¿Para qué sirven las guías de práctica clínica?


(09.09.2008).- El estilo de vida y la presencia de los factores de riesgo constituyen dos de los grandes retos que aún no se han conseguido manejar con las guías de practica clínica. Desde hace 13 años, la Sociedad Europea de Cardiología, junto con otras sociedades afines, dedica una parte importante de sus esfuerzos al desarrollo de guías de actuación clínica que se centran en la prevención, las denominadas Euroaspire, cuya tercera actualización se hizo el año pasado.

Los tres informes han evaluado cómo se maneja a los pacientes con enfermedad cardiovascular establecida, que son a los que más prioridad se les ha dado. "Pero en la última revisión se ha prestado mayor atención a los asintomáticos, que sí están en riesgo de enfermedad cardiovascular", ha explicado Guy de Backer, del Departamento de Salud Pública de Bélgica, en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología 2008, que se ha celebrado en Múnich.

El Euroaspire III se ha llevado a cabo en 12 países europeos, entre los que se encuentra España, y se ha contado con la colaboración de médicos generales. Los asintomáticos seleccionados estaban libres de enfermedad cardiovascular y debían cumplir las siguientes condiciones: hombres y mujeres menores de 80 años, sin clínica, con o sin terapia hipotensora, con tratamiento farmacológico hipolipemiante o con dieta y con hipoglucémicos o insulina por su diabetes 2 sólo dos meses antes del trabajo, pero nunca más de tres años.

De los 4.366 sujetos seleccionados, 2.853 seguían un tratamiento hipotensor, 1.529 tomaban hipolipemiantes y 1.031 tenían un tratamiento para la diabetes.

El tabaco era prevalente en el 16,5 por ciento de los analizados, y el 37 por ciento de los hombres y el 43 de mujeres no hacían el ejercicio recomendado de 30 minutos al día. El 83 por ciento tenían sobrepeso u obesidad, sobre todo central.

Factores de riesgo
Las cifras de presión arterial recomendadas en las guías (140/90 mmHg y 130/80 mmHg en diabéticos) no se conseguían ni en el 71 por ciento de los sujetos, a pesar de que el 79 por ciento seguían un tratamiento antihipertensivo. Con respecto a las cifras de colesterol, sólo el 31 por ciento llegaba a tener 4,5 mmol/l.

Según De Backer, el informe pone de manifiesto la diferencia que existe entre la evidencia científica y la práctica clínica, "por lo que es necesario dedicar más esfuerzos para que se reduzcan estas diferencias en las personas de alto riesgo".

Además, el investigador ha recordado que la situación en la población general es aún peor, porque en el estudio los pacientes están motivados para seguir las recomendaciones establecidas.

Via: diariomedico.com