El monitoreo Holter se utiliza habitualmente para determinar la respuesta del corazón a la actividad normal. No obstante, existen otras situaciones en las que se precisa conocer la respuesta eléctrica del corazón, ya sea para valorar el efecto de medicamentos cardíacos, en especial antiarrítmicos, después de un infarto de miocardio, o para diagnosticar un ritmo cardiaco peligroso o anormal. El objetivo de su uso es obtener un registro de la actividad del corazón durante un periodo de tiempo determinado.
Determinadas alteraciones cardíacas, como las arritmias, están asociadas a la actividad eléctrica del corazón. Para establecer si están presentes o no, se recurre a una representación gráfica, el electrocardiograma (ECG o EKG). Este registro es útil para estudiar la conducción cardiaca y para apuntar el origen de la dificultad cuando el corazón falla.
Durante el ciclo cardíaco de bombeo y llenado, un patrón conocido de impulsos eléctricos muestra exactamente la acción del corazón. Estos pulsos pueden recogerse mediante electrodos que se adhieren a puntos precisos de la superficie del cuerpo. De ahí surge una imagen gráfica que muestra la actividad del corazón representada por ondas características. La imagen puede ser evaluada instantáneamente en un monitor o ser impresa sobre papel milimetrado para su posterior estudio por el especialista.
Monitor cardiaco holter
Para realizar el examen se colocan unos electrodos, que son unos pequeños parches conductores, en el tórax y se conectan a un pequeño monitor por medio de unos cables, entre 5 a 7, denominados derivaciones. El monitor de registro cardíaco opera con baterías, y se guarda cerca al cuerpo en una bolsa colgada alrededor del hombro o a la cintura. Las derivaciones se conectan a electrodos, los cuáles son sensibles a los impulsos eléctricos del corazón. El monitor Holter graba los impulsos, realizando un registro de la actividad eléctrica del corazón durante las 24 horas.
La actividad eléctrica cardiaca que se registra es muy similar a la que se obtiene con un electrocardiograma con la diferencia de que los resultados se obtienen mientras la persona desarrolla un ritmo de actividad más o menos normal durante el periodo preestablecido. Luego, se analiza el registro, se tabula el informe de la actividad cardiaca y se correlaciona la actividad irregular del corazón con la actividad de la persona. La lectura de estos datos permite determinar la naturaleza del problema cardíaco.
El éxito de la monitorización depende de la colaboración del paciente. Es importante que lleve siempre consigo un dietario para anotar de forma precisa cualquier tipo de actividad o síntoma, para que, más tarde, pueda ser correlacionado con los hallazgos del registro.
Es primordial que el paciente apunte el momento exacto en que se presente algún síntoma físico, como vértigo, cefalea, dolor torácico o alteración en la respiración. Si el dolor es agudo o va acompañado de sensación de ahogo (disnea), es imprescindible que se acuda inmediatamente al servicio de urgencias más cercano para su valoración.
Preparación para el examen
Los electrodos deben estar adheridos firmemente al tórax para permitir el registro preciso de la actividad cardiaca. Y mientras se utilice el dispositivo, se debe evitar la exposición a la humedad. Por este motivo es conveniente bañarse o tomar una ducha antes de comenzar el examen, ya que no podrá hacerlo mientras esté usando el monitor Holter. También hay que evitar exponerse a los imanes, a los detectores de metal, a las mantas eléctricas y a las áreas de alto voltaje.