismos deportivos que la han adoptado como obligatoria para poder competir a nivel profesional (Unión Ciclista Internacional, NBA, la ACB, varias ligas de fútbol europeas…).
El deporte en personas con cardiopatías no conocidas puede elevar el riesgo de muerte súbita. Aproximadamente 2 de cada 200.000 atletas fallecen al año, siendo su incidencia el doble de la población general. No existe una base de datos institucional de muerte súbita en deportistas en España, aunque desde el CSD se ha propuesto su creación y un protocolo forense, en colaboración con los ministerios de Justicia y Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Además, está en marcha el Estudio Español de Muerte Súbita en el Deporte, en el que participa la Sociedad Española de Cardiología, el CSD, el Ministerio de Justicia y la Federación Española de Medicina del Deporte, para recoger todos los casos que se registren en España y estudiar a los deportistas y a sus familiares.
Via: diariomedico.com